viernes, 18 de agosto de 2023

AGROGLIFOS Y CONTACTISMO

                                      AGROGLIFOS Y CONTACTISMO

Algo parecido con la abducción y las mutilaciones sucede en lo misterioso con los agroglifos[12] o círculos en los cultivos de trigo y maíz, que, aunque se ha probado que pueden ser hechos por humanos, no obstante, hay una gran parte de ellos que tienen origen desconocido y con mensajes bastantes elaborados para ser de simples bromistas aficionados. Pero si fuesen de verdaderos seres espaciales qué sentido tendría que se dedicasen a dibujar agroglifos en vez de ayudar con los urgentes problemas que tiene la humanidad. Realmente ninguno, lo cual pensar que sean hechos por demonios que buscan despistar a la humanidad con falsos mensajes.

Más de diez mil círculos han sido reportados en diferentes partes del mundo. Los creyentes en fenómenos paranormales lo han atribuido a seres extraterrestres. Pero, ¿Por qué los propietarios dan testimonio de su aparición repentina y que parecen haber sido creados en la noche? ¿Por qué otros han visto volar ovnis en la zona? ¿Por qué se incorporan formas figuras de gran tamaño y complejidad con características matemáticas y científicas? ¿Qué otra necesidad, sino la de confundir, podrían tener aquellos seres que hacen semejantes figuras? ¿Para qué dejar huellas electromagnéticas en las plantas? ¿por qué permitir que las plantas emitan radicación residual? ¿Por qué se han relacionado con bolas de luz que serían inteligencias que las producen? ¿Por qué los diseños complejos incluyen la proporción áurea, el conjunto de Mandelbrot y la curva de Koch, todo lo cual para su elaboración exigiría para los humanos instrumental topográfico?

Las abducciones, las mutilaciones y los círculos en las cosechas tienen algo en común, a saber, el misterio que causa intriga y temor. Algo que está muy lejos de las prácticas del mundo de los ángeles, pero que caracteriza muy exactamente el mundo de los demonios. La abducción parece satisfacer su deseo de hacer sufrir al hombre física y mentalmente, las mutilaciones parecen dirigidas a saciar su sed de sangre, algo muy común manifestado en las religiones antiguas muy influenciadas por demonios, y los círculos en las cosechas parecen estar orientadas a confundir la mente humana haciendo creer en supuestos mensajes de seres siderales. Como si tuviera sentido que seres del espacio vinieran desde tan lejos para dejar mensajes en las cosechas en vez de entregarlo directamente a las autoridades de la Tierra. Realmente cuesta creer que una broma de tan mal gusto haya sido tomada en serio por las religiones ufológicas. Lo que hace pensar en la situación espiritual y mental de los líderes de aquellas sectas platillistas. Es evidente que el contactismo tiene que ver con el deterioro lógico y de la razón, y en la manipulación descarada de la credulidad y estupidez creciente de la gente.

Si el demonio pudo presentar a Jesús en el desierto todos los reinos de la tierra para tentarlo, pero fracasó,[13] ¿cómo no podría producir abducciones, mutilaciones de ganado y círculos en los cultivos con diseños complejos? Toda la evidencia responde a un mundo espiritual que sostiene una guerra muy antigua de Satanás contra Dios y sus ángeles, que ya fue derrotado, pero aún busca descaminar al hombre. Su enorme actividad en esta época responde a que se le acaba el tiempo y llega la hora de su fin. Sólo una mirada con sentido escatológico puede hallarle sentido a todo este proceso, pero la mentalidad moderna tiene la desventaja de atender sólo los medios y no los fines. La racionalidad funcional de la modernidad es una limitación que condiciona el pensar científico-técnico, centrado como está en el ente y no en el ser tiende a dar cuenta sólo de empírico, lo útil y lo práctico.

Es por ello que la mentalidad moderna desactiva el sentido de lo divino y tiende a juzgar todo desde el punto de vista naturalista, material y fáctico. Sólo en su fase terminal la modernidad se vuelve contra su propio principio subjetivo, abandona lo antropológico para volverse contra lo natural a favor de la artificialidad, lo antinatural y convertir todo en producto de la cultura. El apogeo del mito culturalista -que niega las esencias para proclamar el constructivismo de las existencias- coincide con el auge de la inteligencia artificial, y la intensificación de la actividad demoníaca en la historia.

En otras palabras, se intensifican las acciones del maligno porque en el mundo actual trabajan como factores a su favor la ruina moral, el consumismo, la narcomanía, la crisis de caridad, el hedonismo, el nihilismo, el materialismo, el orientalismo, la hechicería, la disolución en la divinidad, las sectas satánicas. Por ejemplo, desde 1966 en Estados Unidos existe la Iglesia de Satán, con un Sumo sacerdote que proclama el inicio de su reino. La Biblia satánica acusa fieramente al cristianismo de reprimir a la humanidad y no permitir pensar a millones de personas. Recuerda muchos pasajes de los ataques de Nietzsche al cristianismo, no en vano fue autor de El Anticristo.[14]

Pero también existe el Templo de Set y el Templo del Vampiro. Ninguna se ha convertido en un movimiento de masas, aunque tienen sedes y adeptos en todas partes del mundo. Ciertamente que el demonio siempre busca ocultarse y finge, incluso puede provocar visiones y sueños con el Señor, la Virgen o algún Santo, para hacer creer que se está liberado, pero en estos tiempos se hace más frecuente su manifestación ufológica por el ateísmo práctico, la vida de pecado, y la disolución moral en que se vive. Esto hace pensar que nos acercamos al Final del Mundo, al menos tal como lo conocemos.

Al menos esto da que pensar el libro Piercing the Cosmic Veil (Descorriendo el velo cósmico) de Jason Dezember & Joseph Jordan. Esta obra publicada en 2020 ilustra numerosos casos de abducción en que la misma fue detenida mediante el rezo, el pronunciamiento del nombre de Jesús y la invocación de la Virgen María. Lo que demostraría la naturaleza demoniaca del fenómeno ovni de la abducción. Muchas de las personas abducidas han tenido experiencia espiritista, ocultista, brujería, cartomancia, drogas, meditación, contactismo, satanismo. Pero lo importante es que el libro consigna que con el nombre de Cristo la abducción puede ser detenida. Nos preguntamos, entonces, qué tipo de seres deben ser aquellos que huyen ante el pronunciamiento de los nombres sagrados. Sin duda, no pueden ser ángeles, sino demonios disfrazados de extraterrestres. ¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque la plegaria, los nombres y las imágenes sagradas tienen importancia protectora. Es lo mismo que el Padre Peña nos hacía notar en su libro Los extraterrestres el gran engaño diabólico, cuando consignaba que dichos seres emprendían las de Villadiego al rezar y oír el nombre de Cristo. Y también nos hace recordar lo que afirmaba el exorcista el Monseñor Emmanuel Milingo cuando decía que nada hay más poderoso contra el demonio que el nombre de Jesucristo.

Entonces, aquí hallamos la respuesta a lo que John E. Mack señalaba a la abducción como experiencia traumática de origen desconocido. Sencillamente su origen no es tan desconocido porque al orar y pronunciar el nombre sagrado dichos secuestradores se ausentan atropelladamente. Pero ya lo habíamos indicado, el psiquiatra no podía darse cuenta del origen demoníaco de dichos seres porque está desprovisto de la interpretación espiritual en su enfoque positivista.

La cosa lejos de ser baladí es decisiva para comprender la naturaleza del fenómeno ovni. El Pentágono da a entender que existen, que son reales, que no sabe lo que son, pero que no son peligrosos, porque con la tecnología que muestran si quisieran hace tiempo que nos hubieran exterminado. Lo cual es un juicio totalmente erróneo, pero adecuado a la mentalidad descreída de nuestro tiempo. Juzgan que no son peligrosos porque no nos exterminan a pesar de la superioridad demostrada. ¿Pero acaso el demonio busca el exterminio físico? No, claro que no. Por ejemplo, el poseído padece de males físicos, principalmente en la cabeza y estómago, blasfema mucho, da respuestas profundas, hablan lenguas desconocidas, pero el diablo no busca nuestro dolor físico, sino que el alma se sienta derrotada y abandonada por Dios, lo que busca es que el hombre pierda la fe, deje de creer en la resurrección y la salvación. Es por ello que no nos exterminan. Su exterminio no es físico, sino espiritual.

El demonio ataca de dos formas: ordinaria (la tentación) y extraordinaria (sufrimientos físicos, posesión, vejación, obsesión, infestación, y sujeción). Ahora la ufología se viene a sumar a sus formas extraordinarias de ataque. Por eso más arriba hemos afirmado que la ufología es una rama de la demonología, porque a todas luces no están presente ángeles ni seres espaciales sino demonios. Al gran homicida, engañador y embustero sólo le interesa la perdición de nuestra alma. Esto no es tan difícil de entender, pero el Pentágono no está interesado en sutilezas ni verdades teológicas, sino en peligros materiales a la pregonada seguridad nacional. Nada de esto debe hacer pensar que el poder de Satanás es ilimitado, al contrario, el Plan de la Creación está orientado a Cristo, el cual ya lo derrotó, sólo que al final de los tiempos se muestra activísimo en su sed de venganza. Pero nada hay que temer con Cristo, la Virgen María, los Santos y los ángeles.

Los oficiales de la Fuerza Aérea norteamericana Nelson Pacheco y Tommy Blann atendiendo al tema de la abducción en su libro Unmasking the Enemy (Desenmascarando al enemigo) afirman taxativamente que los extraterrestres son demonios obsesionados con el sexo y la supuesta hibridación de la raza humana. Los males que producen van desde los cambios psicológicos, perturbaciones parapsicológicas, dolores físicos, hasta la destrucción de la familia. En muchos afectados la abducción induce a la práctica de la brujería, el espiritismo, incurren en herejía, oyen voces. Pero la señal más importante es que aquellos seres muestran aversión a las cosas sagradas. Por último, la mayor parte de contactados y abducidos han tenido una práctica anterior de ocultismo, lo cual termina dañando su salud y de la de su familia.

Nuevamente aquí destaca la gran farsa que representa su enmascaramiento como alienígenas de seres que son abiertamente demonios. ¿Qué interés tendrían seres del espacio tan avanzados en hacer hibridación y obsesionarse con el sexo? Su ataque sexual y el secuestro forzado coincide con la forma de agresión extraordinaria que tiene el demonio. Otra señal clara es que induce a la víctima hacia el ocultismo. La Biblia advierte que el ocultismo es una forma de abrir la puerta a los espíritus malvados.

Conozco personalmente a supuestos contactados que lamentablemente han caído en el ocultismo. Ellos practican ingenuamente el contactismo creyendo que les responden seres galácticos en vez de demonios. En la religión ovni el contactismo es la creencia en la posibilidad de contactar con supuestos extraterrestres para recibir mensajes generalmente telepáticos.[15] El caso examinado por Benjamín Zeller es paradigmático porque se trata del suicidio ritual en masa de treinta y nueve personas ocurrido en marzo de 1997 en el Rancho Santa Fe, California, como culminación de veinte años de preparación de la secta ufológica contactista. Buscaban trascender y ascender a los cielos en un ovni. El grupo fue resultado de una mezcla de evangelismo, Nueva Era, ciencia ficción y ovnis. Zeller no lo dice, pero su exposición deja bien sentado de que se trata de un revival del paganismo religioso. Justamente en el aggiornamento del paganismo religioso se oculta el demonio, feliz en su esfuerzo por destruir al cristianismo.

No hay que tener dos dedos de frente para preguntarse si acaso seres galácticos tendrían necesidad de inducir un suicidio ritual para llevárselos. Claro que no. La sangre y las almas de esos humanos eran el objetivo del demonio disfrazado de alienígena. El grupo Misión Rama del contactista peruano Sixto Paz también se caracteriza por citar a los de su grey en un lugar y hora determinada para ver luces-ovnis en el cielo, generalmente en un lugar llamado Chilca. El suceso realmente acontece, lo que nos hace pensar que existan contactistas que reciban mensajes telepáticos de estos seres que se hacen pasar por extraterrestres, pero que son en realidad demonios. No es casualidad que Paz Wells sea autor de varias obras donde dichos seres son presentados religiosamente como nuestros “Hermanos Mayores” o “Guardianes siderales” a los cuales se debe adoración.[16]

Ahora bien, siendo la ufología una rama de la demonología no se quiere decir que los contactados necesariamente lo sepan, sino que más bien son engañados por el maligno haciéndose pasar por seres intergalácticos y los contactados lo creen. Pero el contactismo desarrolla una facultad parapsicológica en que el se puede invocar y también recibir el llamado de estas fuerzas oscuras. En una palabra, el contactado es generalmente víctima del engaño del maligno, y termina siendo un instrumento. Generalmente el contactista se vuelve esclavo de los contactos con el demonio. Pero, desde luego, tampoco se puede descartar que haya contactados que sepan la verdad del fraude, y simplemente sacan provecho material del engaño, sin reparar en el daño espiritual grave que se infligen. Simplemente el contactismo es peligroso y no se debe practicar, porque en vez de ser comunicación con seres siderales -que no existen- son seres demoniacos los que acuden.

Rodrigo Bravo Garrido en su libro Los extraterrestres han muerto. Tomo I: El mito ovni-ET, contactismo y abducciones (2019) estudia la llamada “Era Moderna de los Ovnis”, como subcultura muy potente y de gran influencia en todos los medios de comunicación, redes sociales, que promueve la creencia de que los ovnis proceden de un origen inteligente y de fuera de nuestro planeta. Después de setenta años de que el piloto civil, Kenneth Arnold, denunciara en 1947 la observación desde su avión de nueve objetos que surcaban extrañamente el cielo en el estado de Washington, se ha formado una base de credos, actividades comerciales, películas, series, animes, que han llevado este mito a la unificación del concepto “ovni” con “extraterrestre”. Y así se forjó la ufología. Lo que el autor trae es abundante información sobre contactados, abducciones y avistamientos que caracterizan la Era moderna de los ovnis, y que en realidad estamos ante la Era moderna de los demonios disfrazados de alienígenas. Pero un sereno e imparcial análisis permite darse cuenta que los extraterrestres han muerto para que los demonios vivan, y junto a ellos también lo haga lo coartada militar de desarrollo de armas secretas por parte del imperio norteamericano.

Ambas conspiraciones coinciden en el fraude, las dos se hacen pasar por extraterrestres, cada cual, con un propósito distinto, pero que al fin y al cabo redunda en el beneficio de cada uno. El mundo simplemente ha sido engañado por una farsa preternatural y humana. Y esto justamente ocurre en el momento preciso de la historia en que las potencias se espían para enterarse del desarrollo del arsenal atómico de cada quien, y en el que la humanidad entra en una profunda crisis de valores, pierde la fe, deja de creer en el alma, su preocupación gira en torno a frivolidades, se vuelve superficial, le resulta más obsesivo preocuparse por el cuidado del cuerpo, la dieta, el gimnasio, idolatra el sexo, el placer y el dinero. Camino llano para el mal.

Hay quienes simplemente buscan convencer de que los extraterrestres son reales.[17] Pero ante la inconsistencia de las evidencias sobre ovnis hay autores que niegan su realidad y declaran que simplemente se trata de una fantasía urdida por personas expertas en la literatura y ciencia ficción, en edición de fotografías y videos trucados, porque hasta el momento no existe ninguna prueba definitiva de su existencia. Este es el punto de vista de un autor como Gabriel Benítez en su libro ¿Son reales los extraterrestres?  Y, en realidad, se cae en el mero escepticismo cuando solamente se toman en cuenta las pruebas materiales, que por lo demás no se encuentran, y se omite el análisis de otro tipo de fenómenos como la abducción, el contactismo, mutilaciones, agroglifos, cuya fenomenología exige para su mejor esclarecimiento un abordamiento filosófico-teológico. Si fueran los aliens unos seres venidos de una civilización tecnológicamente super desarrollada en vez de volar en sus ovnis mariposeando en el cielo, dejar dibujitos en las cosechas, secuestrar y hacer experimentos sexuales en sus víctimas, y mutilar ganado, podrían haberse comunicado con el Secretario General de las Naciones Unidas dejando un mensaje o mostrándose benéficos con la humanidad ayudando en algún aspecto. Pero nada de esto ha sucedido. Por qué, sencillamente porque no son extraterrestres, sino simplemente son demonios, sin ningún interés por socorrer la plaza de la humanidad. 

El fenómeno ovni es un terreno tan resbaladizo que se puede caer en dos sombríos extremos unilaterales, a saber, el dogmatismo radical, que deriva en la religión ufológica de los gurús y contactistas; y el escepticismo radical de todo tipo de investigadores que sostienen que se trata de pura broma y fantasía de ficción. Más matizado es el escepticismo moderado, que descartando la existencia de extraterrestres por falta de evidencia material, sin embargo, se abre a su fenomenología para enfrentar la explicación de otros casos para descubrir que se trata de un fenómeno espiritual.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.