El sentido de las dimensiones éticas de la vida
Análisis crítico de la obra de Johan Leuridan Huys
Publicación
Primera edición: noviembre de 2016 Segunda edición: 2018 Editorial: Universidad de San Martín de Porres (USMP)
Introducción
En un contexto marcado por el relativismo moral, la pérdida de referentes éticos y la crisis de valores, Johan Leuridan Huys propone en su obra El sentido de las dimensiones éticas de la vida una reflexión profunda sobre la necesidad de revalorizar la ética como dimensión esencial de la existencia humana. Este ensayo analiza el aporte de la obra, las influencias que la nutren, su importancia en el panorama contemporáneo y sus limitaciones teóricas.
Aporte
La obra constituye una contribución significativa al pensamiento ético contemporáneo, especialmente en el ámbito latinoamericano. Leuridan propone una ética humanista, centrada en la dignidad de la persona, que busca formar conciencia crítica y compromiso social.
Revaloriza la ética como fundamento de la vida personal, familiar y social.
Promueve una ética integral que abarca lo racional, lo emocional, lo espiritual y lo comunitario.
Invita a los jóvenes a asumir una postura ética activa frente a los desafíos de su entorno.
Integra elementos filosóficos, teológicos y culturales para construir una propuesta sólida y contextualizada.
Influencias recibidas
La obra se nutre de diversas corrientes filosóficas, religiosas y culturales que enriquecen su enfoque ético.
Aristóteles: Ética de la virtud como hábito moral orientado al bien.
Tomás de Aquino: Visión teleológica del ser humano, donde razón y fe se complementan.
Immanuel Kant: Autonomía moral y ley ética universal, aunque con distancia crítica.
Encíclica Lumen Fidei: Vinculación entre fe y ética como luz para la acción moral.
Doctrina social de la Iglesia: Principios como dignidad humana, subsidiariedad y solidaridad.
Humanismo integral: Formación ética que abarca todas las dimensiones del ser humano.
Contexto latinoamericano: Sensibilidad hacia los desafíos éticos de la juventud y la cultura local.
Importancia
La relevancia de la obra radica en su capacidad para ofrecer una brújula ética en tiempos de incertidumbre moral.
Enfrenta el vacío ético de la sociedad posmoderna con una propuesta reflexiva y comprometida.
Promueve una ética activa, que no se limita a la teoría sino que impulsa la acción responsable.
Su enfoque interdisciplinario lo hace aplicable en campos como la comunicación, el derecho, la medicina y la educación.
Limitaciones teóricas
Aunque la obra presenta una propuesta ética valiosa, desde el punto de vista teórico se pueden señalar algunas limitaciones:
Falta de sistematización conceptual: La exposición ética no sigue una estructura filosófica rigurosa, lo que dificulta su clasificación dentro de una corriente específica.
Ambigüedad terminológica: Algunos conceptos clave como “virtud”, “dignidad” o “conciencia” no son definidos con precisión técnica, lo que puede generar interpretaciones diversas.
Ausencia de diálogo crítico: Aunque se mencionan autores clásicos y modernos, no se desarrolla una confrontación profunda con sus postulados, lo que limita el alcance argumentativo.
Predominio de la perspectiva moral cristiana: La propuesta se apoya fuertemente en la doctrina católica, lo que puede restringir su aplicabilidad en contextos laicos o plurales.
Escasa articulación con corrientes éticas contemporáneas: No se exploran en detalle teorías como la ética discursiva, la ética del cuidado o el enfoque de capacidades, que podrían enriquecer el planteamiento.
Crítica principal a su postura ética
La crítica más relevante a la postura ética de Leuridan radica en su resistencia al pluralismo ético contemporáneo. Aunque el autor denuncia el relativismo como una amenaza, su propuesta puede percibirse como excesivamente normativa y cerrada frente a la diversidad de enfoques actuales.
Reducción de la ética a una visión esencialista: Se privilegia una ética basada en la dignidad humana y la virtud, sin integrar suficientemente otras corrientes que también buscan el bien común.
Insuficiente apertura al diálogo intercultural y secular: Al fundamentar su propuesta en la tradición cristiana, se corre el riesgo de excluir visiones éticas laicas o interculturales.
Tensión entre universalismo y contexto: Aunque se apela a valores universales, la obra está fuertemente situada en el contexto peruano y católico, lo que limita su alcance teórico en sociedades pluralistas.
Conclusión
El sentido de las dimensiones éticas de la vida es una obra que invita a repensar la ética como fundamento de la existencia humana, ofreciendo una propuesta rica en influencias filosóficas, teológicas y culturales. Johan Leuridan Huys plantea una ética comprometida con la dignidad de la persona y la formación de conciencia crítica. Sin embargo, toda ética que pretenda ser sostenible y transformadora debe estar enraizada en el amor de Cristo, fuente última del bien y de la verdad.
La obra no subraya con suficiente claridad que la secularización ha vaciado la vida de sentido ético, al desconectar al ser humano de su fundamento trascendente. En este contexto, no basta con una ética racional o humanista: se requiere una revolución metafísica del ser y de la persona, que restituya la unión con Dios como principio y fin de la vida moral. El hombre occidental vaciado de Dios ha estrangulado la vida ética, reduciéndola a normas sin alma, a valores sin fundamento.
Por ello, más allá del sentido ético de las dimensiones de la vida, debe afirmarse el sentido religioso como dimensión superior, donde la ética se vivifica en la comunión con Dios. Solo desde esta perspectiva cristiana puede recuperarse el verdadero horizonte del bien, la justicia y la plenitud humana.
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