lunes, 19 de diciembre de 2022

EL FIN DEL TIEMPO CONTEMPORÁNEO

 EL FIN DEL TIEMPO CONTEMPORÁNEO
El Fin del Mundo no es lo mismo que el Fin de los Tiempos. El Fin de los Tiempos no significa el Fin del Mundo. En cambio, el Fin del Mundo alude a la extinción humana en una variedad de escenarios posibles, el más radical de todos: el escenario escatológico o Juicio Final, donde toda la humanidad será juzgada por sus actos. 

De este último no vamos a tratar, porque más bien están presentes los signos del Final de los Tiempos (guerra mundial de baja intensidad, insensatez política, cambio geopolítico mundial, crecimiento inaudito de desigualdad social, amenazas con armas nucleares). En cambio, las cinco principales señales del Fin del Mundo son: coincidencia de guerras, hambre, epidemias y terremotos, anomalías celestes, la conversión de los judíos, la desolación de las iglesias, aumento de la maldad y la inmoralidad, aparición de falsos Cristos de profetas, y la lucha personal contra el Anticristo y Satanás.

Ciertamente que la frontera entre ambos no siempre es nítida y muchos de los fenómenos del Fin del Mundo se anticipan en el Fin de los Tiempos, entre ellos: el paso del relativismo al credo del Anticristo (ideología de género, transhumanismo, aborto, eutanasia, eugenesia, libre consumo de drogas, aparición de falsos Cristos y profetas, etc.).

No obstante, es posible señalar que el Fin del Tiempo contemporáneo ya estaba indicado desde el giro subjetivista de la Modernidad que entronizó al hombre como el diosecillo terrestre (Regnum hominis). Este giro se vio agravado por la positivización del saber, las desviaciones del positivismo, pragmatismo, historicismo y posmodernismo, que no sólo sepultó la vida intelectual, sino que aniquiló espiritualmente al hombre. El hombre quedó en la más absoluta soledad, sin mundo, deshistorizado, vive en el puro presentismo, sin verdad y sin Dios. En esa situación transreal el hombre contemporáneo quedó en la incertidumbre existencial, vive huyendo de sí mismo y dispuesto a cometer cualquier locura y exceso. Ese ha sido el sino de la razón burguesa capitalista triunfante en la modernidad. Ese mundo lleno de soberbia e inmoralidad no podía durar y tenía que morir. Esperemos que su final sea lo menos traumático posible gracias a las fuerzas que se despiertan en el mundo multipolar.

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