TRUMP Y LA DISTENSIÓN MUNDIAL
Una arrasadora y aplastante victoria electoral y presidencial de Trump con el control total de las cámaras de representantes tiene varios importantes significados. Los dos principales son:
1. La situación interna y externa desesperada a la que había puesto Biden y los demócratas al pueblo norteamericano y al mundo entero con una inminente guerra termonuclear y un deterioro estrepitoso de las condiciones de vida en su país tiene enormes posibilidades de ser revertido.
2. Se viene el fin de la guerra de Ucrania, la expansión de la OTAN, la desactivación del peligro de guerra termonuclear, el fin de la guerra fría.
Pero también hay riesgos muy peligrosos:
1. Aumento de la tensión con China e Irán
2. Una ola de deportaciones controladas
3. La vuelta a un aislacionismo relativo
4. El peligro de seguir apoyando a Israel en su genocidio
Ya se habla de la sucesión presidencial de Donald Trump por su hijo, y todo dependerá de su éxito en estos cuatro años y la actitud del Estado profundo que actualmente se halla hegemonizado por el ala demencialmente guerrerista. Soros, Zuckerberg y compañía han sido derrotados. El pueblo norteamericano quiere paz y no guerras, quiere desactivación de las 800 bases militares alrededor del mundo y la vuelta de ese inmenso dinero para la reactivación económica del país.
Las vías recomendables para Trump en las actuales circunstancias geopolíticas son:
1. Aceptar una sana competencia económica con China
2. Obligar a Israel a aceptar la existencia de dos estados -Palestina e Israel- y llevar al banquillo a Netanyahu por sus crímenes de guerra sin nombre.
3. Desactivar a la OTAN y defenestrar al nazi Zelensky.
4. Favorecer el buen entendimiento con los BRICS
5. Eliminar el ilegal y condenable bloqueo contra Cuba
6. Someterse al derecho internacional y renunciar a las políticas imperialistas de sanciones económicas
En suma, el mundo tiene una nueva oportunidad para la paz si se impone la sensatez en la primera potencia del mundo en declive y que debe aceptar compartir la gobernanza mundial. Trump todavía sueña con una resurrección de la prosperidad y grandeza norteamericana, y en eso se parece al emperador romano Juliano el Apóstata (361-363). O sea, no comprende que la balanza de poder mundial ha cambiado y no volverá a ser el mismo. En ese punto mantiene un punto de fricción que puede convertirse en conflictividad.
No nos engañemos. A Trump le ha tocado administrar ordenadamente no la resurrección sino la decadencia del hegemonismo estadounidense. Y la paz en el mundo dependerá de que lo comprenda.
Víctor Andrés Montero Cam
ResponderEliminarInteresante opinión. Sin duda, Trump tiene un enorme desafío en aceptar y reacomodarse con realismo, prudencia, buen criterio y sensatez al nuevo orden mundial MULTIPOLAR. De esa forma los Estados Unidos podrán ocupar el lugar geopolítica que les corresponden, de acuerdo a los cambios económicos, tecnológicos, militares y políticos de las últimas décadas, conforme a los cuales su poder hegemónico -con respecto a naciones como China, Rusia o la India- como sí era el caso después de la segunda Guerra Mundial y hasta aproximadamente fines del siglo XXI