LOS DEMONIOS DE SIEMPRE
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
Resulta
verdaderamente sorprendente con cuánta frivolidad ciertas iglesias hablan de
bautizar alienígenas si el caso se presentase, puesto que el verdadero debate
teológico se centra en explicar cómo se concilia con el Génesis y la Sagrada
Escritura el hecho de hallar vida inteligente no humana de origen alienígena.
Los
científicos que debaten el tema últimamente se muestran más inclinados ante la
posibilidad de que sea más probable de que seamos visitados por androides que
por alienígenas. Otros son de la opinión que nunca nos visitaron ni nos
visitarán porque hace tiempo que se autodestruyeron. No faltan quienes asocian
su posible presencia con una inminente guerra espacial. Y otros quienes
advierten sobre el peligro de un posible contacto con extraterrestres. Mientras
tanto todavía no se recibe ninguna señal del espacio que sea de origen extraterrestre.
Seguimos estando absolutamente solos pero ello no desanima a aquellos que
prosiguen calculando la probabilidad de que exista vida inteligente fuera de la
Tierra.
Si
así andan las cosas entonces de qué hablan los supuestos “contactados”. ¿Hay
que suponer acaso que se trata en todos los casos de personas con alteraciones
psíquicas o hay algo más?
El
problema aquí no se trataría de defender la unidad de los libros sagrados, sino
interrogar varias cosas, entre ellas: ¿seguiría siendo el hombre la criatura
superior en la jerarquía de los seres? ¿La criatura inteligente no humana
desciende de Adán?
¿Si
la Redención es única e irrepetible, entonces es válida sólo para el género
humano o todos los seres inteligentes del universo? ¿La creación de seres a
imagen y semejanza de Dios no se refiere a la forma humana sino a la capacidad
de juicio racional y moral? ¿Los seres inteligentes alienígenas ya recibieron
el evangelio o serán adoctrinados en la tierra? Estos y otras preguntas son las
que se tendrían que absolver dentro del terreno teológico en caso de hallarse
vida alienígena inteligente.
Pero
llama la atención la uniformidad del contenido de los supuestos “mensajes” que
transmiten los “contactados”. Casi todos hablan de seres de luz, guardianes
estelares y otras cosas propias de su jerga ufolátrica que se presentan con un
viso de mesianismo religioso. Nada concreto y todo difuso, ninguna precisión y
bastante retórica pseudoreligiosa que busca adoración y pleitesía. Esto último
es lo que más llama la atención.
En
el Segundo Encuentro en Lima de Unidad Mundial denominado "Hacia el
despertar de la conciencia" (setiembre 2014), y en el reciente encuentro
ufológico de Arequipa (octubre 2016), se hicieron presentes muchos
"contactados" platillistas. Es decir, se insiste en la errónea
metodología de solamente hacer escuchar la voz de los supuestos convencidos del
fenómeno ovni y excluir sistemáticamente las investigaciones escépticas y
críticas. O sea, se mantiene la atmósfera de secta platillista. Lo cual
promueve la reflexión siguiente.
El
contactismo platillista sostiene que por facultades psíquicas especiales
(meditación) o revelación espontánea, ciertos individuos son contactados por
supuestos seres extraterrestres inteligentes, los cuales proporcionan mensajes
de interés para la humanidad.
Ahora bien, si excluimos intencionalmente del fenómeno platillista "contactista" los cuadros relacionados con síndromes de patología psicológica (oír voces como en los episodios psicóticos espontáneos, ver alucinaciones como en la esquizofrenia), las alteraciones sensoriales (espejismos, ilusiones), entonces el "contactismo ET" se ve reducido a dos posibilidades: (a) se trata de ET reales, o (b) se trata de las huestes demoníacas.
Veamos
la primera alternativa. Si los ET son seres reales, entonces no se entiende por
qué visitan supuestamente a la humanidad desde hace miles de años limitándose a
mariposear por el cielo y contactar con ignaros en vez de dar efectivamente una
contribución efectiva a los problemas urgentes de la humanidad (como la cura
del cáncer, del hambre mundial, la escasez del agua, una nueva fuerte de
energía no contaminante, etc.). Dada la incoherencia interna de esta
alternativa procedemos a descartarla como explicación plausible del contactismo
ET.
Sigamos
con la segunda alternativa. Si los ET no son seres reales sino parte del
numeroso contingente demoníaco, entonces sí se comprende su interés por
contactar con seres humanos para comunicar un nuevo evangelio (como
efectivamente lo ilustra muy bien el caso de Buongiovanni).
Lo
que llama especialmente la atención es que los supuestos ET se presentan a los
contactados como seres de luz (también se dice que hay seres de la oscuridad) y
sus mensajes insisten en revertir el mensaje del evangelio. Este obsesivo punto
es el que poderosamente advierte que los ET de antes son Demonios de ahora. El
padre exorcista Corrado Balducci se equivocó profundamente diciendo que los
Ángeles de antes son los ET de hoy, pero la verdad es los ET de ahora son los
demonios de siempre.
A
propósito de los Encuentros Platillistas, viene la
siguiente reflexión: Los platillistas que defienden la existencia de los ET
están atrapados en una quimera.
Según Descartes es perfectamente posible imaginarse una quimera. Esto es, lo lógicamente coherente no tiene que ser necesariamente existente. Y según Newton todo cuanto no es observable y mensurable no existe para la ciencia ni para la física porque no es posible la rectificación mediante la observación. En otras palabras, si el ente ha de poder ser pensado como existente, debe ser realmente existente. No es el pensamiento sino la intuición lo que puede evitar las artimañas de la lógica y decidir si un ente es algo realmente existente. Este razonamiento no puede ser aplicado a Dios, pero sí a los ET porque sencillamente serían seres finitos.
Pues bien, ni los platillistas que afirman que los ovnis son naves de los ET, ni los contactados que dicen que los ET les hablan o comunican mensajes, han podido brindar una prueba irrefutable que los ET sean seres realmente existentes.
Y
lo peor de todo es que en sus eventos insisten en la misma metodología
pseudocientífica, sin mostrar ningún avance teórico y práctico serio. De este
modo, el concepto de ET no es ni analógico ni unívoco sino que es un concepto
equívoco, porque pretende atribuir existencia real a algo que no lo tiene.
Sus jeremíadas no los exime de la responsabilidad de presentar pruebas y, al contrario, enconchabarse en el silencio los señala como una creencia dañosa para el aparato lógico que pervierte el sentido de la realidad.
Finalmente, mi hipótesis es que detrás del contactismo están los demonios de siempre. Lo cual no descalifica el fenómeno ovni, que en mi particular investigación lo asocio con tecnología furtiva que militariza el espacio exterior por parte de las grandes potencias.
Lima,
Salamanca 28 de octubre del 2016