domingo, 7 de diciembre de 2025

¿Quién jodió más al Perú? (Reseña)

 

El libro ¿Quién jodió más al Perú? (2025) de Santiago Vallejo se presenta como una denuncia directa contra la corrupción política y los malos gobiernos que han marcado la historia del país. Inspirado en la célebre pregunta de Mario Vargas Llosa sobre el momento en que “se jodió el Perú”, Vallejo reformula el planteamiento y sostiene que no se trata de un instante histórico, sino de identificar a los actores y gobiernos que más contribuyeron a ese deterioro. Su análisis se apoya en investigaciones como las de Alfonso Quiroz, quien midió el impacto económico de la corrupción en distintos regímenes, y concluye que los gobiernos de Alberto Fujimori y Alan García, en sus dos mandatos, figuran entre los más dañinos por haber institucionalizado prácticas corruptas y profundizado las crisis económicas y políticas.

El autor retrocede incluso al mundo precolombino, sugiriendo que las raíces de la corrupción se encuentran en la organización jerárquica y clasista de las sociedades antiguas. Sin embargo, este movimiento hacia el pasado abre un dilema que Vallejo no desarrolla: si la corrupción surge con las clases sociales y estas nacen con la civilización, entonces la corrupción sería inseparable de la civilización misma. Al limitar su análisis a la corrupción estructural vinculada a las clases, Vallejo corre el riesgo de idealizar el mundo precivilizado como si fuese incorruptible, proyectando una aureola angelical sobre sociedades que también conocieron la violencia y la transgresión, como lo recuerda el mito bíblico de Caín y Abel.

La falta de profundidad filosófica en su enfoque lo conduce a problemas conceptuales. Por un lado, confunde la corrupción como fenómeno estructural —propio de instituciones y jerarquías— con la corrupción como fenómeno existencial, ligado a la condición humana. Por otro, su mirada terrenalista, centrada en gobiernos y cifras, lo lleva a denunciar lo externo sin indagar en lo interno, es decir, en el corazón humano como raíz última de la corrupción. De este modo, su tesis queda incompleta: señala culpables históricos y épocas, pero no enfrenta las preguntas universales sobre si puede existir una civilización sin corrupción o si la corrupción es un rasgo inevitable de la naturaleza humana.

En conclusión, ¿Quién jodió más al Perú? es un libro valioso como denuncia histórica y política, que interpela al lector y lo obliga a reflexionar sobre la responsabilidad de los gobernantes en el deterioro nacional. No obstante, su enfoque resulta problemático porque abre más preguntas de las que responde. La obra muestra la corrupción como un mal histórico del Perú, pero al retrotraerse al mundo precolombino y asociarla exclusivamente con la civilización clasista, deja sin explorar la dimensión más profunda del problema. Así, Vallejo ofrece una narrativa provocadora y sugerente, pero conceptualmente incompleta, que denuncia con fuerza pero no indaga en las raíces filosóficas y antropológicas de la corrupción.

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