miércoles, 29 de mayo de 2024

UNA TESIS IRREVERENTE

 

RICARDO LICLA MEZA-Filósofo/UNMSM/PUCP


UNA TESIS IRREVERENTE

 


Gustavo Flores Quelopana, quizá sea uno de los últimos metafísicos y uno de los pocos hombres de fe con formación teórica excepcional; pero de lo que sí podemos afirmar con mayor certeza es que estamos frente a uno de los filósofos más prolíficos de fines del s. XX e inicios del s. XXI. Nietzsche afirmaba que existen dos tipos de filósofos: los obreros y los legisladores.

Los filósofos obreros son los que se dedican a predicar el pensar de otros filósofos, a los más llegan a ser meros hermeneutas, compiladores y sucursales que se constituyen en el eco del pensar ajeno, en breve son los filósofos de gabinete. Mientras que los legisladores son los filósofos con talante que se atreven no solo a pensar por sí mismos, sino que a crear nuevos senderos que permitan desentrañar otros aspectos de la realidad.

Pues, de esta segunda laya es Gustavo Flores, quien en su pasión por la complicada actividad filosófica ha renunciado, incluso, a otras actividades que puedan complicar su tiempo por el filosofar. En esta oportunidad, de la gran cantidad de títulos que ha publicado solo este año (2018) nos llena de asombro su último título: La razón filosófica. Una exégesis ontológica existencial (2018).

En este libro, nuestro filósofo peruano va más allá de su teoría mitocrática. En este trabajo Gustavo Flores propone una tesis irreverente que consiste en que la filosofía no se limita a las diversas culturas que existieron a lo largo de la historia, sino que la filosofía es propia de los homínidos, vale decir, existió una filosofía prehistórica que se remonta a los primeros filósofos: los homo- habilis.

Para sostener semejante tesis Gustavo Flores reformula y amplía el sentido de la razón. Es decir, para este pensador la razón no se reduce a lo meramente lógico, sino que ella, la razón, presenta un aspecto perceptual, emocional, estético, ético, religioso y filosófico.

Desde esta perspectiva la razón filosófica se convierte en el estudio de metafilosófico de las diversas formas de filosofía (numinocrática, mitomórfica, mitocrática y logocrática).

Es esta filosofía logocrática o de conceptos (que se remonta a los griegos) la que se ha impuesto y se ha normalizado como el único modo del filosofar, invisibilizando los otros aspectos de la razón que también permiten aproximarnos a la realidad.

Sin embargo, no deja de resaltar, Gustavo Flores, que esta razón occidental (unidimensional) está en crisis por la proliferación del discurso posmodernos que exalta la difuminación del sentido existencial.

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