miércoles, 7 de mayo de 2025

TEOÉTICA Y DATAÍSMO

 TEOÉTICA Y DATAÍSMO

Por Gustavo Flores Quelopana


 

Resumen La ponencia desafía las dinámicas deshumanizantes del Dataísmo y la cibercracia, denunciando cómo estas estructuras subordinan al ser humano a la técnica, despojándolo de su dignidad y autonomía. Critica corrientes filosóficas como el existencialismo técnico de Heidegger, el pragmatismo relativista de Rorty y el pensamiento débil de Vattimo, argumentando que su inmanentismo no ofrece una solución robusta frente al vacío ontológico y ético de la modernidad. La Teoética emerge como una alternativa trascendental que guía el uso de la técnica hacia principios universales como la justicia y la equidad, promoviendo la soberanía humana y resistiendo el hiperimperialismo digital de corporaciones globales. Al enfrentar objeciones como su supuesto idealismo o exclusión secular, demuestra ser inclusiva y pragmática, capaz de inspirar reformas concretas. El libro propone una visión transformadora, donde la dignidad humana es el eje para construir un futuro ético, justo y digno en medio de los retos contemporáneos.

 

Introducción La crisis ontológica, ética y geopolítica de nuestra época no tiene precedentes. Desde la supremacía del Dataísmo hasta la deshumanización del ser bajo la lógica técnica, la modernidad inmanentista ha transformado radicalmente nuestra relación con la existencia. Mi libro, Teoética y Dataísmo: Ser, Trascendencia y Geopolítica ante el Hiperimperialismo Digital (2025), aborda esta encrucijada histórica desde un marco trascendental, desafiando los paradigmas establecidos por múltiples tradiciones filosóficas que han intentado comprender el lugar del ser humano en un mundo gobernado por la técnica. En esta ponencia, no solo abordaré el desafío del Dataísmo, sino también mis discrepancias con autores como Heidegger, Gianni Vattimo, Richard Rorty, y el pragmatismo ético, entre otros, sobre cómo superar los retos éticos y metafísicos de la era digital.

I. El Dataísmo y la supremacía técnica El Dataísmo, término popularizado por Yuval Noah Harari en obras como Homo Deus, eleva los datos y algoritmos al nivel de entidades trascendentes. Según este paradigma, la acumulación y el procesamiento de datos no son simplemente herramientas técnicas; representan una nueva forma de construir la realidad y de comprender la existencia. Esta visión, que encarna una hiperrealidad digital, fragmenta al ser humano y lo convierte en un objeto manipulable por flujos de información y poder algorítmico.

Sin embargo, su lógica instrumentalista deriva de las raíces inmanentistas de la modernidad, una crítica que autores como Martin Heidegger ya habían anticipado en Ser y tiempo. Heidegger advirtió que el "olvido del ser" era un peligro inherente al enfoque técnico de la existencia, donde los entes son desprovistos de su fundamento ontológico y tratados como simples recursos funcionales. El Dataísmo, como máxima expresión de esta tendencia, profundiza la crisis al establecer una relación utilitaria entre el ser humano y la técnica.

En este marco, emerge el concepto de cibercracia deshumanizante, que en mi obra define la evolución del poder digital hacia un modelo de control que deshumaniza al individuo. Bajo la cibercracia, los datos reemplazan las decisiones humanas, automatizando procesos sociales y políticos de tal manera que las personas quedan subordinadas a sistemas algorítmicos que priorizan la eficiencia sobre la dignidad humana. Esto no solo refuerza la fragmentación ontológica de la modernidad, sino que consolida un poder descentralizado y anónimo que aliena al ser humano de su esencia.

Mi polémica con Heidegger se centra aquí: aunque reconoce el peligro de la técnica como una fuerza deshumanizadora, su visión permanece atrapada en una crítica inmanente que no ofrece salida hacia una dimensión trascendental. En mi obra argumento que, sin recuperar la relación entre el ser y lo eterno, la cibercracia deshumanizante y el Dataísmo perpetúan el mismo vacío ontológico que Heidegger denuncia, pero sin capacidad de resistencia ética ni ontológica.

Por otro lado, autores pragmatistas como Richard Rorty, con su Contingencia, ironía y solidaridad, y éticos débiles como Gianni Vattimo en El fin de la modernidad, han defendido una adaptación flexible a las condiciones técnicas contemporáneas, argumentando que la trascendencia y los valores universales son innecesarios. Mi obra cuestiona esta perspectiva, señalando que sin principios trascendentales, la técnica queda desprovista de orientación ética y se convierte en una herramienta de dominación. ¿Es suficiente aceptar la lógica del Dataísmo como inevitable? ¿Cómo podemos superar su influencia sin caer en un rechazo absoluto de los avances técnicos?

II. Debate metafísico: Teoética y la trascendencia del ser La Teoética plantea un marco trascendental en contraste con la visión fragmentada del Dataísmo y las limitaciones del análisis heideggeriano. Inspirada en la metafísica realista de Tomás de Aquino y en las reflexiones de Emmanuel Levinas, propone recuperar la dimensión trascendental del ser como guía para la técnica y la política. Este enfoque se fundamenta en la idea de que el ser humano, lejos de ser reducido a lo utilitario, encuentra su sentido en su orientación hacia Dios y en su participación en valores absolutos.

Cornelio Fabro, en su crítica al existencialismo moderno, argumentó que sin una referencia trascendental, el ser humano queda atrapado en un vacío ontológico que perpetúa la fragmentación de la modernidad. Esta fragmentación es visible en la ética técnica contemporánea, que prioriza la eficiencia sobre la dignidad. En esta línea, Hans Jonas, desde su principio de responsabilidad, subrayó que la técnica debe ser regulada por valores que trasciendan el presente y consideren las implicaciones futuras de sus aplicaciones.

El concepto de hiperimperialismo digital juega un papel crucial aquí. Este término, desarrollado en mi obra, define la concentración de poder global en manos de corporaciones tecnológicas y estados que dominan los flujos de datos y algoritmos a nivel mundial. El hiperimperialismo digital no solo perpetúa desigualdades económicas y geopolíticas, sino que deshumaniza las relaciones internacionales al establecer sistemas de control algorítmico que carecen de principios éticos trascendentales. En contraste, la Teoética propone que el ser humano recupere su soberanía sobre la técnica, subordinándola a valores que promuevan el bien común y la justicia global.

En este contexto, mi obra establece una crítica directa a Heidegger. Aunque su análisis del ser reconoce la importancia de un horizonte más amplio que la lógica técnica, su rechazo explícito de la trascendencia limita la posibilidad de una solución integral a la crisis moderna. Propongo que, sin recuperar la relación entre el ser y lo eterno, cualquier crítica a la técnica permanece incompleta y perpetúa el mismo "olvido del ser" que Heidegger denuncia.

III. Debate ético: la resistencia frente al nihilismo técnico La dimensión ética de la Teoética se enfrenta directamente al nihilismo cultural inherente al Dataísmo y a la modernidad inmanentista. Este nihilismo, que autores como Friedrich Nietzsche identificaron como la negación de valores absolutos, ha dado paso a una ética relativista y utilitaria que reduce las decisiones morales a lo funcional. Mi obra denuncia que esta perspectiva, lejos de resolver los dilemas contemporáneos, agrava la crisis al eliminar cualquier referencia universal que pueda orientar la acción humana.

En este contexto, se encuentra el debate entre las éticas débiles y las éticas trascendentales. Gianni Vattimo, desde su perspectiva de "pensamiento débil," sostiene que los valores deben ser fluidos y adaptarse a las circunstancias. En contraste, Charles Taylor en La ética de la autenticidad y Michael Sandel en Justicia: ¿Hacemos lo que debemos? defienden la importancia de valores comunitarios y bienes compartidos. La Teoética recoge elementos de estas posturas, pero subraya que sin conexión con lo trascendental, incluso los valores comunitarios son insuficientes para enfrentar los retos éticos globales.

Por otro lado, Hans Jonas plantea una ética de la responsabilidad que complementa las propuestas de la Teoética al enfatizar la necesidad de considerar las consecuencias futuras de las decisiones técnicas y políticas. ¿Cómo podemos garantizar que estas decisiones respeten la dignidad humana y no perpetúen la lógica anética del Dataísmo? La Teoética ofrece una solución al subordinar la técnica a valores trascendentales como la justicia, la equidad y la verdad.

IV. Implicaciones geopolíticas y humanistas El enfrentamiento entre la Teoética y el Dataísmo tiene implicaciones que van más allá del plano ético y metafísico; afecta directamente a las dinámicas geopolíticas. En un contexto de hiperimperialismo digital, donde corporaciones tecnológicas controlan grandes flujos de datos y establecen nuevas formas de dominación, la Teoética propone un orden multipolar basado en la dignidad ontológica de las civilizaciones.

Mi obra analiza cómo esta propuesta puede superar las desigualdades globales y promover relaciones internacionales más justas. En contraste con autores como Zbigniew Brzezinski, que desde una perspectiva realista priorizan la supremacía occidental, la Teoética aboga por una cooperación basada en principios éticos trascendentales. Esta visión encuentra resonancia en las reflexiones de Alexander Dugin sobre el multipolarismo, pero las complementa al incorporar valores universales que trasciendan las fronteras ideológicas.

V. Objeciones a la Teoética y sus respuestas respectivas

La Teoética, como propuesta filosófica y ética, no está exenta de cuestionamientos, especialmente en un mundo marcado por el pluralismo y las tensiones entre distintas visiones del ser humano y la trascendencia.

Objeción 1: La Teoética es excesivamente idealista y desconectada de la realidad práctica. Respuesta: La Teoética no pretende ser un sistema rígido de aplicación universal inmediata, sino un horizonte ético que guía las decisiones prácticas. Busca inspirar reformas concretas y orientar políticas públicas, el diseño tecnológico y la acción internacional hacia el bien común.

Objeción 2: Su vinculación con la trascendencia podría ser vista como excluyente en contextos seculares. Respuesta: Aunque reconoce la trascendencia como principio orientador, la Teoética no limita su aplicación a contextos religiosos. Los valores que propone —dignidad, justicia, equidad— son universales y pueden ser adoptados por personas y comunidades con diversas cosmovisiones, fomentando un diálogo inclusivo que enriquezca su alcance práctico.

Objeción 3: La Teoética podría ser percibida como incompatible con el progreso técnico y científico. Respuesta: La Teoética no rechaza el avance técnico; en cambio, lo integra dentro de un marco ético. Propone que la técnica se oriente hacia fines superiores, asegurando que su desarrollo beneficie al bien común y promueva la dignidad humana. En lugar de limitar la innovación, prioriza su uso responsable y humano.

Objeción 4: Su implementación puede ser considerada utópica frente a los intereses políticos y económicos dominantes. Respuesta: La Teoética reconoce los desafíos del mundo actual, pero no intenta imponer sus principios de forma autoritaria. Plantea alianzas internacionales y movimientos éticos que confronten el hiperimperialismo digital, promoviendo una resistencia activa y práctica basada en valores compartidos.

Objeción 5: Puede interpretarse como paternalista al intentar “orientar” la técnica hacia valores trascendentales. Respuesta: Lejos de ser paternalista, la Teoética fomenta un consenso ético inclusivo que respeta la diversidad cultural y de perspectivas. Busca empoderar a las comunidades para decidir cómo la técnica puede servirles, respetando siempre la dignidad humana como principio rector.

Conclusión En Teoética y Dataísmo (2025), propongo una alternativa para enfrentar los desafíos ontológicos, éticos y geopolíticos de nuestra era digital. La confrontación entre la lógica algorítmica del Dataísmo y los principios trascendentales de la Teoética no es solo una disputa teórica; es una lucha por el futuro del ser humano y su relación con la técnica.

El Dataísmo, con su enfoque utilitario y deshumanizador, amenaza con fragmentar aún más la existencia humana, promoviendo la subordinación de individuos a sistemas algorítmicos que carecen de fundamentos éticos. Frente a esto, la Teoética busca restaurar la dignidad humana al reconectar al ser con lo eterno, ofreciendo un horizonte ético que integre la técnica al servicio del bien común y la justicia.

Mi obra no es una utopía abstracta, sino una invitación a resistir la deshumanización y a construir un horizonte donde la dignidad humana florezca frente a los retos de nuestra época. Solo al reencontrar esta conexión con lo trascendental podremos superar la fragmentación de la modernidad y reimaginar un mundo más justo, digno y humano.

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