TEOÉTICA Y DATAÍSMO
Por
Gustavo Flores Quelopana
Resumen La
ponencia desafía las dinámicas deshumanizantes del
Dataísmo y la cibercracia, denunciando cómo estas estructuras subordinan al ser
humano a la técnica, despojándolo de su dignidad y autonomía. Critica
corrientes filosóficas como el existencialismo técnico de Heidegger, el
pragmatismo relativista de Rorty y el pensamiento débil de Vattimo,
argumentando que su inmanentismo no ofrece una solución robusta frente al vacío
ontológico y ético de la modernidad. La Teoética emerge como una alternativa
trascendental que guía el uso de la técnica hacia principios universales como
la justicia y la equidad, promoviendo la soberanía humana y resistiendo el
hiperimperialismo digital de corporaciones globales. Al enfrentar objeciones
como su supuesto idealismo o exclusión secular, demuestra ser inclusiva y
pragmática, capaz de inspirar reformas concretas. El libro propone una visión
transformadora, donde la dignidad humana es el eje para construir un futuro
ético, justo y digno en medio de los retos contemporáneos.
Introducción La crisis ontológica,
ética y geopolítica de nuestra época no tiene precedentes. Desde la supremacía
del Dataísmo hasta la deshumanización del ser bajo la lógica técnica, la
modernidad inmanentista ha transformado radicalmente nuestra relación con la existencia.
Mi libro, Teoética y Dataísmo: Ser, Trascendencia y Geopolítica ante
el Hiperimperialismo Digital (2025), aborda esta encrucijada
histórica desde un marco trascendental, desafiando los paradigmas establecidos
por múltiples tradiciones filosóficas que han intentado comprender el lugar del
ser humano en un mundo gobernado por la técnica. En esta ponencia, no solo
abordaré el desafío del Dataísmo, sino también mis discrepancias con autores
como Heidegger, Gianni Vattimo, Richard Rorty, y el pragmatismo ético, entre
otros, sobre cómo superar los retos éticos y metafísicos de la era digital.
I. El
Dataísmo y la supremacía técnica El
Dataísmo, término popularizado por Yuval Noah Harari en obras como Homo Deus,
eleva los datos y algoritmos al nivel de entidades trascendentes. Según este
paradigma, la acumulación y el procesamiento de datos no son simplemente
herramientas técnicas; representan una nueva forma de construir la realidad y
de comprender la existencia. Esta visión, que encarna una hiperrealidad
digital, fragmenta al ser humano y lo convierte en un objeto manipulable por
flujos de información y poder algorítmico.
Sin
embargo, su lógica instrumentalista deriva de las raíces inmanentistas de la
modernidad, una crítica que autores como Martin Heidegger ya habían anticipado
en Ser y tiempo. Heidegger advirtió que el "olvido del ser"
era un peligro inherente al enfoque técnico de la existencia, donde los entes
son desprovistos de su fundamento ontológico y tratados como simples recursos
funcionales. El Dataísmo, como máxima expresión de esta tendencia, profundiza
la crisis al establecer una relación utilitaria entre el ser humano y la
técnica.
En este
marco, emerge el concepto de cibercracia deshumanizante, que en mi obra
define la evolución del poder digital hacia un modelo de control que
deshumaniza al individuo. Bajo la cibercracia, los datos reemplazan las
decisiones humanas, automatizando procesos sociales y políticos de tal manera
que las personas quedan subordinadas a sistemas algorítmicos que priorizan la
eficiencia sobre la dignidad humana. Esto no solo refuerza la fragmentación
ontológica de la modernidad, sino que consolida un poder descentralizado y
anónimo que aliena al ser humano de su esencia.
Mi
polémica con Heidegger se centra aquí: aunque reconoce el peligro de la técnica
como una fuerza deshumanizadora, su visión permanece atrapada en una crítica
inmanente que no ofrece salida hacia una dimensión trascendental. En mi obra
argumento que, sin recuperar la relación entre el ser y lo eterno, la
cibercracia deshumanizante y el Dataísmo perpetúan el mismo vacío ontológico
que Heidegger denuncia, pero sin capacidad de resistencia ética ni ontológica.
Por otro
lado, autores pragmatistas como Richard Rorty, con su Contingencia, ironía y
solidaridad, y éticos débiles como Gianni Vattimo en El fin de la
modernidad, han defendido una adaptación flexible a las condiciones
técnicas contemporáneas, argumentando que la trascendencia y los valores
universales son innecesarios. Mi obra cuestiona esta perspectiva, señalando que
sin principios trascendentales, la técnica queda desprovista de orientación
ética y se convierte en una herramienta de dominación. ¿Es suficiente aceptar
la lógica del Dataísmo como inevitable? ¿Cómo podemos superar su influencia sin
caer en un rechazo absoluto de los avances técnicos?
II. Debate
metafísico: Teoética y la trascendencia del ser La Teoética plantea un marco trascendental en
contraste con la visión fragmentada del Dataísmo y las limitaciones del
análisis heideggeriano. Inspirada en la metafísica realista de Tomás de Aquino
y en las reflexiones de Emmanuel Levinas, propone recuperar la dimensión
trascendental del ser como guía para la técnica y la política. Este enfoque se
fundamenta en la idea de que el ser humano, lejos de ser reducido a lo
utilitario, encuentra su sentido en su orientación hacia Dios y en su
participación en valores absolutos.
Cornelio
Fabro, en su crítica al existencialismo moderno, argumentó que sin una
referencia trascendental, el ser humano queda atrapado en un vacío ontológico
que perpetúa la fragmentación de la modernidad. Esta fragmentación es visible
en la ética técnica contemporánea, que prioriza la eficiencia sobre la
dignidad. En esta línea, Hans Jonas, desde su principio de responsabilidad,
subrayó que la técnica debe ser regulada por valores que trasciendan el
presente y consideren las implicaciones futuras de sus aplicaciones.
El
concepto de hiperimperialismo digital juega un papel crucial aquí. Este
término, desarrollado en mi obra, define la concentración de poder global en
manos de corporaciones tecnológicas y estados que dominan los flujos de datos y
algoritmos a nivel mundial. El hiperimperialismo digital no solo perpetúa
desigualdades económicas y geopolíticas, sino que deshumaniza las relaciones
internacionales al establecer sistemas de control algorítmico que carecen de
principios éticos trascendentales. En contraste, la Teoética propone que el ser
humano recupere su soberanía sobre la técnica, subordinándola a valores que
promuevan el bien común y la justicia global.
En este
contexto, mi obra establece una crítica directa a Heidegger. Aunque su análisis
del ser reconoce la importancia de un horizonte más amplio que la lógica
técnica, su rechazo explícito de la trascendencia limita la posibilidad de una
solución integral a la crisis moderna. Propongo que, sin recuperar la relación
entre el ser y lo eterno, cualquier crítica a la técnica permanece incompleta y
perpetúa el mismo "olvido del ser" que Heidegger denuncia.
III.
Debate ético: la resistencia frente al nihilismo técnico La dimensión ética de la Teoética se enfrenta
directamente al nihilismo cultural inherente al Dataísmo y a la modernidad
inmanentista. Este nihilismo, que autores como Friedrich Nietzsche
identificaron como la negación de valores absolutos, ha dado paso a una ética
relativista y utilitaria que reduce las decisiones morales a lo funcional. Mi
obra denuncia que esta perspectiva, lejos de resolver los dilemas
contemporáneos, agrava la crisis al eliminar cualquier referencia universal que
pueda orientar la acción humana.
En este
contexto, se encuentra el debate entre las éticas débiles y las éticas
trascendentales. Gianni Vattimo, desde su perspectiva de "pensamiento
débil," sostiene que los valores deben ser fluidos y adaptarse a las
circunstancias. En contraste, Charles Taylor en La ética de la autenticidad
y Michael Sandel en Justicia: ¿Hacemos lo que debemos? defienden la
importancia de valores comunitarios y bienes compartidos. La Teoética recoge
elementos de estas posturas, pero subraya que sin conexión con lo trascendental,
incluso los valores comunitarios son insuficientes para enfrentar los retos
éticos globales.
Por otro
lado, Hans Jonas plantea una ética de la responsabilidad que complementa las
propuestas de la Teoética al enfatizar la necesidad de considerar las
consecuencias futuras de las decisiones técnicas y políticas. ¿Cómo podemos
garantizar que estas decisiones respeten la dignidad humana y no perpetúen la
lógica anética del Dataísmo? La Teoética ofrece una solución al subordinar la
técnica a valores trascendentales como la justicia, la equidad y la verdad.
IV.
Implicaciones geopolíticas y humanistas El enfrentamiento entre la Teoética y el Dataísmo tiene implicaciones
que van más allá del plano ético y metafísico; afecta directamente a las
dinámicas geopolíticas. En un contexto de hiperimperialismo digital, donde
corporaciones tecnológicas controlan grandes flujos de datos y establecen
nuevas formas de dominación, la Teoética propone un orden multipolar basado en
la dignidad ontológica de las civilizaciones.
Mi obra
analiza cómo esta propuesta puede superar las desigualdades globales y promover
relaciones internacionales más justas. En contraste con autores como Zbigniew
Brzezinski, que desde una perspectiva realista priorizan la supremacía
occidental, la Teoética aboga por una cooperación basada en principios éticos
trascendentales. Esta visión encuentra resonancia en las reflexiones de
Alexander Dugin sobre el multipolarismo, pero las complementa al incorporar
valores universales que trasciendan las fronteras ideológicas.
V.
Objeciones a la Teoética y sus respuestas respectivas
La
Teoética, como propuesta filosófica y ética, no está exenta de
cuestionamientos, especialmente en un mundo marcado por el pluralismo y las
tensiones entre distintas visiones del ser humano y la trascendencia.
Objeción
1: La Teoética es excesivamente idealista y desconectada de la realidad
práctica. Respuesta: La
Teoética no pretende ser un sistema rígido de aplicación universal inmediata,
sino un horizonte ético que guía las decisiones prácticas. Busca inspirar
reformas concretas y orientar políticas públicas, el diseño tecnológico y la
acción internacional hacia el bien común.
Objeción
2: Su vinculación con la trascendencia podría ser vista como excluyente en
contextos seculares. Respuesta:
Aunque reconoce la trascendencia como principio orientador, la Teoética no
limita su aplicación a contextos religiosos. Los valores que propone —dignidad,
justicia, equidad— son universales y pueden ser adoptados por personas y
comunidades con diversas cosmovisiones, fomentando un diálogo inclusivo que
enriquezca su alcance práctico.
Objeción
3: La Teoética podría ser percibida como incompatible con el progreso técnico y
científico. Respuesta: La
Teoética no rechaza el avance técnico; en cambio, lo integra dentro de un marco
ético. Propone que la técnica se oriente hacia fines superiores, asegurando que
su desarrollo beneficie al bien común y promueva la dignidad humana. En lugar
de limitar la innovación, prioriza su uso responsable y humano.
Objeción
4: Su implementación puede ser considerada utópica frente a los intereses
políticos y económicos dominantes. Respuesta:
La Teoética reconoce los desafíos del mundo actual, pero no intenta imponer sus
principios de forma autoritaria. Plantea alianzas internacionales y movimientos
éticos que confronten el hiperimperialismo digital, promoviendo una resistencia
activa y práctica basada en valores compartidos.
Objeción
5: Puede interpretarse como paternalista al intentar “orientar” la técnica
hacia valores trascendentales. Respuesta:
Lejos de ser paternalista, la Teoética fomenta un consenso ético inclusivo que
respeta la diversidad cultural y de perspectivas. Busca empoderar a las
comunidades para decidir cómo la técnica puede servirles, respetando siempre la
dignidad humana como principio rector.
Conclusión En Teoética y Dataísmo (2025), propongo una
alternativa para enfrentar los desafíos ontológicos, éticos y geopolíticos de
nuestra era digital. La confrontación entre la lógica algorítmica del Dataísmo
y los principios trascendentales de la Teoética no es solo una disputa teórica;
es una lucha por el futuro del ser humano y su relación con la técnica.
El
Dataísmo, con su enfoque utilitario y deshumanizador, amenaza con fragmentar
aún más la existencia humana, promoviendo la subordinación de individuos a
sistemas algorítmicos que carecen de fundamentos éticos. Frente a esto, la
Teoética busca restaurar la dignidad humana al reconectar al ser con lo eterno,
ofreciendo un horizonte ético que integre la técnica al servicio del bien común
y la justicia.
Mi obra no
es una utopía abstracta, sino una invitación a resistir la deshumanización y a
construir un horizonte donde la dignidad humana florezca frente a los retos de
nuestra época. Solo al reencontrar esta conexión con lo trascendental podremos
superar la fragmentación de la modernidad y reimaginar un mundo más justo,
digno y humano.
No hay comentarios:
Publicar un comentario
Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.