FILÓSOFOS PERUANOS
INSUMISOS AL PRINCIPIO
DE INMANENCIA DE LA MODERNIDAD
Víctor
Andrés Belaunde (1883–1966)
Víctor
Andrés Belaunde nació el 15 de diciembre de 1883 en Arequipa, Perú, y falleció
el 14 de diciembre de 1966 en Nueva York, Estados Unidos. Fue un defensor de un
humanismo profundamente conectado con Dios, argumentando que la dignidad humana
se encuentra en reconocer al ser humano como una criatura trascendente que
participa de lo divino. En obras como Meditaciones Peruanas y La
Realidad Nacional, reflexionó sobre la identidad peruana como una síntesis
cultural entre lo indígena y lo occidental, con la fe católica como un factor
integrador. Para Belaunde, la modernidad inmanentista había reducido el valor
humano al materialismo y relativismo, ignorando la dimensión trascendente que
otorga sentido y dignidad a la existencia. Abrazó el sentido analógico del ser,
destacando cómo toda la creación tiene un vínculo ontológico con Dios, lo cual
invita a una visión más integral de la realidad.
Gustavo
Gutiérrez (1928–2024)
Gustavo
Gutiérrez nació el 8 de junio de 1928 en Lima, Perú, y falleció el 22 de
octubre de 2024 en la misma ciudad. Como padre de la Teología de la Liberación,
estableció una conexión entre la fe cristiana y el compromiso social,
desafiando el inmanentismo moderno al situar la experiencia de los pobres y
marginados en el centro de la praxis cristiana. En su obra más conocida, Teología
de la Liberación: Perspectivas, propuso un humanismo teocéntrico que
trasciende lo meramente material, vinculando el amor a Dios con la lucha por la
justicia social. Además, recuperó el sentido analógico del ser al subrayar que
toda realidad es una participación en el ser divino, otorgando un carácter
trascendente y ético a cada acto humano. Para Gutiérrez, el amor a Dios y el
compromiso con los desfavorecidos son inseparables, lo que convierte a su obra
en un desafío directo al pensamiento puramente inmanentista.
Gustavo
Flores Quelopana (1959–)
Gustavo
Flores Quelopana nació en 1959 en Lima, Perú, y continúa activo en el ámbito
filosófico. Ha realizado profundas críticas al nihilismo y al inmanentismo de
la modernidad y la posmodernidad. Con su enfoque de "hermenéutica
remitizante", busca restaurar la capacidad del pensamiento humano para
asombrarse y conectarse con lo trascendente. En sus textos analiza la
Rebelión de la inmanencia y el Retorno de la Trascendencia, defiende
un humanismo centrado en Dios, argumentando que la pérdida del sentido
analógico del ser ha llevado a una fragmentación del pensamiento. Para Flores
Quelopana, recuperar esa comprensión analógica es esencial para integrar la fe
y la razón, ofreciendo así una alternativa frente al vacío existencial moderno.
Su trabajo promueve un retorno al humanismo teocéntrico, donde el ser humano se
reconcilia con su conexión esencial con Dios como fundamento de toda
existencia.
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