miércoles, 25 de agosto de 2021

DIÁLOGOS CON EL MAESTRO (II)

 

DIÁLOGOS CON EL MAESTRO (II)

Gustavo Flores Quelopana


 

 

 

SOLILOQUIOS DEL MAESTRO

 

 

 

QUINTA EXTINCIÓN

No debemos descartar sino, al contrario, considerar que el coronavirus, el sida, el ébola, la gripe aviar, y otros virus mutantes nuevos, sean parte de una quinta extinción que está en marcha.

 

ESCRIBIR Y PENSAR

Cierta vez un escritor se encuentra con su amigo ágrafo y se suscita el siguiente diálogo:

- ¿Para qué escribes tanto, si ni tú te lees, ni nadie leerá tantas obras que escribes?

- Es que no escribo ni para que me lean ni para leerme.

- Entonces, ¿para qué escribes?

- Escribo porque me gusta pensar.

- Dichosos los que escriben no solamente porque leen, sino porque piensan.

 

UN MAESTRO

- ¿De verdad, lo conoció? ¿Y cómo era?

- Tuve la fortuna que fuera mi maestro en San Marcos una figura como el Maestro José Antonio Russo Delgado. Era arisco como Heráclito el gruñón. Huraño como un asceta oriental. Y lacónico como un espartano.

- ¿A qué edad lo conoció?

- Lo conocí cuando su testa estaba completamente cana. Con su mirada torva, su concentración tantálica, su voz esforzada, la agitación parlamentaria de sus manos, la severa delgadez de su figura.

- ¿Cómo vestía?

- Siempre con su severo terno oscuro, parecía un Carlos V retirado a la vida monástica.

- ¿Le gustaba tener discípulos?

- No. Era enemigo de rodearse de colegas y de alumnos. Todo ello proyectaba un halo de misterio, respeto y admiración. Hombre justo, de palabras precisas, y de ideas grandes.

- ¿Era un gran escritor?

- Era proclive a escribir obras densas y voluminosas. No era un maestro de la pluma, pero sí un consumado erudito. Tampoco era un autor prolífico, pero lo que escribía lo hacía con su sangre, a lo Nietzsche.

- ¿Todas sus obras se publicaron en vida?

- No. Y todavía San Marcos le debe una edición respetable de sus obras dedicadas al pensamiento griego.

- Si quisiéramos evaluarlo ¿Qué opinión prevalecería?

- Fue el mayor helenista americano, de la talla de un Wilamowitz, Nestlé, Jaeger. Como siempre ignorado en su propia patria.

- ¿Se dice que jamás le interrumpieron una clase los del Centro Federado?

- Cierto. Era tan grande su prestigio que jamás la acémila tropa del Centro Federado pateó la puerta de su aula para vomitar sus necias arengas.

- ¿Y cuál fue su legado a Usted?

- Me legó el amor por las ideas, y la pasión por la verdad. Brindo por su memoria. Maestro Russo, sigua Usted paseando en el Parnaso de la Filosofía, en el diálogo mayéutico que tanto disfrutó

 

POP Y RAP

Es muy particular constatar que cuando una civilización se derrumba, el cuerpo se contorsiona sin esfuerzo. En el centro del imperialismo mundial el pop es el género musical más escuchado y en los países de habla hispana lo es el rap. En esta estadística no hay que perder de vista que se trata de oyentes urbanos y no campesinos. O sea, se trata del sector poblacional moderno y de mayor crecimiento en el mundo. ¿Qué hay detrás de estas preferencias? Lo que hay es un ser humano enlodado por la alienación, el vicio y el crimen, y un cerebro vaciado de educación y cultura. Y así, menos cuenta se da de sus verdaderos explotadores. Tanto el pop como el rap son el colofón de la monstruosidad acabada. Al contrario del baile popular campesino, cuyo contenido expresa la alegría tras un día honesto de trabajo, los géneros musicales del solaz burgués han degenerado en expresión mórbida de la sedicente satisfacción tras un día de negocios mafiosos y consumo de drogas. Su intención es positiva: disolver la relación amo-esclavo, pero sus medios son negativos: la violencia, el sexo, el vicio y el crimen. Cuando todo se desmorona se impone el camino hacia lo extraño. Y a su compás la desorientada juventud burguesa comenzó a embrutecerse. El pop y el rap pertenecen a lo dionisíaco; de manera que de alguna forma sin Nietzsche no se hubiera llegado a esta clase de géneros musicales: empequeñecedores, desnaturalizados, baile de asesinos, de prostitutas, adictos y delincuentes. Aquí no se trata de la danza mágica y sus convulsiones demoníacas, ni la danza cúltica y sus mujeres bacánticas, sino de la danza degenerada donde las ménades y ninfas han desaparecido, tras el estremecedor jadeo dionisíaco secularista e inmanentista. Aquí no se trata de negar únicamente lo orgiástico, como en las danzas ancestrales, sino de implantar una pantomima no ctónica ni cósmica, antes bien antropomórfica, pero en su configuración decadente. La exaltación de la riqueza, el poder y el placer son la insignia no de un corro de ángeles, sino de demonios.

 

UTOPÍA AMOROSA DEL MATRIMONIO

No ha habido ninguna utopía amorosa que haya dado más importancia al matrimonio que el cristianismo. El matrimonio como Corpus Christi y sacramento convierte el matrimonio en comunidad reproducido por el hombre y la mujer. La alianza de Cristo con su comunidad es la imagen y modelo del matrimonio. El misterio del matrimonio es grande porque es el órgano de reproducción de la criatura racional. El profundo sentido de lo colectivo se refleja en el matrimonio como fe, amor y esperanza.

 

HISTORIA Y LOCURA

En la antropológica y secularizada en la Edad Moderna la paranoia o los delirios de la personalidad narcisista, es la que hace la historia. En cambio, en la teológica y trascendente Edad Media la epilepsia vista como ataque de espíritus malignos, es el factum de la historia. Mientras que en la esclavista y sacerdotal Edad Antigua es la psicosis con sus alucinaciones y cambios afectivos y de percepción, la que condicionan la historia. La Historia es una estructura compleja que pone siempre en primer plano una determinada forma de enfermedad mental en el derrotero histórico. Lo curioso es que lo pone no tanto como enfermedad, sino como contagio social que arrastra con convicción a las masas.

 

AUGE POSMODERNO DE LA SERIES

Las series no cambian nuestras vidas, ofrecen una vida ficticia de escapismo, nos mantienen vacíos, es la pura extraversión a costa de la introversión, es el alto consumo de sensaciones momentáneas que son incapaces de fomentar valores e ideales. Las series son la expresión del hombre narcisista, indiferente, sin esfuerzo y sumido en el consumismo disolvente.

 

PARAFRASEO

Cierta vez le preguntan a Sócrates qué es la paz y qué es la guerra, y responde: La paz es el tiempo en que los hijos entierran a sus padres y la guerra es el tiempo en que lo padres entierran a sus hijos. De modo similar nos preguntamos qué es la pandemia, y respondemos: es el tiempo en que ni padres ni hijos saben si se van a enterrar unos a otros.

 

CAMPEA TERRENALIDAD

Si la modernidad fue el proyecto de librarse de Dios, la postmodernidad fue el proyecto de librarse de la Razón y la Verdad. Ambos reflejan la crisis y la tragedia de la razón burguesa, pues la razón proletaria del marxismo -única filosofía que rescató el método dialéctico hegeliano, pero que en la práctica lo congeló- sucumbió antes, víctima de su propio totalitarismo político. Pero todos son expresión de un sujeto encerrado en su propia inmanencia y que vive lo trascendente sin trascendencia.

 

POSMODERNIDAD DEL DESEO

La postmodernidad se vincula a una teoría del deseo que carece de una noción de justicia. Se trata de defender la autonomía del deseo y admitir lo trascendente de la voluntad sin trascendencia. O sea, se quedaba en el horizonte de la pura inmanencia de la voluntad individual deseante. Ese imperio del deseo en el proyecto posmoderno refleja el dionisíaco y luciferino afeminamiento, amaneramiento, desvirilización y travestismo de la sociedad burguesa en su declive.

 

ASB

Un 6 de febrero de 1974 fallecía el filósofo Augusto Salazar Bondy. Efectivamente, al momento de morir ASB era un socialista humanista, partidario de una filosofía de la liberación adecuada para el Tercer Mundo y que se diferenciara de los centros de poder mundial. Su centrismo político -ni capitalismo ni comunismo- cayó en el olvido tras el fracaso de la revolución velasquista. Hasta ahora se discute si en su última obra "Bartolomé o de la dominación" se refleja alguna forma de desencanto por la vía reformista y si preconiza alguna de forma de violencia revolucionaria a lo guevarista.

}LA RAZÓN MODERNA

El propósito de Heidegger es convencernos de que el nihilismo estaba encerrado en la misma entraña calculadora y dominadora de la propia Razón. Aparentemente tendría razón si vemos que los exterminios humanos a escala industrial se dieron tanto en campos de concentración nazis como estalinistas y maoístas, como en Hiroshima y Nagasaki. Pero esto no es más que la superficie. Pues todo esto ha ocurrido bajo el predominio de la razón del sujeto moderno. El problema no reside en la razón sino en la modernidad. Ha sido la modernidad con el sujeto autónomo el que abrió un abismo dionisíaco y luciferino en la entraña de la razón al divorciarla de lo trascendente y encerrarla en lo inmanente.

 

FILOSOFÍA DEL MYTHO

Y FILOSOFÍA DEL LOGOS

Dice la enseñanza tradicional de la filosofía que su origen es el paso del mito al logos. Lo cual es un profundo error. El paso del mito al logos es apenas el surgimiento de otra forma de filosofía, pero no el origen del filosofar mismo. El mito como explicación de la creación encierra profundas explicaciones filosóficas de origen divino. Hay filosofía en el mito y lo hay en gran estilo. La diferencia estriba en que la filosofía mítica no se guía por el principio de no contradicción sino por el de la armonía de los contrarios. Mientras que en la filosofía del logos sucede a la inversa. Incluso se puede hablar del logos metafórico y analógico en la filosofía mítica. Y de la misma forma del Mytho identitario y no contradictorio de la filosofía del logos. Pero esta diferencia entre filosofía logocrática y filosofía mitocrática nos conduce hacia el sentido multívoco y polimórfico del filosofar, porque en el fondo se trata de la situación existencial de la condición humana. Lo cual lleva a pensar en una filosofía mitomórfica en el paleolítico superior y una filosofía numinocrática en el paleolítico inferior. Ese sería el cuadro completo de una Teoría general de la filosofía.

 

RAZON BURGUESA MODERNA

Algo está muriendo y ese algo no es la Razón, sino la Razón burguesa del sujeto moderno. Si los modernistas con la teoría del consenso representan a la pequeña y mediana burguesía occidental que busca proscribir la revolución social, los posmodernos con la teoría del deseo representan a la gran burguesía que busca lo mismo, pero introyectándola al interior del voluntarioso sujeto deseante. El último agnosticismo de una sociedad carente de toda voluntad de verdad es el nihilismo, propio de la decadente y degenerada burguesía mundial. Su danza dionisíaca y orgiástica se encubre bajo el sedicente lema de pensar libremente sin dioses ni dogmas.

 

DEMOCRACIA JUSTA CON LIBERTAD E IGUALDAD

El problema actual del Perú no es si gana Castillo o Keiko, sino cómo hacer posible una democracia justa con libertad e igualdad. El desafío de la democracia es conciliar el derecho a la igualdad con el derecho a la libertad. La justicia debe ser una virtud de las instituciones que debe asegurar la libertad individual, repartir con equidad las oportunidades y redistribuir la riqueza. Para ello debe tener una adecuada teoría del poder para poder sobreponerse a los poderosos grupos económicos de influencia que existen al interior de toda democracia. Para el ultraliberalismo el derecho a la propiedad está por encima del derecho a la igualdad y la ultraizquierda el derecho a la igualdad está por encima al derecho de la propiedad. Aquí sería bueno recordar que fue el propio John Rawls, teórico de la justicia liberal, quien negó que exista un derecho natural a la propiedad privada. No hay duda de que a la democracia le sigue haciendo falta una teoría moral y política de la justicia y una adecuada teoría del poder.

 

XENOFILIA

Xenofilia o amor a lo extranjero es la grave enfermedad que padece la peruanidad hasta hoy. Se trata de un complejo cultural que inferioriza nuestro propio ser histórico. Por ello es no sólo un problema social, cultural y ético, sino también metafísico. Víctor Andrés Belaunde prefería llamarlo "Anatopismo".  Esta aversión a lo nuestro es en el fondo el rechazo al Perú profundo, o sea al indio, al cholo. No hay duda de que hay un fuerte contenido racial. En este sentido, poco importa que el extranjero venga pobre, con tal que tenga ojos azules o verdes y pelo rubio o castaño. Por lo demás, muchos conocidos apellidos extranjeros vinieron aquí pobres e hicieron fortuna. El peruano tiende a ayudar más al extranjero que al compatriota. Esa también fue una de las causas de la destrucción del imperio de los incas. En suma, el problema del Perú no es la convivencia y armonía con las sociedades multiculturales extranjeras, sino con las propias.

 

INMORAL MURO DEL FRACASO DEMOCRÁTICO

Cuando una sociedad respeta las preferencias personales en vez de a las personas, entonces resulta vulnerando el principio central de la sociedad democrática: la Igualdad. Ese muro de diez kilómetros de las Casuarinas en la ciudad de Lima es el símbolo del fracaso de una democracia que no respeta a los demás como verdaderamente iguales. Este Muro hace fracasar en el Perú la construcción de una sociedad justa. Pero en realidad, es la Democracia la que carece de una teoría moral de la justicia. La verdadera política es la creación de sociedades justas. Se es justo no porque se es bueno, sino porque se reconoce que lo justo está por encima e lo bueno. Por eso la justicia no debe depender de la moral, de la caridad ni del azar, sino del ideal político de edificar una sociedad justa.

 

ILUSTRACIÓN VS ROMANTICISMO

Para los fujimoristas, Castillo representa un retorno al "comunismo velasquista". Para los castillistas, Keiko representa la justificación de la desigualdad capitalista. Aparentemente se trata de la oposición entre Ilustración y Romanticismo. Los ilustrados que creen en el progreso y la ciencia para comprender la realidad; y los románticos que fetichizan lo antiguo, lo viejos valores y el retorno al pasado. Los primeros tienden al capitalismo liberal, los segundos a los regímenes autoritarios (comunismo, fascismo).

No obstante, hay un detalle que no ha sido tomado en cuenta en ese esquema simplificador. Y es que la nueva izquierda es republicanista, no colisiona con los valores democráticos, el imperio de la ley, la democracia, los derechos humanos y el pluripartidismo. No está claro que Castillo represente esa nueva izquierda, pero es el nuevo progresismo de izquierda que se va imponiendo en la subregión y en el mundo. Y esto ocurre al compás de la decadencia del imperio estadounidense, el surgimiento del mundo multipolar y la descomposición acelerada del neoliberalismo.

De manera que la disputa entre Ilustración y Romanticismo sería a la inversa: romántico es hoy aferrarse al neoliberalismo fracasado (Keiko) e ilustrado es asumir el progresismo de la nueva izquierda republicanista (¿Castillo?).

 

DEMOCRACIA EN CAMA UCI

La democracia peruana luce gangrenada. Unos por exceso de honestidad se abstienen de la política. Otros piensan que la misma honestidad los lleva a la política. Por otro lado, en cualquier forma de gobierno hay corrupción. La situación se agrava si advertimos que vivimos actualmente bajo el signo del anetismo, la indiferencia y el relativismo. O sea, todas las formas de gobierno están sufriendo en el presente un deterioro alarmante. Ello señala que en el fondo se trata de un problema cultural. Lo que vivimos actualmente es la tragedia y la patología de la cultura, su despersonalización y prostitución. Su alienación y avasallamiento por la cultura objetiva de las cosas. Lo cual desata un momento muy penoso de declive de la civilización instrumental misma. La única luz que se atalaya en el horizonte está aún lejana, pero nos habla de una salida consistente en cuatro cosas: lograr una nueva imagen del mundo, restablecer la relación con Dios, respetar la esencia de las cosas y volver hegemónica la actitud contemplativa.

 

UNIR LO POLÍTICO CON LO SOCIAL

Así como ayer el Perú fue el más férreo bastión hispánico, hoy somos el más fidelista baluarte neoliberal. Y el descolorido Grupo de Lima lo testimonia. En el Perú la   Independencia no fue un producto endógeno sino exógeno. Carecimos de caudillos militares de la talla de San Martín y Bolívar. Una vez que las sublevaciones indígenas fueron vencidas con una represión bárbara, recién levantó cabeza el movimiento reformista criollo. Si la sofocada revolución indígena representaba el rechazo total del sistema, la criolla se limitaba a lo político sin profundizar en lo social. Desde entonces quedó en el olvido el Perú profundo. Nunca quisimos entender que no son las leyes sino los hombres los que cambian a los hombres. Encima se tuvo la desgracia de que el ideal bolivariano de la integración latinoamericana fracasó. Y con ello se profundizó nuestro aislamiento y desarticulación. Y lo que se ve en cada proceso electoral son caudillos sin ideología. Estos no entienden que lo que nos faltó desde hogaño fue enlazar la revolución política con la revolución social. Nos hace falta una segunda Independencia, un nuevo Libertador, que desde el Istmo hasta la Patagonia resucite el ideal libertario uniendo lo político con lo social. Sólo así se podrá atajar el huracán chovinista, la anarquía entreguista y la prepotencia neocolonialista.

 

DEMOCRACIA EN LA ENCRUCIJADA

Tras cinco presidentes implicados en corrupción y la actual polarización electoral, la democracia peruana está en una encrucijada. La historia es hecha por acciones humanas, pero es una segunda naturaleza que no es gobernada por los hombres. La historia sigue su propio curso. Y lo que se avizora es preocupante. Si quien salga elegido no desarrolla una democracia justa, basada en la igualdad y la libertad, entonces lo que adviene es la solución autoritaria. Nadie lo desea, pero la historia no responde a los deseos particulares ni colectivos. La historia avanza por sí misma.

 

LA MALDICIÓN INTELECTUAL FRANCESA

Artaud exaltando la degeneración y la crueldad, Bataille reivindicando la negatividad sin uso y la efusión erótica transgresora, Blanchot buscando la des-subjetivación por medio de la escritura del desastre, Lévi-Strauss sustituyendo la unidad humana por las cartografías humanas, Saussure afirmando que la lengua no es cosa del hombre sino el hombre es cosa de la lengua, Lacan que disuelve la conciencia humana en códigos inconscientes, Derrida con la sacralización del texto sin contacto con la realidad exterior, Foucault con su proclamación de la muerte del hombre por la soberanía del lenguaje, Deleuze y Guattari que bregan en el universo de la contracultura, Baudrillard con la sustitución de lo real por el virtual simulacro, Barthes que hace desaparecer el ser confiriendo sustancia real solamente al estilo, todos ellos con su inflación retórica forman parte de la relativización, trivialización y debilitación de la filosofía, hasta que ésta sucumba en mera narrativa en las fementidas manos de Lyotard. Aquí no se trata de hablar contra el orgullo filosófico francés, sino de señalar su nefasto papel en la formación de la mefítica cultura posmoderna.

 

EL IMPERIO DE LA ESTUPIDEZ

Tik tok es la exhibición sin tapujos de la estupidez humana elevada al cuadrado. Los videos cortos personalizados en la red se albergan en la plataforma llamada Tik Tok. Ese afán de exhibirse -ya sea en la imposibilidad de dormir, haciendo un nuevo baile, teatralizando un chiste o una broma, o mostrando cualquier sinsentido- es una actividad fácil que no requiere ningún largo estudio. En el fondo se trata de dominar el mundo e imponer su voluntad de verdad. Es un fenómeno egotista que es parte de la era de la posverdad, donde cada uno hace lo que quiere sin importarle el mundo exterior. Es la búsqueda de reconocimiento en el internet, efectuando conjeturas sin refutaciones. Indiferente a cualquier valor cognitivo se atiene al mito de que todas las verdades son iguales y que hay muchísimas verdades. Es el relativismo enloquecido que refleja una civilización en su ocaso.

 

LA TRAMPA DE LA ALETHEIA

La trampa conservadora y antirrevolucionaria de la Aleteia heideggeriana se traduce en dos conceptos: 1. la verdad es un don auroral ya perdido, y 2. la verdad filosófica tiene carácter fundacional mientras que la ciencia es una praxis rutinaria. Por la primera, los modernos han perdido esta verdad griega, pero se la puede buscar delante de nosotros como posibilidad histórica. Por la segunda, la verdad es una institución política que exige ser analizada con la teoría decisionista del fascista Carl Schmitt. En una palabra, Heidegger presenta su teoría de la verdad en consonancia con las formas totalitarias enemigas de la democracia.

 

CRISIS POLÍTICA Y CIVILIZATORIA

¡Oh tempore, oh mores! - ¡Oh tiempo, oh costumbres! -, se lamentaba Séneca en plena decadencia del imperio romano. Lo mismo podemos afirmar nosotros para el nuestro. La crisis política en el Perú es tan profunda que si el voto fuese voluntario ganaría el voto en blanco junto al viciado. Como galeones españoles los expresidentes se han llevado a saco abierto las riquezas del país. Tampoco fue distinto el comportamiento de las transnacionales exoneradas de impuestos en el país. De toda esta mojiganga el Imperio estuvo enterado, pero mantuvo silencio al beneficiarse venalmente. Conservadores y radicales lucen la misma verborrea engañosa. Y el pueblo, lleno de escepticismo, se ve compelido a elegir entrando en el juego perverso del engaño total. El problema es la decadencia de una civilización que terminó consagrando el beneficio económico sobre los principios morales. A la rebelión de las masas le vino a suceder la deserción de las élites. Y es que la política no tiene futuro en medio de la anarquía moral. 

 

COCAÍNA, ADICCIÓN Y FRUSTRACIÓN CAPITALISTA

EE. UU. es el mayor país consumidor de droga en el mundo. Se habla de narcoeconomía, los cultivos, de los países productores, del narcoterrorismo, del narcoestado, del narco poder, pero no se habla del factor subjetivo que está detrás de todo el fenómeno. La cocaína aumenta estrepitosamente los niveles de dopamina en el cerebro, produciendo una enorme sensación de felicidad, que la vuelve aditiva y destructiva. Esa desesperada búsqueda de felicidad que conduce a las personas de las principales economías del mundo a consumir cocaína refleja el alto nivel de frustración, desorientación y materialismo que quiebra el sentido de la vida. El capitalismo más desarrollado genera infelicidad, porque la riqueza no vuelve feliz al ser humano.

 

HIPERIMPERIALISMO DIGITAL

No seamos ingenuos, el contrato social cambió. El neoliberalismo al que se opondrían los valores de igualdad o solidaridad ha quedado superado. Hoy vivimos el capitalismo digital, que dejó atrás su forma mercantil e industrial, y configura el mundo sin que los gobiernos sean capaces de imponer regulación alguna. El poder hiperimperialista de los monopolios digitales cambió el terreno democrático, se autolegitiman, imponen una economía contributiva, sin compensación financiera, y señalan el fin de la democracia. Las GAFAM (Google, Amazon, Apple, Microsoft, Facebook) gobiernan y son los nuevos amos del mundo.

                                                                                                        

 

DIÁLOGOS EN EL OLIMPO

 

 

Foucault: El filósofo es también una especie de sopa originaria de gestos, órganos y deseos, convenientemente disciplinada, vigilada y castigada, para moverse en su propia reflexión. En este sentido, usted se sume en una especie de revelación platónica que en realidad responde a la microfísica del ejercicio del poder.

 

Yo: La arqueología del saber lleva a la conclusión que saber y poder son una estructura de dominación sobre el hombre. Pero una postura metafísica en un mundo antimetafísico como el de hoy, ¿sirve a la dominación del hombre? Lo dudo. Lo que sucede es que la arqueología del saber al desembocar en una arqueología del poder y ésta en una biopolítica, lo que en realidad hace es mantenerse en una ontología histórica que no supera los límites del inmanentismo moderno y que ahonda el relativismo cultural. Por ello, es su postura antimetafísica la que se engarza ejemplarmente a la microfísica del poder actual.

 

Rorty: Considero que el presente libro y todo su pensamiento está demasiado hipotecado a los sueños por la verdad eterna de la filosofía. En su caso sigue preso de una superstición, a saber, que la filosofía tiene que ver con la verdad, en vez de ver la filosofía como una simple forma de comunicación lo más libre posible. La filosofía es una simple forma de conversación y no es un espejo de la naturaleza. Incluso la filosofía analítica es una persistencia en esa superstición. Por eso he propuesto remplazar la objetividad por la solidaridad y la ironía. Pero Usted cree que la filosofía es una visión privilegiada de una época, cuando simplemente es una perspectiva desde la que se observan algunos episodios. Se encuentra atrapado en la telaraña de la filosofía sistemática de las grandes verdades eternas y muy lejos de la filosofía edificante que no pretende haber descubierto alguna verdad. La filosofía debe ponerse al mismo nivel que otros discursos. El Maestro aún cree que la filosofía tiene que ver con la luz de la razón, cuando ésta no es más que una forma de persuasión y de narración. Ni la razón ni la religión son la solución. La idea de la Confianza y la Tolerancia, en lugar de Dios y la Verdad, constituye el quid del segundo grado de secularización. Ese es el fuego pálido que ilumina la sociedad postsecular.

 

Yo: Cuando el neopragmatismo suyo afirma que lo importante ahora, en esta segunda Ilustración, es decir adiós a la Razón y a todos los sustitutos de autoridad que exima al hombre por responder por su prójimo, no puede escapar en convertirse en la nueva autoridad. El abandono de la racionalidad para poner en su lugar a la tolerancia es caer prisionero en el pathos escéptico y en el ethos nihilista, que disuelven la modernidad mortecina del presente. La verdad es objetividad y no solidaridad, pero la objetividad es aproximación asintótica a la realidad. Sustituir la objetividad por la solidaridad es caer en el subjetivismo que convierte al hombre en la medida de todas las cosas. Es caer en la escéptica filosofía edificante, la cual confunde la temporal vigencia de las ideas con la perennidad de la verdad metafísica. En realidad, lo que usted llama filosofía edificante es mera filosofía retórica, propia de una época sin substancia. Además, ello despoja a la filosofía de todo aquello que le confiere de verdadero valor. La verdad depende de las decisiones humanas en su forma, pero no en su contenido. El contenido de la verdad es metafísico y ontológico. Y por ello no puede depender de las esperanzas ni de los miedos humanos. Precisamente por ello la filosofía no puede ser mera conversación o narrativa literaria, porque tiene que ver con la búsqueda de la verdad. La filosofía no es privilegiar un tipo de discurso epistémico, ni búsqueda hermenéutica del interés común, ni mera conversación. Además, decir que la filosofía no es representacional sino mera herramienta, induce a un historicismo que no puede eludir pensar que ha descubierto le verdadera esencia humana. En otras palabras, filosofía no es epistemología, ni hermenéutica, ni persistencia de la superstición por la verdad, sino metafísica. Llamar “nuevo grado de secularización” a decir adiós a la verdad, es la nueva ilusión sin futuro de una clase burguesa decadente que ha quedado realmente sin futuro. Es por todo ello que su neopragmatismo no sucumbe en el inmanentismo antimetafísico moderno, sino que lo celebra en el ardor dionisíaco postsecularizado.

Habermas: Discrepo de la manera metafísica en que usted concibe la filosofía. La filosofía debe dejar atrás muchos de sus sueños por la verdad eterna. La filosofía no es correspondencia con la realidad, sino reflexión lingüística que pone en contacto a los individuos. Y en ello está de acuerdo Karl-Otto Apel. Filosofía es básicamente razón comunicativa. En este sentido razonar es una facultad intrínsecamente lingüística. Por ello, buscar la verdad no tiene que ver con lo trascendente, sino tiene que ver con algo más inmanente: comunicarse lo más democrática y libremente posible. Pero, a su vez, reconozco su sensibilidad ante los problemas de la religión. No en vano la religión tiene un papel muy importante en las sociedades seculares y laicistas.

 

Yo: La razón es una potencia creadora muy poderosa pero no veo la necesidad que tenga que desembocar en una razón comunicativa secularizada y totalmente inmanente. La propia razón tiene sus límites y su fiabilidad no es absoluta. El conocimiento siempre es poder y aunque pueda ser considerado un poder neutral, puede siempre llevar a teorías de consecuencias peligrosas. Ya en los sesenta Kuhn evidenció que el método científico no es el paso del error a la verdad. Y en los setenta Feyerabend subrayó que la ciencia no es el paradigma único de racionalidad. Sin duda que somos seres que resolvemos problemas, pero de modo limitado. Y justamente por ello, los nuevos problemas que engendran nuestras soluciones resultan ser más grandes. Y ello es parte de la dialéctica de ser seres que buscamos la verdad. Pero la verdad no sólo es un asunto de la razón, sino también que tiene que ver con la fe. En este sentido, no sólo es una necedad, sino que resulta muy dañino para el hombre seguir negando lo trascendente y lo divino. Y por ello el hombre cuenta con la realidad de la fe. La razón se deteriora a sí misma cuando desconoce las realidades que la sobrepasan. Y, más bien, gana mucho cuando reconoce las verdades suprarracionales.

 

Derrida: Mi acción de interpretación es mucho más radical y ambiciosa que una mera crítica de los sistemas tradicionales. Mi deconstrucción es una estrategia que revela aporías y contradicciones ahí donde todo parece coherente y estable. En este sentido, Usted en vez de alejarse de las pretensiones de verdad de la filosofía, se mantiene adherido a ella.

 

Yo: Al contrario. Considero que la sacralización del texto que efectúa la deconstrucción, sin contacto con la realidad exterior, forma parte de esa terrible evaporación de lo real y de la verdad objetiva en la diferencia, lo indecible o lo relativo. Su denuncia del logocentrismo es tan limitado que lo concibe como el imperio de la metafísica sobre la escritura. Con ello se hace que el sentido no pertenezca a la cosa sino al signo. El sentido es un simple juego de la escritura. El resultado patético es que la verdad queda convertida en un juego de la escritura. Pero en realidad, la esencia del lenguaje no sólo es lo lógico gramatical porque también tiene una dimensión metafísica y ontológica. A mi modo de ver, la deconstrucción que convierte la verdad en un juego de la escritura es el epítome de la crisis del racionalismo moderno. La cual termina negando el Ser que funda todo ser y expresando la decadencia de la razón burguesa en su etapa final.

 

Vattimo: Como de lo que se trata es de secularizar a la filosofía, entonces hay que insistir en el pensamiento débil, dando prioridad a la idea de la interpretación sobre la idea de la verdad. Hay que decir adiós a la Verdad y a la religión. Nada de esto hay en la propuesta suya, el cual está anclado en la ontología fundante.

 

Yo: Muy cierto. Existe una gran diferencia entre la gente como Vattimo y la gente como yo. Es la diferencia entre la idea de que la humanidad puede cuidar mejor de sí misma sin la idea de Verdad y la idea que para ello la humanidad tiene necesidad de la Verdad. Encuentro que en su pensamiento hay una confusión entre la Voluntad de Verdad y la Verdad. Para salir de la anestesia hedonista y nihilista del posmodernismo es mejor decir adiós a la interpretación para poder así dejar libre a la Verdad. Y para ello hay que ir a la raíz hermenéutica de su pensamiento que es de índole nietzscheano. Para Nietzsche no hay hechos sino interpretaciones, lo cual es un tremendo error que inflaciona la cuestión interpretativa y arrincona el pensar hacia el subjetivismo solipsista. Y su propio pensar es víctima de este yerro del idealismo subjetivo moderno.

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