sábado, 16 de septiembre de 2023

LA RIQUEZA DE LAS NACIONES (Reseña)

 

Adam Smith (1723-1790) no sólo es el padre de la ciencia económica sino también del liberalismo económico. La visión simplista del neoliberalismo lo identifica con el capitalismo salvaje, desconsiderado y brutal. Pero él, como profesor de moral que se preocupó por las reglas éticas que constriñen la conducta humana, funda la ciencia económica en el propio interés y en la simpatía con los demás.
El desarrollo económico y la prosperidad general se desencadena con la mano invisible del mercado siempre que haya la mano visible del Estado y de las instituciones, como garantes de la paz y la justicia. 
Además, su idea es que la riqueza se refleja en el incremento del nivel de vida del pueblo, los cuales son los que deben beneficiarse de la competencia entre los capitalistas. Para Smith defender el capitalismo no es defender a los capitalistas, sino al pueblo.
A partir de las conclusiones de su libro publicado en 1776 a los 53 años se puede comprender toda la distorsión introducida por el neoliberalismo de la Escuela de Chicago con Milton Friedman y George Stigler, basados en el rechazo del intervencionismo del Estado promovida por el capitalismo keynesiano. La despreocupación por la falta ética del capitalismo ya venía desde von Mises (lo único que vale es el éxito) y F. Hayek (el Estado no debe interferir en el mercado).
Desde estas consideraciones se puede apreciar que la China marxista, a partir de una ideología comunista, está aplicando con éxito rotundo el liberalismo de Smith -mano invisible del mercado con control estatal- y, en cambio, el occidente liberal ha traicionado con el neoliberalismo la esencia ética del propio liberalismo de Smith, hundiéndose en la injusticia y la desigualdad más espantosa.

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