JUAN ABUGATTAS: UNA SEMBLANZA PERSONAL
Hoy que se vuelve a recrudecer la confrontación militar entre Israel y el grupo Hamas en la franja de Gaza, viene a mi memoria la señera figura del profesor sanmarquino Juan Abugattas. Fue un recio defensor de la causa Palestina en el Perú, hombre comprometido con la justicia social en nuestra patria y gran defensor de los derechos humanos. Su mensaje de ayer es vigente hoy respecto al Medio Oriente: ¡Fuera los sionistas de los territorios palestinos en cumplimiento de las resoluciones de las Naciones Unidas!
El Doctor Juan Abugattas fue mi profesor del curso de Filosofía medieval en San Marcos allá en el año 1981. De la cual conocía poco, pero con la honestidad que le caracterizaba era esforzado y no trataba de contagiar ninguna antipatía por la filosofía de aquel periodo, de tan poca consideración por los seguidores del racionalismo ilustrado. El experto en filosofía medieval era Antonio Peña Cabrera, al cual siempre se le veía en la Patio de Letras calzando sus sandalias franciscanas y en pantalón corto tipo explorador, pero desconozco por qué razones no nos tocó que fuera nuestro profesor.
El caso es que recuerdo una vez que le hice una pregunta a Abugattas sobre las reflexiones de San Agustín en el tema del Tiempo, que exponía en una de sus clases -que por lo demás no era muy asiduo a cumplir con su horario y nos dejaba muchas veces con los crespos hechos por su ausentismo-. El hecho es que le gustó la pregunta y la dificultad del razonamiento expuesto, por lo que acotó: "Usted tiene una aguda mente metafísica. Al final de la clase le recomendaré unos libros". Sabía que lo suyo no era la metafísica, pero me agradó su imparcialidad y altura intelectual.
Ya he contado otra anécdota en que una vez me acerqué a un animado diálogo que sostenía con mi otro admirado profesor, el kantiano Sixto García. El tema era la libertad en la Crítica a la razón práctica. Abugattas sostenía que la libertad estaba condicionada al deber y que las influencias sí la determinan, Sixto pensaba que no la determinan puesto que se utiliza la razón y se sigue la voluntad. La verdad es que con mis apenas diecinueve años entendí poco de la breve polémica en el intercambio de hora de clase de una limeña mañana calurosa. Pero me dejaron una viva lección de la altura que dos hombres cultos pueden mantener a pesar de la diferencia profunda de pareceres.
En otra ocasión pude verlo debatir con José Carlos Ballón sobre un tema de filosofía política en un aula abarrotada, que hoy lleva el nombre de quien fue otro de mis grandes maestros, me refiero a Don José Antonio Russo Delgado. Realmente Abugattas tenía una capacidad extraordinaria para el debate político, era un gran orador, un expositor conceptuoso, manejaba muy bien la ironía a lo Voltarie y su capacidad de análisis era siempre brillante. Sencillamente lo pulverizó a Ballón.
Abugattas era de talante extrovertido, conversador, era grueso sin ser gordo, y de mediana estatura sin ser alto, de temperamento nervioso, siempre activo. Con sus gruesos lentes se veían unos ojos pequeños. Su andar no era rápido, pero seguro y firme. Se trasladaba siempre en su modesto Volkswagen. Vestía informalmente, nunca lo vi con terno, como usualmente era el caso de Sixto García y Russo Delgado. Tenía el aspecto de un intelectual orgánico, o sea de un intelectual en la trinchera. Su calvicie frontal y canoso por la zona temporal le daba el aspecto de una recia cabeza pensante. La verdad es que no era un autor prolífico -apenas publicó un libro breve, aunque sesudo-, pero era un articulista político frecuente y temible.
Tenía fama de ser buen conocedor de Wittgenstein y miembro conspicuo de la OLP. Ello le daba un halo de ser un intelectual comprometido en la lucha de la justicia social. Era respetado por el Centro Federado de Estudiantes.
Una última anécdota que recuerdo es que cierta vez le solicité un prólogo para mi libro "Kant y la revolución burguesa". Fui varias veces a una dirección de Magdalena del Mar, donde funcionaba una ONG de izquierda dirigida por el político Rolando Ames. Hasta que uno de esos días cumplió y me entregó el prólogo. El libro lo publiqué en enero de 1990. Me gustó aquella línea en que habla de mi seriedad intelectual.
Bueno, la cosa es que la historia no quedó allí. Cierta vez lo encuentro, no recuerdo dónde, y me cuenta que el Doctor David Sobrevilla lo había censurado y reprochado por haberme escrito dicho prólogo. En su opinión debía haberme basado únicamente en la Filosofía de la historia de Kant sin involucrar las Críticas de la razón teórica y la práctica. Naturalmente que se desató una polémica donde al final terminaron mandándose al diablo. Creo que ese inesperado final se debió principalmente a que Sobrevilla se sentía el censor de la filosofía peruana y que debía pasar todo por su aprobación. Cosa que le sublevó las independencias a Abugattas, el cual no soportaba imposición autoritaria de nadie.
Más tarde, cuando ya habíamos perdido contacto por los avatares de la vida, me enteré de su enfermedad de cáncer y a la brevedad ocurre su fallecimiento, un 14 de junio del 2005. Vivió ejemplarmente apenas 54 años. Y sospecho que por su defensa de los derechos humanos y la causa Palestina dicha enfermedad y muerte pudo ser inducida por aquellos que lo sentían como una incómoda figura en su calidad de representante diplomático de la OLP. Especialmente sospecho de la acción del Mosad. Realmente es muy extraña su prematura y rauda muerte. Su ficha técnica sanmarquina la reproducimos a continuación.
FICHA TÉCNICA UNMSM
Juan Abugattas Abugattas nació en Arequipa /Perú el 9 de noviembre de 1948 y falleció en Lima el 14 de junio de 2005. Obtuvo su bachillerato en la UNMSM con la tesis El concepto de análisis en la segunda filosofía de L. Wittgenstein (1972) y su licenciatura, con El Sistema de las necesidades y la ética (1976). Sus estudios de postgrado los siguió en la universidad de Kansas gracias a una Beca de la Fundación Fulbright, donde obtuvo su Master of Arts con la tesis, Some Remarks Concerning the Notion of ´Semantic Universals´ (1974) y el Ph.D. con la tesis: Some Remarks Concerning the General Theory of Social Praxis and its Relation to Ethical Theory (1978) bajo la asesoría de Richard Cole. Durante su residencia en Norteamérica ejerció la docencia en la Universidad de Kansas y en la Universidad de Kentucky, Lexington. Fue igualmente miembro de la American Philosophical Association, desde 1979. A su regreso al Perú se incorporó como docente al Departamento de Filosofía de la Facultad de Letras y Ciencias Humanas de la UNMSM hasta su muerte. También ejerció la docencia en la Universidad Peruana Cayetano Heredia, en la Academia Diplomática, en la Facultad de Teología Pontificia y Civil de Lima, en la Universidad del Pacifico y en la Universidad de Lima. Fue vocal de la Academia Peruana de la Ciencia y Tecnología hasta marzo de 1994. De manera paralela a su fructífera vida académica, Juan Abugattas desarrolló también una intensa vida pública. Escribió regularmente en diversos medios periodísticos, colaboró estrechamente con la presentación diplomática de la Organización para la Liberación de Palestina en el Perú y con Amnesty International en la defensa de los derechos humanos. Fue asimismo consultor de la comisión de la Verdad y Reconciliación. El año 2001, se desempeñó como viceministro de la cartera de Educación.
Y la ficha técnica sanmarquina sobre su libro "Indagaciones filosóficas sobre nuestro futuro" (2005) reza así:
"El presente texto reúne ensayos compilados temáticamente según el orden cronológico de su producción; este trabajo fue realizado por el propio Juan Abugattas. Un primer grupo de escritos atiende a la encrucijada histórica en que se halla la humanidad como resultado de la hegemonía global del proyecto civilizatorio de la modernidad, el mismo que ha conducido a un orden intrínsecamente excluyente, efectuando a la vez un tenso ejercicio de prospectiva respecto a las posibilidades de preservar los valores centrales del humanismo, puestos en cuestión por una lógica de vida que corre pareja con la artificialización que la tecnociencia elemento central en el proyecto moderno de vida genera. El segundo grupo de ensayos da cuenta de los motivos centrales de su reflexión sobre el Perú, efectuando un balance de los proyectos que le dieron origen, así como de los retos y posibilidades de acción colectiva para construir una comunidad inclusiva y viable".
En mi pensamiento he recogido, como homenaje a su legado, la crítica al proyecto civilizatorio de la modernidad y su preocupación por el humanismo. Maestro y luchador de las ideas, Juan Abugattas Abugattas, descansa en paz.
Y cierro esa semblanza personal con unas tres últimas anécdotas más que no deseo guardarlas en el tintero. La primera concierne a una conferencia suya en el Porras Barrenechea. La segunda en el Congreso Nacional de Filosofía. Y la tercera, cuando era docente en la Universidad de Lima.
Ahí la va primera. Abugattas era un buen conferencista y siempre atraía público de lo más diverso. Así que si uno no llegaba con tiempo había que resignarse a oírlo desde los asientos de atrás. Y así me ocurrió. Llegaba tarde a una de sus conferencias que daba en el Instituto Porras Barrenechea de la Calle Colina en Miraflores. Era una noche fría, creo del año 1995. Me senté al último, en un espacio vacío justo detrás de unas dos atrayentes damas elegantemente vestidas. De repente una le susurra al oído a la otra: "Anímate, a Juanito -así le decían a Abugattas- le gustan las mujeres bellas como tú. Además, filósofos como él tienen una multitud de escritos sin publicar y ahí puedes encontrar un trabajo ya hecho para tu tesis". A continuación, rieron juntas a sottovoce. No sé qué suerte corrieron los planes de las encantadoras damas, pero yo como todo un caballero no me hubiese resistido a atender la urgencia de tesis de aquellas encantadoras damas.
La segunda acontece en el Congreso Nacional de Filosofía. El ateo Juan Abugattas habló de Dios, eso fue en el VIII Congreso Nacional de Filosofía efectuado en San Marcos el año 2000, en su ponencia "Los fabricantes de Dios". Claro, lo hizo en un sentido panteísta: "como actividad consciente del universo en el cual participa la especie humana". Eso no rompía su ateísmo, pero rompía con el tabú de que un ateo no debía hablar positivamente de Dios. Ya por esos años yo me había enrumbado hacia el teísmo católico, pero estimé valiosa su mención.
Y aquí va la tercera. Juan Abugattas nunca andaba con el ceño fruncido, siempre se le veía tranquilo y sencillo. Nada engreído ni soberbio y muy modesto solía ser muy generoso. Una vez me invitó a que lo visitara en su oficina de la Universidad de Lima, era calculo el año 2001, para que le llevara algunos de mis libros los cuales siempre adquiría. Y así fue. No creo que tuviera interés por un escritor novel como yo, sino que su alma magnánima me brindaba su apoyo. Y así fue. Lo visité cerca de tres veces y la última fue en un nuevo despacho, amplio, bonito, con secretaria y bien iluminado. Esa última vez lo recuerdo bien porque me ofreció su ayuda para que yo enseñara en dicha casa de estudios. Lo tomé como un reconocimiento. Pero lo que más me impresionó fue su desprendimiento y bondad. Así era mi maestro, todo un ejemplo moral.
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