viernes, 14 de julio de 2023

UFOLOGÍA El Gran Fraude (NUEVO LIBRO)

 

UFOLOGÍA

El Gran Fraude



 

PRÓLOGO

 

 

LOS OVNIS existen, pero no son lo que se cree. No son de origen extraterrestre, sino que tienen principalmente una doble fuente, a saber, preternatural, o sea procede del demonio, y humana, es decir, se origina en el secretismo de la carrera de armamentos por los peligrosos conflictos políticos contemporáneos. Por este doble origen la Ufología es una rama de la demonología, y, al mismo tiempo es un psicosocial de encubrimiento y manipulación de masas por parte del Complejo Industrial Militar, los servicios secretos, el Pentágono, y de la principal potencia hegemónica del mundo, esto es, los Estados Unidos de Norteamérica para mantener el secretismo castrense. Una tercera fuente es la natural, o sea fenómenos naturales que son tomados como ovnis. En una palabra, es un gran fraude preternatural y humano en la historia.

Lo primero -origen preternatural- es manifiesto en: los demonios son capaces de adoptar diversas formas y producir fenómenos parapsíquicos en personas, cosas y naturaleza; los movimientos de ovnis desafían las leyes de la física porque no son seres físicos, sino espirituales-demoníacos; portan un nuevo evangelio reencarnacionista de adoración a los “Hermanos Mayores”, donde Dios es visto como una energía cósmica en vez de una Persona, Cristo queda reducido a un astronauta cósmico, la Virgen María a una mujer que concibió un hijo de un extraterrestre; no mencionan el Cielo, el Purgatorio, ni el Infierno; y, según el testimonio de los abducidos, despiden mal olor, practican el secuestro, están obsesionados con el abuso sexual, huyen al invocar el nombre de Jesucristo y tienen aversión a la oración y demás objetos sagrados; suelen contactarse con personas que han practicado magia negra, hechicería, chamanismo, satanismo, demonismo, espiritismo, yoga, meditación, telepatía, han consumido drogas, y se encuentran apartadas de la fe por el ateísmo práctico y la vida de pecado. En el fenómeno ovni como hecho preternatural la agenda satánica anticristiana es particularmente muy ostensible e inocultable. A todas luces lejos de ser criaturas extraterrestres sensibles y razonables se muestran como lo que son, seres demoníacos que lejos ayudar extravían espiritualmente al hombre alejándolo de Dios. Esta casuística demuestra que la ufología es parte incontrovertible de la demonología.

La segunda fuente -origen humano- tiene su raíz en el caso Roswell, donde los militares norteamericanos notaron que, manteniendo un doble discurso, el oficial negacionista y el extraoficial alienígena, era más fácil mantener el secretismo del desarrollo de armas secretas, cuyo presupuesto no era del conocimiento ni control del Congreso. Especialmente alimentando subrepticiamente el mitoide alienígena era más fácil mantener distraída a la opinión pública, incentivando su creencia con la industria del cine, y desarrollar aviónica de espionaje para monitorear que lo hacían, tenían y planeaban los soviéticos en su momento. Recordemos que en marzo de 1947 se inicia la Guerra Fría entre la Unión Soviética y los Estados Unidos con la división del bloque occidental capitalista y el bloque oriental comunista. En julio del mismo año acontece el caso Roswell, que las autoridades dijeron que era un simple globo meteorológico convencional. Luego a fines de los años 70 la conspiración ufológica promovió la versión de que se había tratado de una nave alienígena estrellada. Lo más verosímil es que los estadounidenses preocupados por saber si los soviéticos ya tenían el arma atómica, cosa que lo lograron en 1949, se abocaran a intensificar la elaboración de artefactos para espiar sobre territorio soviético. Obviamente que dicha labor de espionaje debía mantenerse en secreto y a partir del secretismo comienza a crecer tanto la versión de encubrimiento como la otra de naves alienígenas. Lo cierto es que hoy está a punto de revelarse que los norteamericanos ya cuentan con el avión espía ultrasecreto antigravedad el TR3B Black Manta. El secretismo del desarrollo de armas supersecretas se justifica en la lógica de la seguridad nacional, y, al mismo tiempo, alimenta la conspiranoia de los adeptos de la existencia de los alienígenas. Pero cuando la CIA desclasifica una enorme cantidad de documentos relacionados con avistamientos de ovnis en los últimos 70 años -hoy llamados UAP-, ya se encuentran mezclados en el registro los fenómenos preternaturales, naturales y humanos.

Esta confusión en los datos ha tratado de ser despejada en los informes oficiales de avistamientos, y cuando funcionarios de inteligencia del Departamento de Defensa norteamericano declaran en 2022 frente a los legisladores que sólo un 1 por ciento de los casos son inexplicables es porque dentro de su lógica científico-tecnológica, imperante en la actual mentalidad naturalista y materialista, no caben los fenómenos preternaturales. Simplemente son excluidos y así se deja en la obscuridad ese uno por ciento. Incluso no todo lo registrado en cámaras es de hechura humana, y se lo abandona simplemente en la sombra por no admitir la hipótesis preternatural. No obstante, cuando los Estados Unidos se negaron a revelar las imágenes de ovnis derribados en 2023 sobre territorio de Alaska, Estados Unidos y Canadá, se aludieron a razones de seguridad nacional para hacerlo. Si eran globos normales se entiende que no quieren hacer el ridículo enviando aviones caza para derribarlos, simplemente no eran globos espías de origen chino, no podía tratarse de tecnología avanzada no humana por ser tan fácilmente derribados, lo que hace pensar que eran drones espías propios cuya tecnología tiene que ser guardada con mucho recelo. Y la destrucción de drones espías propios puede justificarse como distractor de la opinión pública ante el fracaso geopolítico y militar en Ucrania.

Ante este panorama la difundida creencia en seres alienígenas de basan principalmente en las siguientes razones: pérdida del sentido de lo divino, pérdida de fe en lo sobrenatural, extravío del sentido del ser y predominio del ente, fe cientificista, extravío irracionalista de la razón, difusión pseudocientífica del esoterismo ufológico, profundización de la era sin Dios, reseteo anticristiano de la conciencia humana, recrudecimiento de lucha geopolítica global, iglesia infestada de racionalismo y naturalismo, intensificación de la actividad infernal en estos tiempos liberales. Especialmente la campaña para no creer en el diablo es doblemente útil por negar la redención y facilitar la creencia en alienígenas. Sobre la base del ínfimo porcentaje sin resolver se han formulado numerosas hipótesis que podemos clasificarlas en cinco grandes interpretaciones: naturalista-científica, humana, alienígena, teológica y filosófica.

(1) La interpretación científico-naturalista afirma que los avistamientos se tratan de fenómenos naturales (rayos esféricos, nubes lenticulares, y similares). Además, la ciencia añade que no hay ET en la Tierra porque las enormes distancias, la velocidad y el tiempo de vida de una civilización imponen serias limitaciones al encuentro de dos civilizaciones tecnológicas en el universo, en caso que la hubiera. Por tanto, el tema de los ET y los ovnis permanecen en el ámbito de la ciencia ficción y la imaginación fantástica. Hasta el momento no existe evidencia alguna sobre la existencia de los ET.

(2) La interpretación humana se divide en tres: (2.1) psicológica, (2.2) tecnológica y (2.3) militar. La psicológica comprende: (2.1.1) la inconsciente (mito creado por la psique arquetípica), (2.1.2) psicosocial (centrada en el testimonio del testigo), y (2.1.3) paranormal (relacionado con el estado ampliado de conciencia). La (2.2) tecnológica (basura espacial, y tecnología militar furtiva), y (2.3) mitoide militar (creado para encubrir desarrollo de armas secretas). Se trata de una interpretación escéptica sobre la existencia de ET.

(3) La interpretación alienígena (civilización mucho más avanzada que la humana) se subdivide en tres: (3.1) seres intraterrestres (vienen de dentro de la Tierra), (3.2) seres interdimensionales (vienen de otra dimensión del Universo), (3.3) seres intertemporales (vienen del pasado o del futuro).

Como se ve esta tercera interpretación da crédito absoluto y con una ingenuidad pasmosa a la existencia de los extraterrestres. Es esta tercera interpretación la que se ha convertido en una religión esotérica, más conocida como la “religión platillista”, predica la adoración y reverencia a los “Maestros Cósmicos” o “Hermanos mayores”, que en cada país del mundo tiene sus conocidos gurús y cultores, está detrás de un inmenso negocio de souvenirs ufo, y lo único que añaden es más confusión en el asunto con sus porfiadas hipótesis conspirativas. Varias veces han sido desenmascarados[1], pero siempre vuelven a la carga con una porfía que linda con la patológica mitomanía paranoica. De cualquier forma, este contingente fanático de la religión alien caló en la cultura popular y brinda un excelente servicio de encubrimiento de la tecnología militar furtiva. A esta causa ha servido la serie de The History Channel “Alienígenas ancestrales”, que explora la hipótesis de Erich von Däniken de antiguos astronautas, totalmente llena de afirmaciones acríticas, retóricas, especulativas, tendenciosas, incomprobadas, sensacionalistas y pseudocientíficas. Dicha serie, que siempre excluye la opinión opuesta, nunca invita a expertos discrepantes y explota la credulidad de la gente con narraciones inverosímiles, ya ha recibido la crítica de historiadores, cosmólogos, arqueólogos y otros intelectuales serios por promover activamente la pseudociencia, la pseudohistoria y la pseudoarqueología. Por décadas la radio, televisión y cine han creado la paranoia social sobre la cultura popular sobre invasores del espacio. Para las agencias de inteligencia no deja de ser una oportunidad de oro para comprobar la manipulación mental sobre las masas. La ciencia ficción ha permitido evadirse de la realidad a sucesivas generaciones, pero cuando estas ficciones se toman por realidad significa que la ufología es un signo de la crisis del pensamiento moderno.  A su vez responde a una activa conspiración promovida por las agencias de inteligencia para ocultar los llamados Programas negros de armas secretas. Hacer que la gente piense en aliens es más conveniente al secretismo militar de armas furtivas.

(4) La interpretación teológica que se subdivide en cuatro: (4.1) sobrenatural (son ángeles), (4.2) preternatural (son demonios), (4.3) alienígena (son extraterrestres), y (4.4) mixta (son ángeles, demonios, ET y tecnología furtiva humana). Aquí tenemos una versión enfrentada y dividida sobre la existencia de los alienígenas. Esta interpretación explica que la impresión que dejan los demonios, como seres espirituales, de venir del pasado o del futuro es debido a que no son entes temporales ni eternos, sino eviternos. Mientras la eternidad es permanente y pertenece a Dios, y la temporalidad es contingente y es propio de todo lo que está en el mundo, la eviternidad es simultáneo con el antes y el después, y es propio de los espíritus puros. Santo Tomas de Aquino, que había recogido anteriormente en las Sentencias la distinción de Boecio de la eviternidad, en la Suma teológica (I, 10, i-vi) al plantearse el problema de la eternidad de Dios afirma que la eviternidad es la forma de duración propia de los espíritus puros, pues están en el tiempo, pero no son eternos. La eviternidad omnisimultánea, no tiene antes ni después, pero éstos pueden ser conjugados. Por eso que los espíritus puros pueden ver el pasado y el futuro. Como se podía ser de otro modo, de su eviternidad se aprovechan con malicia los demonios para desconcertar al hombre, sobre todo cuando se hacen pasar por seres espaciales que conocen el pasado y el futuro de la humanidad.  

(5) La interpretación filosófica se divide en tres: (5.1) realista ontológico-metafísico (no todo lo existente es real), (5.2) nominalista (lo individual es lo real) y (5.3) la culturalista (la sociedad del momento decide lo que es real). En lo filosófico tampoco hay consenso como en la interpretación teológica.

En buena cuenta, la interpretación (1) y (2) no avalan la hipótesis ET, sólo lo hace enteramente la (3) y en parte la (4) y la (5). De modo que no extraña que la epistemología haya clasificado a la ufología de pseudociencia y sólo la hermenéutica, desde el relativismo que promueve, haya relajado el criterio. Pero la filosofía que no se limita a la epistemología, y rebasa la hermenéutica, sin descuidar la teología, considera que la ufología sin ser ciencia no es del todo pseudociencia, porque pertenece al ámbito de las ciencias espirituales. Y es allí donde mejor se revela su naturaleza fraudulenta por parte de los ángeles caídos. Lo cual tampoco es un impedimento para reconocer que es un mitoide militar humano para ocultar armas furtivas.

En suma, la Ufología es el gran fraude en la historia urdido tanto por los ángeles caídos, y por el imperio norteamericano en su empeño por lograr la superioridad militar sobre su oponente a través de armas secretas furtivas. Se trata de un gran fraude relacionado con la mentira del demonio y el secretismo militar nacido de los conflictos políticos contemporáneos.

 

1

 

DEMONIOS Y NO ALIENÍGENAS

 

 

 

 

 

Cuando en una reunión abierta al público Monseñor Corrado Balducci dijo ante el ufólogo mexicano Jaime Maussan que los extraterrestres no eran ángeles ni demonios, sino alienígenas hijos de Dios, cometió un exceso de tal ligereza y magnitud que otros sacerdotes tuvieron que salir al frente para demostrar lo contrario. Uno de ellos fue el Padre Ángel Peña O.A.R. en su libro Extraterrestres, el gran engaño diabólico (2020).

 

Tras una meticulosa exposición llega a la conclusión de que el gran engaño diabólico es hacer creer a la humanidad de que existen los extraterrestres y que deben ser adorados como dioses. Por ello, hablan de Jesús como un alienígena, de Dios como una energía cósmica, sustituyen la redención por la reencarnación, no mencionan el Cielo, el Purgatorio, ni el Infierno, mientan a la Virgen como la que fue hibridada por un extraterrestre, y huyen al escuchar los nombres sagrados. De modo que su estudio llega a la conclusión de que la ufología es una rama de la demonología.

 

Antes de entrar al análisis de los argumentos del P. Peña es necesario enfrentarse a la idea muy difundida en nuestra era sin Dios, de ateísmo práctico, nihilista y escéptica de que el diablo no existe. La cultura actual subestima la existencia del demonio, considerándolo como una ilusión de épocas primitivas que atribuyen a agentes distintos de los del orden natural como causa de los fenómenos que acaecen a nuestro alrededor. Esta postura racionalista y naturalista facilita la labor del maligno. Pero los sujetos demonopáticos presentan una serie de fenómenos paranormales cuya objetividad ya está fuera de duda. A partir de estos casos se constata que es vano ilusionarse de que la ciencia pueda explicarlo todo y de que es posible reducir todo mal a causas naturales. Los libros de los exorcistas más reconocidos testimonio que existe el mal demoniaco, el cual es refractario a cualquier fármaco común, y que sólo desaparece con el socorro religioso. Esto lo testimonian las experiencias de los más reputados exorcistas actuales, me refiero a Monseñor Balducci, Monseñor Milingo y el Padre Amorth.[2] Ahora se entiende que el Evangelio subraye la importancia de expulsar a los demonios, poder extraordinario que mostró Jesús, que dio a sus discípulos, y que Dios dotó a la Iglesia de poderes sacramentales para proceder la expulsión de los demonios. Lo que nos recuerda que las religiones paganas y antiguas estaban infestadas por Satanás, llenas de sacrificios humanos, superstición, magia, brujería, y hechicería. Aquí vale la pena recalcar lo que más subrayan cado uno de ellos.

Monseñor Milingo sostiene que en este mundo de hoy donde se ha perdido el sentido del pecado hay que abandonarse a la Providencia. El diablo es real, mentiroso, cree en Dios, pero sólo desea la destrucción del hombre. Contra Satanás basta con predicar a Cristo, cumplir con sus mandamientos, invocar os espíritus custodios, y creer en el poder curativo del Señor.

 

El Padre Amorth, por su parte, considera que es urgente recuperar la orden menor exorcística, reprocha el desinterés e incredulidad sobre el exorcismo a pesar que hay una gran demanda de exorcistas, el exorcismo es un sacramental, debe ser un ministerio permanente, la Iglesia no puede abdicar de esta específica misión, los obispos están incurriendo en delito de omisión, la expulsión de los demonios se especifica en el evangelio de Marcos, y es una pastoral por reconstituir. Aconseja distinguir entre lo sobrenatural, paranormal y preternatural o diabólico. Lo principal en el diagnóstico es la aversión a los objetos sagrados, el mal no se modifica con medicinas de la ciencia, ni la psiquiatría puede explicar que hablen en lenguas desconocidas, se hagan movimientos corporales antinaturales, puedan materializar clavos, tornillos, tijeras y batracios expulsándolos por la boca.

 

El mayor obstáculo para la cura es la vida de pecado y el ateísmo práctico. En estos tiempos de disolución moral el demonio se encuentra activísimo sobre personas, comunidades y países. Si no se cree en el diablo no se cree en el Evangelio, si se elimina la existencia del demonio anulamos la redención. La cristología de los santos padres y los documentos eclesiales lo ratifican. Pero no hay que olvidar que el demonio ya fue derrotado por Cristo y María Santísima, los ángeles y los santos.

 

Por último, el demonólogo Balducci sentencia que el diablo existe, puede ser reconocido, y, a pesar de que su ataque continúa, ya fue vencido por Cristo. Lo cual ni la psiquiatría ni la parapsicología lo puede negar. No olvidemos que fue Balducci el que descartó -a nuestro parecer equivocadamente- que los extraterrestres estén relacionados con la actividad ordinaria del demonio.

 

Pero lo explicitado basta como demostración de que la pastoral exorcística demuestra la existencia real y objetiva del demonio, el gran engañador y mentiroso. Lo que nos permite establecer que cuando el Padre Peña habla de los extraterrestres como el gran engaño diabólico, está hablando de algo real y no mera fantasía de la mente humana. Repitamos que su tesis central es que los extraterrestres son el engaño del diablo para hacer creer que existen y que deben ser adorados como dioses.

 

Además, hace reparar en un detalle nada intrascendente y que concierne a su naturaleza ontológica, a saber, que fuera de Dios sólo los ángeles son espíritus, los cuales no se rigen por las leyes de la materia. Y si los ovnis violan las leyes de la materia, entonces no son materiales, sino espíritus. Pero si son espíritus no son Dios, ni ángeles de Dios, porque su mensaje no se corresponde con él. En consecuencia, son ángeles caídos, o sea son demonios. Es decir, la primera conclusión es que se trata de seres inmateriales, o sea, espíritus, no sujetos a las leyes de la materia. Pero, como veremos más adelante, se trata de ángeles caídos por su modus operandi -secuestro, violación, mensaje reencarnacionista, mal olor, entre otros-.

 

A propósito de que no se rigen por las leyes de la materia, esto nos recuerda unas declaraciones sobre los ovnis dadas por el físico de cuerdas Michio Kaku. Refería que el movimiento inusitado observado en los ovnis no se sujetaba a las leyes de la física conocida, y, por tanto, se trataría de una civilización tecnológicamente muy avanzada cuyo dominio de las leyes de la naturaleza le permite superarlas. Es evidente que aquí el famoso físico no está hablando como científico, sino como especulador de la ciencia ficción. Su razonamiento ha sucumbido en esta oportunidad a décadas de bombardeo constante de la ciencia ficción en la literatura, radio, televisión, cine, y demás, venciendo a su razonamiento científico. No en vano Kaku ha publicado un libro de ciencia ficción llamado Física de lo imposible, donde habla de que podremos ser invisibles, viajar en el tiempo y teletransportarnos. Ya no sabemos si estamos leyendo a un hombre de ciencia o si estamos viendo el anime Futurama. Y no contento con ello publicó luego otra obra futurista, El Futuro de la Humanidad, donde se despacha sobre la colonización de marte, los viajes interestelares, la inmortalidad, y nuestro destino más allá de la Tierra. Otra vez nos rememora la serie televisa Viaje a las estrellas. Es decir, su entusiasmo por la ciencia ficción aumentó tanto que no sabemos si recorremos páginas sobre ciencia o un guión de cine ficción. La ventaja que muestra en sus obras es que domina la física fundamental, dándole a sus especulaciones un viso de verosimilitud. No obstante, esta tentación de mezclar ciencia y ficción inunda cada vez a los hombres de ciencia, no se resisten a la tentación, y en el camino sólo muestran una estrecha óptica cientificista que ve el futuro edificado por el supuesto pensamiento científico. Sucede lo mismo con los que arrastrados por el entusiasmo galáctico ya elaboran políticas para entenderse con los extraterrestres. A esto, un autor como Alfred Webre le llama en su libro, Exopolítica.

 

Lo que observamos en estos autores es una compartimentalización del saber que le impide asumir una mirada total del problema, y, en su caso, combinan la visión científica con la ficcional. El caso de Kaku es el más llamativo. Es un científico, opina como científico, piensa como científico, pero sueña como literato de ficción. No toma en cuenta la variable teológica, filosófica, psicológica ni geopolítica. Ello lo conduce a un estrechamiento de miras ostensible y clamoroso. Si los ovnis violan las leyes de la física, entonces pertenecen a una supercivilización avanzada. En ningún momento piensa en la posibilidad de que no son materiales, que sean entes espirituales. Y es que su cientificismo le ocluyó la perspectiva espiritual.

 

Y es que la mentalidad naturalista, racionalista y materialista que predomina en el mundo moderno de hoy, lleva a priorizar las conclusiones unidimensionales, sin amplitud de miras, ni profundidad en sus consideraciones teóricas. A este tipo de razonamiento pseudoempírico y ficcional pertenece la hipótesis de la civilización galáctica avanzada.

En nuestra opinión la apreciación del P. Peña es la correcta. No sólo porque toma en cuenta la variable teológica-espiritual, y la existencia de otros estratos ontológicos-filosóficos, sino porque la existencia de espíritus inmateriales se confirma en la práctica exorcística y la enseñanza evangélica. Su razonamiento es límpido y se condice con el comportamiento del fenómeno observado.

 

En cambio, la interpretación de Kaku nos conduce a una serie de dificultades científicas y que sólo son admisibles en la ciencia ficción. Una de las principales objeciones a su planteamiento es por qué tendría que haber otras leyes en el Universo si éste siempre es el mismo, o sea material y energético, en todas partes. Su interpretación se inscribe casi automáticamente y sin sentido crítico en la existencia de seres alienígenas. Pero, por qué tendríamos que creer que éstos existen, acaso el fenómeno ovni es suficiente evidencia de su existencia. Y como no lo es, las ideas vertidas por Kaku son mera y pura especulación.

 

Por lo demás, para que el Universo cumpla su destino no es necesario que esté lleno de vida por todos lados. Basta que exista en un solo planeta, donde haya vida inteligente. Pero ahora el entusiasmo de los ufólogos convencidos en la existencia en los aliens ha llegado al paroxismo histérico con la astrobiología y la exoplanetología. La astrobiología es una rama de biología y la astronomía que estudia el origen, evolución, distribución y futuro de la vida en el universo, siendo uno de sus temas si existe vida más allá de la Tierra. Al entusiasmo por encontrar vida en el cosmos se une la Exoplanetología, como ciencia que estudia planetas alrededor de otras estrellas, siendo uno de sus temas favoritos la búsqueda de planetas similares a la Tierra. No obstante, hasta ahora los exoplanetas confirmados con mayor índice de similitud con la Tierra son solamente dos: Kepler-296e (93 %) y Kepler-395c (91 %). Y no es nada seguro. Lo cierto hasta ahora es que la vida aparece en el universo cuando están presentes unas condiciones físicas y químicas adecuadas. La vida es un fenómeno del Universo maduro, por eso no puede aparecer en cualquier momento, ni en cualquier parte. Y lo comprobado es que la vida se dio hace 4,500 millones de años y no antes. Es decir, el Universo tienen 13,770 millones de años, pero tuvo que pasar un largo tiempo para que estuviese listo para producir vida.

 

Pero junto a las condiciones físicas y químicas hay que tomar en cuenta las condiciones astronómicas para que la vida sea posible (por ejemplo, cese de bombardeo meteórico, inclinación de eje planetario, periodo de rotación, distancia al sol, las órbitas circulares, la capa atmosférica, el escudo magnético, un satélite como nuestra Luna que estabilice la rotación planetaria, cause mareas, corrientes marinas, produciendo estaciones, y un planeta protector como Júpiter). A todas estas condiciones que promueven la aparición de la vida y reúne nuestro planeta Tierra se ha llamado la zona “ricitos de oro”. Cosa que no se ve en los exoplanetas hallados, los cuales son muy masivos y cercanos al sol. O sea, no reúnen las condiciones para la vida. Además, puedan que no sean planetas, sino enanas marrones o café.

Pero en caso de que hubiera otros seres inteligentes en el universo, nuestro encuentro con ellos se hace tan difícil por las considerables distancias cósmicas. El astrofísico y matemático mexicano Armando Arellano[3] añade que el contacto es imposible por la contracción del tiempo, el corto tiempo de vida de una civilización tecnológica, el costo demasiado alto del gasto de energía, el peligro del exceso de velocidad -no se puede exceder la velocidad de la luz-, y la velocidad de viaje excesivos. Por todo ello, simplemente no vale la pena. Pero la búsqueda de formas alternativas de comunicación con extraterrestres continúa. A pesar que en su momento se levantaron voces connotadas en su contra, como la de Stephen Hawking, considerando peligroso y aventurado semejante búsqueda. El escepticismo de la comunidad científica no es impedimento para que incurra en apatía, pero hasta ahora no se detecta ninguna señal. Simplemente no hay evidencias de vida inteligente fuera de la Tierra. Puede ser que las civilizaciones sean fenómenos transitorios en el Universo. En todo caso hay que liberarse de la credulidad irracional que exhiben los gurús del platillismo[4] y supuestos contactados que se lanzan a hablar de razas alienígenas y civilizaciones extraterrestres.

 

Sin embargo, el destacado astrofísico Avi Loeb abandonando el cauto escepticismo científico optó por la audacia para afirmar del objeto interestelar Oumuamua, que pasó cerca de nosotros en octubre del 2017, que no se trataba ni de un cometa, ni de un asteroide, sino de la primera evidencia de tecnología extraterrestre.[5] Su afirmación se sostenía sobre la forma y comportamiento que difería del resto de asteroides y cometas observados. Lo que encendió el debate científico. Loeb admite que está especulando porque no tiene pruebas ni evidencias confirmatorias, por lo que presenta su idea como una simple hipótesis de trabajo. Los científicos, como Seligman y Laughlin, le han respondido que Oumuamua en vez de ser una vela solar artificial con aceleración gravitacional, sería el primer iceberg espacial de hidrógeno.

 

Y en verdad, Loeb no se interroga qué sentido tendría enviar una sonda solar por el espacio esperando un largo tiempo para su retorno, si es que retorna. Incluso, si se trata de basura espacial de otra civilización habría que preguntarse qué es lo que utilizaría esa supuesta civilización ET para sus viajes. Por ello, lo más plausible resulta ser la explicación natural del objeto, y el entusiasmo de Loeb por el argumento de la humildad cósmica no es sostén para afirmar que existen los extraterrestres. Otra inconsistencia suya es que por ningún lugar de su libro menciona a los ovnis. Es como si sintiera vergüenza de mencionarlos. Pero el paso hacia la especulación ya está dado, y en ella el desatacado astrofísico abandona la cautela científica. Simplemente Loeb es presa de un súbito entusiasmo por la vida inteligente en el espacio sin prueba alguna.

Pero como el llamado por la seriedad científica no muere en él Loeb en junio del 2023 se lanzó a una travesía por el océano Pacífico en busca del primer objeto interestelar jamás detectado. Es decir, buscaba evidencia confirmatoria de que han caído en la Tierra restos de tecnología extraterrestre. Y qué fue lo que encontró en el fondo del mar, simples esférulas magnéticas de hierro del meteorito IM1 más duro que los demás, pero Loeb y su equipo insiste en su probable origen artificial. En el mejor de los casos se tendrá una mejor comprensión de la composición de los meteoritos interestelares. Mientras tanto prosigue su búsqueda de un artilugio extraterrestre.[6]

 

El revuelo sobre la posible existencia de los ovnis, rebautizados en sus siglas en inglés como FANI, estuvo a cargo del propio gobierno americano que en un informe de nueve páginas, del 25 de junio del 2021, brindaba explicaciones a través del Pentágono sobre los 144 casos presentados. Su conclusión fue que se tratan de: (1) desórdenes en el aire, (2) fenómenos atmosféricos naturales, (3) programas de desarrollo industrial -léase drones y armas secretas, y tecnología aérea furtiva-, (4) sistemas de adversarios extranjeros -China o Rusia-, y (5) Otros no especificados. En este último acápite (5) los entusiastas de los ET hablaron de seres extraterrestres y visitantes del tiempo. Pero el Pentágono lo negó reiteradamente, como en otras oportunidades. No obstante, cuando en el mes de junio del 2023 el exagente de inteligencia David Grusch declaraba en un informe que el gobierno americano, sus aliados y contratistas de defensa llevan décadas recuperando objetos extraterrestres de origen no humano.[7] Para Loeb se trataría de basura espacial interestelar de origen tecnológico extraterrestre que dejó de funcionar antes de impactar contra la Tierra. Un mes más tarde, la posterior negativa del Pentágono de revelar todos los archivos prometidos sobre ovnis, bajo el argumento de seguridad nacional, encendió la sospecha de que el gobierno ocultaba tecnología ET.

 

El caso es que nadie se puso a pensar en lo sospechoso del testimonio de un exagente de inteligencia diciendo prácticamente que los ET existen. Justo lo que el gobierno necesitaba para seguir encubriendo los programas secretos y presupuestos negros. Todo indica que lo más sensato es pensar que el mito de los extraterrestres sigue sirviendo de excelente coartada para proseguir intensificando el programa de armamento secreto.

 

Elon Musk ha sostenido que su experiencia en SpaceX le permite decir que no hay evidencia sobre la existencia de extraterrestres. A los que Loeb le respondió que Musk no sabe de lo que habla. Sin embargo, cuando el Pentágono reveló videos de ovnis, llamados Tic Tac por su forma de caramelos, filmados por pilotos militares y cuando la NASA reconoce que existen, aunque no puede decir qué son. Justamente sobre los movimientos de esos objetos opinaba Michio Kaku. Y a esos mismos nos referimos cuando aludimos que no se tratan de máquinas que violan las leyes de la naturaleza, sino de espíritus malignos engañosos. Precisamente son esas filmaciones las que el Pentágono revela y no las otras que están relacionadas con la seguridad nacional. O sea, da a conocer los objetos sin explicación dentro de la mentalidad naturalista y materialista moderna, como los llamados tic tac, y no difunde lo que se relaciona con armamento y tecnología secreta. Los tics tac son ovnis o fanis que se sumergen a gran velocidad en el agua y vuelan en el aire desarrollado movimientos contra las leyes de la física. Además, aparecen y desaparecen súbitamente. Su comportamiento descrito como inteligente coincide con su interpretación como seres espirituales en vez de materiales. Sencillamente son demonios y no extraterrestres, como veremos con más detalle páginas adelante.

 

La confusión en el fenómeno entre posibilidad y probabilidad conduce a afirmar que todo lo posible merece existir. Pero no es así, ni es cierto. Existen las alucinaciones, espejismos, y fantasías, pero no son reales. Hay todo un abismo ontológico que separa la posibilidad de la realidad, y no pueden ser confundidos. No todo lo posible es probable, ni todo lo probable es real. Lo posible es potencial y ficcional, lo probable es un suceso contingente que puede darse, y lo real es la actualidad efectivamente dada en el espacio y en el tiempo con individualidad propia. Nosotros en un trabajo anterior[8] ya nos hemos encargado de demostrar in extenso que no todo lo que existe es real. De manera que hablar de otros planetas con vida inteligente y de supercivilizaciones galácticas avanzadas no es más que hablar de posibilidades y no hechos concretos.

 

Que los ovnis sean espíritus malignos engañosos no es hablar de una posibilidad, sino de una realidad concreta, porque cumplen su propósito embaucador de hacer creer que son máquinas avanzadas extraterrestres que con un nuevo mensaje religioso vienen a salvarnos. No está demás reiterar que los espíritus pueden materializarse adoptando distintas formas.

 

El razonamiento de lo posible se asocia con la falacia de la vastedad del siguiente modo: Siendo el universo tan vasto, es imposible que no exista vida inteligente en otros lugares del Universo. En el fondo del razonamiento está oculto una interpretación nominalista de la esencia de Dios, la cual pone su voluntad sobre su Sabiduría. Pero aquí hay que recordar que Dios no hace lo que puede, sino lo que debe según su divina inteligencia. La vastedad no justifica suponer que lo posible sea real. En suma, hablar de extraterrestres es hablar de meras posibilidades, de demonios de puras realidades.

 

 

 

2

 

ABDUCIDOS, MUTILACIONES

 

 

 

 

 

¿Qué clase de seres avanzados podrían ser aquellos que abducen o secuestran a sus víctimas para realizarles supuestamente experimentos sexuales o genéticos? ¿No es la abducción una segunda prueba de que se tratan de demonios en vez de extraterrestres?

 

La ufología se llama abducción al secuestro de un humano por seres extraterrestres que toman el control de su cuerpo para hacer experimentos en su propia nave espacial. Desde los años 1950 son descritos estos casos y tras retornar de la abducción algunos presentan cicatrices, objetos metálicos dentro del cuerpo, reiteradas pesadillas, fobias a olores, ruidos u objetos, sinagesia o sensación traumática. El caso del maderero Travis Walton en 1975 es uno de los más famosos. Sus detractores intentaron demostrar que todo de trató de un fingimiento para sacar provecho económico. Otros, como como el escritor de ciencia Michael Shermer, sostuvieron que Travis Walton no fue secuestrado por extraterrestres y que basta el poder del autoengaño para explicarlo. Al fenómeno de abducción se asocia la fenomenología del Tiempo perdido y Parálisis de sueño, todos accesibles mediante hipnosis.

 

El reconocido cosmólogo y astrofísico Carl Sagan escribió expresamente un libro, El mundo y sus demonios, para demostrar la superioridad del método científico y refutar la nueva ola de credulidad, superstición, prejuicios e irracionalismo que amenaza a la civilización científico-técnica[9]. En su cruzada arremete contra ovnis, abducciones, inteligencia extraterrestre, curanderismo y otras falacias. Quizá un punto cuestionable en su enfoque sea que no relaciona el pensar acrítico con el tipo de hombre funcional que crea el capitalismo, y tampoco explica el tipo de espiritualidad no religiosa, ni trascendente que promueve la ciencia. Eso lo hace en su momento Charles Taylor en su obra La era secular.[10]

 

Pero el punto que nos interesa aquí es que Sagan niega rotundamente que los casos de abducción sean ciertos, tratándose solamente de historias inventadas para romper la aburrida rutina de la vida cotidiana y sentirse mejor al ser elegido por seres superiores. Además, dice, es fácil inducir recuerdos lúcidos totalmente falsos. Concluye su crítica afirmando que existen paralelismos entre las apariciones marianas y las abducciones de extraterrestres. Para Sagan las abducciones son falsas.

Para el estudioso británico John Rimmeren en su obra The evidence for alien Abduction (1984) ha ocurrido sobre seres humanos sanos, normales, y no interesados en el problema ovni. De la misma opinión son otros expertos en regresión hipnótica. Lo curioso es que las historias de abducción se han incrementado después de que la cultura popular se ve invadida por historias de extraterrestres.

 

No obstante, esto no es del todo cierto. Existe un antiguo manuscrito chino del siglo dieciséis que describe una abducción extraterrestre. Escrito en 1528 describe un encuentro cercano del tercer tipo. Es la historia de un albañil de un pueblo que ve una luz que se detiene en el cielo y decide ir a investigar. Ve una gran luz muy intensa del tamaño de una casa, que cambia de color y que flota a unos cincuenta metros sin hacer ruido alguno. El albañil siente gran temor y se desmaya. Al despertar con gran escalofrío logra identificar algunos astros, no ve ningún ser humano, pero sí seres demoníacos que lo rodean y le hablan en lengua incomprensible. Se vuelve a desmayar, pero poco tiempo después despierta en su casa y se entera que había estado ausente durante un año. Como prueba de lo acontecido mostró una cicatriz roja en su pecho. Esta historia fue autenticada por el Ministerio de Cultura chino junto a otras quinientas páginas de la era de la Dinastía Ming. Otros sostienen que los casos de abducción en la antigüedad no son tan infrecuentes como se piensa, y que los podemos encontrar en la Biblia (Ezequiel, Elías) -lo que nos parece inadecuado para el caso-, en dracmas fenicios y otros. En cualquier caso, dicha historia china prueba que las abducciones no son un fenómeno moderno como algunos piensan. ¿Pero pueden tratarse episodios psicóticos?

 

Ahora veamos la opinión sobre la abducción de John E. Mack, profesor titular de la Universidad de Harvard y ganador del Premio Pulitzer. En 1994 publicó el libro Abducidos, tras estudiar unos cien casos de abducción postuló la hipótesis de que se trataban de personas mentalmente sanas que se han enfrentado a experiencias traumáticas de origen desconocido. Registró mediante la hipnosis regresiva que todos los abducidos son secuestrados y sometidos a experiencias dolorosas contra su voluntad por supuestos extraterrestres que dicen telepáticamente estar creando una nueva raza de seres híbridos, y por ello los abducidos sufren procedimientos intrusivos sexuales. Los abducidos testimonian sentir terror ante estos seres que no parecen tener sentimientos, por momentos son translúcidos y que presentan a los humanos imágenes apocalípticas del planeta Tierra. Una cosa que Mack cuida mucho es desmentir que la hipnosis regresiva sea siempre sugestión o inducción de falsos recuerdos. No siempre es así, aunque puede serlo.

 

Lo que llama mucho la atención en su estudio es que los abducidos cuenten historias similares que siguen un mismo patrón, como si no fuese una invención subjetiva de la mente, sino un hecho objetivo realmente vivido. Si cien personas abren una puerta y dicen ver un gato no es que estén sugestionadas, ni que quieran llamar la atención, ni que estén viviendo un episodio psicótico, sino que tal gato es real. Cosa similar ocurre en la abducción. Es muy difícil que el estado de relajación producida por la regresión hipnótica produzca siempre las mismas imágenes. Debe haber un contenido objetivo que produzca las coincidencias.

 

Pero Mack es un científico, esta vez de la mente, y por ello está desprovisto, como Carl Sagan y Michio Kaku, de un enfoque espiritual. Por ello, no advierte que la abducción es otra forma de posesión demoníaca. De ahí que en su conclusión afirme que la abducción sea de origen desconocido. De cualquier forma, arriba a una idea más matizada, prudente y cauta que los cosmólogos y físicos mencionados.

 

Si hay historias antiguas de abducción o encuentros del tercer tipo eso significa que estamos ante seres espirituales demoníacos que se hacen pasar por extraterrestres para convencer a la humanidad de una narrativa donde Jesucristo queda convertido en alienígena y Dios en mera energía impersonal, como se verá. Por lo pronto podemos preguntarnos: ¿Qué clase de seres son aquellos que secuestran a humanos para practicar experimentos contra su voluntad? ¿Por qué aquellas criaturas causan pavor, paralizan e inducen el desmayo? ¿Por qué en todos sus supuestos experimentos los humanos quedan traumatizados? ¿Por qué dejan huellas en el cuerpo físico? ¿Qué necesidad tienen de venir de otras galaxias para secuestrar y experimentar con humanos? ¿Acaso no pueden sintetizar artificialmente nuestro ADN? ¿Por qué dejan bajo circunstancias misteriosas y anómalas el cadáver mutilado de animales del campo sin señales de animales depredadores? ¿Por qué se ceban en los órganos sexuales, en la extracción del ano y en drenar la sangre fuera del cuerpo? ¿Por qué esa obsesión con la sangre en los animales mutilados? ¿Por qué estas prácticas sanguinarias han sido relacionadas casi siempre con ovnis? ¿Necesitan esos seres alimentarse del vital elemento? ¿Tan avanzados pueden ser esos seres que necesitan mutilar animales? ¿Pueden tratarse estos seres de ángeles o, más bien, de demonios que siempre han mostrado una obsesión por la sangre? ¿Por qué buscan con ello infundir pavor y producir sobresalto en los humanos?[11]

 

Lo que se describe en diversas fuentes sobre las abducciones coindicen en ser eventos traumáticos en quienes la sufren. Es una vivencia perturbadora que deja secuelas en la vida psíquica, el organismo y altera la vida cotidiana. ¿Tendría sentido que viajeros espaciales se comportaran de esa forma con seres de la civilización que encuentran en el planeta Tierra? No, no tiene sentido. Y si es incoherente y contradictorio su comportamiento ¿cómo logran convencer a millares de seres humanos de que son alienígenas extraterrestres? Porque en una subcultura dominada por la ciencia ficción le resulta fácil a los demonios hacerse pasar por extraterrestres para convencerlos en sus perversos propósitos anticristianos. La abducción y los agroglifos son una manifestación más de que la ufología es una rama de la demonología.

 

 

 

3

 

AGROGLIFOS Y CONTACTISMO

 

 

 

Algo parecido con la abducción y las mutilaciones sucede en lo misterioso con los agroglifos[12] o círculos en los cultivos de trigo y maíz, que, aunque se ha probado que pueden ser hechos por humanos, no obstante, hay una gran parte de ellos que tienen origen desconocido y con mensajes bastantes elaborados para ser de simples bromistas aficionados.

 

Más de diez mil círculos han sido reportados en diferentes partes del mundo. Los creyentes en fenómenos paranormales lo han atribuido a seres extraterrestres. Pero, ¿Por qué los propietarios dan testimonio de su aparición repentina y que parecen haber sido creados en la noche? ¿Por qué otros han visto volar ovnis en la zona? ¿Por qué se incorporan formas figuras de gran tamaño y complejidad con características matemáticas y científicas? ¿Qué otra necesidad, sino la de confundir, podrían tener aquellos seres que hacen semejantes figuras? ¿Para qué dejar huellas electromagnéticas en las plantas? ¿por qué permitir que las plantas emitan radicación residual? ¿Por qué se han relacionado con bolas de luz que serían inteligencias que las producen? ¿Por qué los diseños complejos incluyen la proporción áurea, el conjunto de Mandelbrot y la curva de Koch, todo lo cual para su elaboración exigiría para los humanos instrumental topográfico?

 

Las abducciones, las mutilaciones y los círculos en las cosechas tienen algo en común, a saber, el misterio que causa intriga y temor. Algo que está muy lejos de las prácticas del mundo de los ángeles, pero que caracteriza muy exactamente el mundo de los demonios. La abducción parece satisfacer su deseo de hacer sufrir al hombre física y mentalmente, las mutilaciones parecen dirigidas a saciar su sed de sangre, algo muy común manifestado en las religiones antiguas muy influenciadas por demonios, y los círculos en las cosechas parecen estar orientadas a confundir la mente humana haciendo creer en supuestos mensajes de seres siderales. Como si tuviera sentido que seres del espacio vinieran desde tan lejos para dejar mensajes en las cosechas en vez de entregarlo directamente a las autoridades de la Tierra. Realmente cuesta creer que una broma de tan mal gusto haya sido tomada en serio por las religiones ufológicas. Lo que hace pensar en la situación espiritual y mental de los líderes de aquellas sectas platillistas. Es evidente que el contactismo tiene que ver con el deterioro lógico y de la razón, y en la manipulación descarada de la credulidad y estupidez creciente de la gente.

Si el demonio pudo presentar a Jesús en el desierto todos los reinos de la tierra para tentarlo, pero fracasó,[13] ¿cómo no podría producir abducciones, mutilaciones de ganado y círculos en los cultivos con diseños complejos? Toda la evidencia responde a un mundo espiritual que sostiene una guerra muy antigua de Satanás contra Dios y sus ángeles, que ya fue derrotado, pero aún busca descaminar al hombre. Su enorme actividad en esta época responde a que se le acaba el tiempo y llega la hora de su fin. Sólo una mirada con sentido escatológico puede hallarle sentido a todo este proceso, pero la mentalidad moderna tiene la desventaja de atender sólo los medios y no los fines. La racionalidad funcional de la modernidad es una limitación que condiciona el pensar científico-técnico, centrado como está en el ente y no en el ser tiende a dar cuenta sólo de empírico, lo útil y lo práctico.

 

Es por ello que la mentalidad moderna desactiva el sentido de lo divino y tiende a juzgar todo desde el punto de vista naturalista, material y fáctico. Sólo en su fase terminal la modernidad se vuelve contra su propio principio subjetivo, abandona lo antropológico para volverse contra lo natural a favor de la artificialidad, lo antinatural y convertir todo en producto de la cultura. El apogeo del mito culturalista -que niega las esencias para proclamar el constructivismo de las existencias- coincide con el auge de la inteligencia artificial, y la intensificación de la actividad demoníaca en la historia.

 

En otras palabras, se intensifican las acciones del maligno porque en el mundo actual trabajan como factores a su favor la ruina moral, el consumismo, la narcomanía, la crisis de caridad, el hedonismo, el nihilismo, el materialismo, el orientalismo, la hechicería, la disolución en la divinidad, las sectas satánicas. Por ejemplo, desde 1966 en Estados Unidos existe la Iglesia de Satán, con un Sumo sacerdote que proclama el inicio de su reino. La Biblia satánica acusa fieramente al cristianismo de reprimir a la humanidad y no permitir pensar a millones de personas. Recuerda muchos pasajes de los ataques de Nietzsche al cristianismo, no en vano fue autor de El Anticristo.[14]

 

Pero también existe el Templo de Set y el Templo del Vampiro. Ninguna se ha convertido en un movimiento de masas, aunque tienen sedes y adeptos en todas partes del mundo. Ciertamente que el demonio siempre busca ocultarse y finge, incluso puede provocar visiones y sueños con el Señor, la Virgen o algún Santo, para hacer creer que se está liberado, pero en estos tiempos se hace más frecuente su manifestación ufológica por el ateísmo práctico, la vida de pecado, y la disolución moral en que se vive. Esto hace pensar que nos acercamos al Final del Mundo, al menos tal como lo conocemos.

 

Al menos esto da que pensar el libro Piercing the Cosmic Veil (Descorriendo el velo cósmico) de Jason Dezember & Joseph Jordan. Esta obra publicada en 2020 ilustra numerosos casos de abducción en que la misma fue detenida mediante el rezo, el pronunciamiento del nombre de Jesús y la invocación de la Virgen María. Lo que demostraría la naturaleza demoniaca del fenómeno ovni de la abducción. Muchas de las personas abducidas han tenido experiencia espiritista, ocultista, brujería, cartomancia, drogas, meditación, contactismo, satanismo. Pero lo importante es que el libro consigna que con el nombre de Cristo la abducción puede ser detenida. Nos preguntamos, entonces, qué tipo de seres deben ser aquellos que huyen ante el pronunciamiento de los nombres sagrados. Sin duda, no pueden ser ángeles, sino demonios disfrazados de extraterrestres. ¿Por qué sucede esto? Sencillamente porque la plegaria, los nombres y las imágenes sagradas tienen importancia protectora. Es lo mismo que el Padre Peña nos hacía notar en su libro Los extraterrestres el gran engaño diabólico, cuando consignaba que dichos seres emprendían las de Villadiego al rezar y oír el nombre de Cristo. Y también nos hace recordar lo que afirmaba el exorcista el Monseñor Emmanuel Milingo cuando decía que nada hay más poderoso contra el demonio que el nombre de Jesucristo.

 

Entonces, aquí hallamos la respuesta a lo que John E. Mack señalaba a la abducción como experiencia traumática de origen desconocido. Sencillamente su origen no es tan desconocido porque al orar y pronunciar el nombre sagrado dichos secuestradores se ausentan atropelladamente. Pero ya lo habíamos indicado, el psiquiatra no podía darse cuenta del origen demoníaco de dichos seres porque está desprovisto de la interpretación espiritual en su enfoque positivista.

 

La cosa lejos de ser baladí es decisiva para comprender la naturaleza del fenómeno ovni. El Pentágono da a entender que existen, que son reales, que no sabe lo que son, pero que no son peligrosos, porque con la tecnología que muestran si quisieran hace tiempo que nos hubieran exterminado. Lo cual es un juicio totalmente erróneo, pero adecuado a la mentalidad descreída de nuestro tiempo. Juzgan que no son peligrosos porque no nos exterminan a pesar de la superioridad demostrada. ¿Pero acaso el demonio busca el exterminio físico? No, claro que no. Por ejemplo, el poseído padece de males físicos, principalmente en la cabeza y estómago, blasfema mucho, da respuestas profundas, hablan lenguas desconocidas, pero el diablo no busca nuestro dolor físico, sino que el alma se sienta derrotada y abandonada por Dios, lo que busca es que el hombre pierda la fe, deje de creer en la resurrección y la salvación. Es por ello que no nos exterminan. Su exterminio no es físico, sino espiritual.

El demonio ataca de dos formas: ordinaria (la tentación) y extraordinaria (sufrimientos físicos, posesión, vejación, obsesión, infestación, y sujeción). Ahora la ufología se viene a sumar a sus formas extraordinarias de ataque. Por eso más arriba hemos afirmado que la ufología es una rama de la demonología, porque a todas luces no están presente ángeles ni seres espaciales sino demonios. Al gran homicida, engañador y embustero sólo le interesa la perdición de nuestra alma. Esto no es tan difícil de entender, pero el Pentágono no está interesado en sutilezas ni verdades teológicas, sino en peligros materiales a la pregonada seguridad nacional. Nada de esto debe hacer pensar que el poder de Satanás es ilimitado, al contrario, el Plan de la Creación está orientado a Cristo, el cual ya lo derrotó, sólo que al final de los tiempos se muestra activísimo en su sed de venganza. Pero nada hay que temer con Cristo, la Virgen María, los Santos y los ángeles.

 

Los oficiales de la Fuerza Aérea norteamericana Nelson Pacheco y Tommy Blann atendiendo al tema de la abducción en su libro Unmasking the Enemy (Desenmascarando al enemigo) afirman taxativamente que los extraterrestres son demonios obsesionados con el sexo y la supuesta hibridación de la raza humana. Los males que producen van desde los cambios psicológicos, perturbaciones parapsicológicas, dolores físicos, hasta la destrucción de la familia. En muchos afectados la abducción induce a la práctica de la brujería, el espiritismo, incurren en herejía, oyen voces. Pero la señal más importante es que aquellos seres muestran aversión a las cosas sagradas. Por último, la mayor parte de contactados y abducidos han tenido una práctica anterior de ocultismo, lo cual termina dañando su salud y de la de su familia.

 

Nuevamente aquí destaca la gran farsa que representa su enmascaramiento como alienígenas de seres que son abiertamente demonios. ¿Qué interés tendrían seres del espacio tan avanzados en hacer hibridación y obsesionarse con el sexo? Su ataque sexual y el secuestro forzado coincide con la forma de agresión extraordinaria que tiene el demonio. Otra señal clara es que induce a la víctima hacia el ocultismo. La Biblia advierte que el ocultismo es una forma de abrir la puerta a los espíritus malvados.

 

Conozco personalmente a supuestos contactados que lamentablemente han caído en el ocultismo. Ellos practican ingenuamente el contactismo creyendo que les responden seres galácticos en vez de demonios. En la religión ovni el contactismo es la creencia en la posibilidad de contactar con supuestos extraterrestres para recibir mensajes generalmente telepáticos.[15] El caso examinado por Benjamín Zeller es paradigmático porque se trata del suicidio ritual en masa de treinta y nueve personas ocurrido en marzo de 1997 en el Rancho Santa Fe, California, como culminación de veinte años de preparación de la secta ufológica contactista. Buscaban trascender y ascender a los cielos en un ovni. El grupo fue resultado de una mezcla de evangelismo, Nueva Era, ciencia ficción y ovnis. Zeller no lo dice, pero su exposición deja bien sentado de que se trata de un revival del paganismo religioso. Justamente en el aggiornamento del paganismo religioso se oculta el demonio, feliz en su esfuerzo por destruir al cristianismo.

 

No hay que tener dos dedos de frente para preguntarse si acaso seres galácticos tendrían necesidad de inducir un suicidio ritual para llevárselos. Claro que no. La sangre y las almas de esos humanos eran el objetivo del demonio disfrazado de alienígena. El grupo Misión Rama del contactista peruano Sixto Paz también se caracteriza por citar a los de su grey en un lugar y hora determinada para ver luces-ovnis en el cielo, generalmente en un lugar llamado Chilca. El suceso realmente acontece, lo que nos hace pensar que existan contactistas que reciban mensajes telepáticos de estos seres que se hacen pasar por extraterrestres, pero que son en realidad demonios. No es casualidad que Paz Wells sea autor de varias obras donde dichos seres son presentados religiosamente como nuestros “Hermanos Mayores” o “Guardianes siderales” a los cuales se debe adoración.[16]

 

Ahora bien, siendo la ufología una rama de la demonología no se quiere decir que los contactados necesariamente lo sepan, sino que más bien son engañados por el maligno haciéndose pasar por seres intergalácticos y los contactados lo creen. Pero el contactismo desarrolla una facultad parapsicológica en que el se puede invocar y también recibir el llamado de estas fuerzas oscuras. En una palabra, el contactado es generalmente víctima del engaño del maligno, y termina siendo un instrumento. Generalmente el contactista se vuelve esclavo de los contactos con el demonio. Pero, desde luego, tampoco se puede descartar que haya contactados que sepan la verdad del fraude, y simplemente sacan provecho material del engaño, sin reparar en el daño espiritual grave que se infligen. Simplemente el contactismo es peligroso y no se debe practicar, porque en vez de ser comunicación con seres siderales -que no existen- son seres demoniacos los que acuden.

 

Rodrigo Bravo Garrido en su libro Los extraterrestres han muerto. Tomo I: El mito ovni-ET, contactismo y abducciones (2019) estudia la llamada “Era Moderna de los Ovnis”, como subcultura muy potente y de gran influencia en todos los medios de comunicación, redes sociales, que promueve la creencia de que los ovnis proceden de un origen inteligente y de fuera de nuestro planeta. Después de setenta años de que el piloto civil, Kenneth Arnold, denunciara en 1947 la observación desde su avión de nueve objetos que surcaban extrañamente el cielo en el estado de Washington, se ha formado una base de credos, actividades comerciales, películas, series, animes, que han llevado este mito a la unificación del concepto “ovni” con “extraterrestre”. Y así se forjó la ufología. Lo que el autor trae es abundante información sobre contactados, abducciones y avistamientos que caracterizan la Era moderna de los ovnis, y que en realidad estamos ante la Era moderna de los demonios disfrazados de alienígenas. Pero un sereno e imparcial análisis permite darse cuenta que los extraterrestres han muerto para que los demonios vivan, y junto a ellos también lo haga lo coartada militar de desarrollo de armas secretas por parte del imperio norteamericano.

 

Ambas conspiraciones coinciden en el fraude, las dos se hacen pasar por extraterrestres, cada cual, con un propósito distinto, pero que al fin y al cabo redunda en el beneficio de cada uno. El mundo simplemente ha sido engañado por una farsa preternatural y humana. Y esto justamente ocurre en el momento preciso de la historia en que las potencias se espían para enterarse del desarrollo del arsenal atómico de cada quien, y en el que la humanidad entra en una profunda crisis de valores, pierde la fe, deja de creer en el alma, su preocupación gira en torno a frivolidades, se vuelve superficial, le resulta más obsesivo preocuparse por el cuidado del cuerpo, la dieta, el gimnasio, idolatra el sexo, el placer y el dinero. Camino llano para el mal.

 

Hay quienes simplemente buscan convencer de que los extraterrestres son reales.[17] Pero ante la inconsistencia de las evidencias sobre ovnis hay autores que niegan su realidad y declaran que simplemente se trata de una fantasía urdida por personas expertas en la literatura y ciencia ficción, en edición de fotografías y videos trucados, porque hasta el momento no existe ninguna prueba definitiva de su existencia. Este es el punto de vista de un autor como Gabriel Benítez en su libro ¿Son reales los extraterrestres?  Y, en realidad, se cae en el mero escepticismo cuando solamente se toman en cuenta las pruebas materiales, que por lo demás no se encuentran, y se omite el análisis de otro tipo de fenómenos como la abducción, el contactismo, mutilaciones, agroglifos, cuya fenomenología exige para su mejor esclarecimiento un abordamiento filosófico-teológico. Si fueran los aliens unos seres venidos de una civilización tecnológicamente super desarrollada en vez de volar en sus ovnis mariposeando en el cielo, dejar dibujitos en las cosechas, secuestrar y hacer experimentos sexuales en sus víctimas, y mutilar ganado, podrían haberse comunicado con el Secretario General de las Naciones Unidas dejando un mensaje o mostrándose benéficos con la humanidad ayudando en algún aspecto. Pero nada de esto ha sucedido. Por qué, sencillamente porque no son extraterrestres, sino simplemente son demonios, sin ningún interés por socorrer la plaza de la humanidad.

 

El fenómeno ovni es un terreno tan resbaladizo que se puede caer en dos sombríos extremos unilaterales, a saber, el dogmatismo radical, que deriva en la religión ufológica de los gurús y contactistas; y el escepticismo radical de todo tipo de investigadores que sostienen que se trata de pura broma y fantasía de ficción. Más matizado es el escepticismo moderado, que descartando la existencia de extraterrestres por falta de evidencia material, sin embargo, se abre a su fenomenología para enfrentar la explicación de otros casos para descubrir que se trata de un fenómeno espiritual.

 

4

 

NUEVA RELIGIÓN

 

 

 

 

EL abordamiento de los aliens no como seres extraterrestres sino como demonios se retrotrae también al destacado escritor estadounidense John Keel (1930-2009), que en su libro Operación Caballo de Troya (1970) sostiene que los movimientos que describen los ovnis, que violan las leyes de la física, no responden a objetos materiales sino inmateriales, y no responde a ninguna tecnología terrestre ni alienígena. Sus formas son de lo más diversas y extrañas, que van desde cubos, platos, triángulos, rosquillas y campanas, hasta objetos en forma cigarros de apariencia metálica, con ventanas, sin ventanas, echando fuego azul de sus colas, expeliendo sustancias misteriosas, y de medusas transparentes voladoras. Los ovnis no son de un modelo único.

 

Para Keel, además, los ovnis son de naturaleza paranormal y espiritual, porque las experiencias que dejan en los contactados y abducidos son de la misma naturaleza que se presenta en la extensa literatura demonológica. Si fuesen de una civilización superior no estarían apareciendo y desapareciendo de continuo, no preferirían la presencia clandestina y nocturna, tendrían buenas intenciones, mostrarían voluntad de ayudar, hubieran evitado la Primera y Segunda Guerra Mundial, el lanzamiento de las bombas atómicas sobre Hiroshima y Nagasaki, ayudado en las pandemias, contribuido a superar ciertas enfermedades, las guerras la crisis ecológica, alimenticia y energética, pero en su lugar y en la mayoría de los casos sus contactos con humanos son terroríficos y atentatorios contra la libertad individual.  Y su negación de la hipótesis extraterrestre concluye que el Caballo de Troya de dichos demonios es presentarse como visitantes espaciales.  

 

En realidad, la hipótesis parafísica del fenómeno ovni, que sostiene que es una broma y engaño perpetrado por seres invisibles para asustar, confundir y embaucar a la raza humana viene siendo sostenida desde 1949 con Meade Layne[18], Arthur Clarke, Harol Wilkins, Morris Jessup, Bryant Reeve, Ivan Sanderson y Jacques Vallée. Tratando de dar cuenta de ese 1 o 2 % de casos sin explicación dichos investigadores coinciden en que tomando en cuenta los métodos crueles y malvados que emplean dichas inteligencias con los abducidos se muestra que desean nuestro mal, son verdaderos demonios y que actúan no en un plano físico, sino espiritual. También se reportan casos en que dichos seres de apariencia monstruosa y horrenda, tienen mal olor, se trata de un hedor insoportable que lleva a violentos espasmos y vómitos. Naturalmente que espíritus angélicos no pueden mostrar ni aquella apariencia ni olor, sino que sólo pueden tenerla seres provenientes del infierno. En su afán de confundir en muchos casos producen teletransportación, con parálisis de los relojes y anomalías espacio-temporales. Las víctimas aparecen en otros lugares distantes y con varios días de ausencia inexplicable. Además, pueden producir materializaciones y desmaterializaciones repentinas, atravesar paredes, hacer caer piedras en las habitaciones, provocar incendios, combustión espontánea de personas, provocar torrentes de agua de origen desconocido, pueden flotar en el aire con su apariencia espantosa, pero adoptar cualquier apariencia, incluso de animales. Y todo esto lo han venido haciendo desde el origen de los tiempos.

 

Siendo Satán y sus demonios seres mentirosos y estafadores, embaucadores y destructivos suelen aprovecharse de personas neuróticas, crédulas e inmaduras. Así el contactado es el estafado y el ovninauta el estafador. El caso de Albert K. Bender es muy significativo para el caso. Bender era un afamado espiritista que en 1952 fundó la International Flying Saucer Bureau con éxito casi inmediato. Pero un año después cerró la asociación sin explicación alguna. Reaparece en la escena ufológica en 1962 con su libro Los discos volantes y los tres hombres, allí cuenta que fue víctima de fenómenos paranormales, entre ellas, la aparición imágenes terribles, pavorosas, y de entidades extraterrestres, que dejaban un terrible olor. Hasta que víctima de un secuestro, le insertan minúsculos objetos en el cuerpo, hasta que le explican que vienen de un planeta externo al sistema solar, habitados por seres muy diferentes a los humanos, extremadamente avanzados tecnológicamente y -he aquí lo más sintomático e interesante- privados de todo tipo de religión. O sea, presentaban al ateísmo como el estadio espiritual más avanzado de una civilización tecnológicamente muy desarrollada. Y esto es más importante que reparar en el aspecto terrible de dichos seres y en su vinculación con la presencia de fenómenos paranormales. El ateísmo doctrinal y el ateísmo práctico no es que sea la ideología del demonio, al contrario, él cree en Dios, pero es ángel rebelde. De modo que emplea la propagación del ateísmo como táctica para apartar a la humanidad de su Creador y así facilitar su ataque vengativo.

 

Esto es lo que ha hecho pensar al astrofísico e investigador de fenómenos ufológicos Jacques Vallée, en su libro Emisarios del engaño, que detrás de este fenómeno hay una verdadera manipulación de masas que busca crear una nueva religión. Vallée fue inicialmente defensor de la hipótesis extraterrestre hasta que en 1969 cambió de opinión y adoptó la hipótesis parapsíquica. Su libro Pasaporte a Magonia es la primera vinculación que hizo entre ovnis, movimientos religiosos, demonios, ángeles y fantasmas. Esto lo hizo postular la hipótesis multidimensional, esto es, que los supuestos extraterrestres podrían coexistir con los humanos más allá del tiempo y del espacio. Y por ello no son detectados. Para Vallée los ovnis son reales, pero no representan a viajeros espaciales, sino que son seres de otra dimensión, fuera del espacio-tiempo. Luego extendió el fenómeno ovni a las apariciones marianas y a las revelaciones de Joseph Smith. Por ello concluyó que este fenómeno religioso no debe ser manejado por teólogos.

 

En realidad, la hipótesis parafísica de Vallée parecía bien encaminada cuando superó la hipótesis extraterrestre, pero cuando derivó hacia la hipótesis multidimensional termina sustituyendo primero a los viajeros espaciales por seres parafísicos (ángeles, demonios, fantasmas), y luego, reemplazando a éstos por seres multidimensionales con capacidad para manipular el espacio y el tiempo. Habla de una inteligencia detrás del fenómeno ovni que manipula socialmente engañando a los humanos con seres espaciales. Su sospecha es que el propósito final de este engaño es promover el cambio de creencias religiosas. Cosa que queda confundida y oculta por la participación de charlatanes y de la ciencia ficción. Finalmente aboga por la participación más activa de la ciencia en el fenómeno ovni.

 

En suma, su aporte es que considera un engaño la hipótesis extraterrestre promovida por el contactismo y las sectas ovni; y su limitación es no precisar que aquellos seres multidimensionales son demonios. Esto hace perder un poco de vista que el objetivo fundamental de aquellos seres es promover una nueva religión. Lo que queda en evidencia flagrante en el gran fraude del caso Ummo. Al final, en 1993, José Luis Jordán confesó que todo se había tratado de un experimento psicosocial para medir la credulidad de la gente y la estupidez humana sin límites. Incluso J.J. Benítez salió burlado, como otros gurús platillistas, porque lo consideró auténtico. Por treinta años se consideró el caso como verídico. Incluso se llegaron a formar sectas que tatuaban el símbolo en los niños y los inducían a la homosexualidad. Todo fue un fraude.

 

Esto hace que sea plausible que el fenómeno ovni sea confundido con fenómenos naturales, artefactos humanos y fraudes de sectas religiosas. Pero el verdadero fenómeno ovni es un fenómeno parafísico y parapsíquico producido por los demonios, y por ello debe ser considerado una rama de la demonología. No es casual que cuando dichos seres dan un mensaje religioso traten de presentar a Jesucristo como un extraterrestre, a Dios como una energía cósmica, a la Virgen María como la que fue hibridada por un extraterrestre, nunca hablan del Cielo, el Purgatorio, ni el Infierno. Tampoco es casual que expidan mal olor, tengan aversión a las cosas sagradas y su presencia resulte traumática y violenta para sus víctimas.

 

Que dichos seres nunca hablen al contactado sobre el Cielo, el Purgatorio y el Infierno queda testimoniado por la mística austriaca María Simma (1915-2004). Simma fue una gran mística que recibió el don de Dios de recibir las almas del purgatorio. Eso no era espiritismo, porque ella no las invocaba, sino que las almas venían a ella. Pero un día preguntó a un alma del purgatorio si existía vida inteligente en otros planetas, y ésta dijo que no. Lo cual no significa que los avistamientos no sean verdaderos, sino que son obra de Satanás. De estos tres destinos espirituales nunca se pronuncian los supuestos extraterrestres, porque como demonios que son están en el infierno para toda la eternidad. E inculcando la religión de adoración de los extraterrestres como dioses, consiguen hacer pensar a los hombres en un paraíso galáctico hipertecnológico donde vivirán felices e inmortales para siempre junto a seres superiores.

 

Hay una experiencia del Padre exorcista Giuseppe Tomaselli, referido en su libro La gran bestia es inteligente[19], donde pregunta al demonio Astort, en nombre de Jesús, si los platillos voladores son obra suya, a lo que responde que no, que son asteroides, pero que ellos, los demonios, hacen creer que son ovnis. Y que los contactados son hijos suyos. A partir de aquí no cabe duda que las supuestas razas alienígenas no son más que demonios que adoptan diversas formas. Ahora se entiende que el demonio le haya respondido que aquello de las confederaciones galácticas es falso e inexistente, y que en otros planetas no había humanos. En conclusión, los demonios querían acabar con la Biblia sin quemarla, haciéndose pasar por extraterrestres. Al Padre Tomaselli ya no le quedó ninguna duda, los alienígenas eran demonios.

 

Por ello, aquella versión del ufólogo conspiranoico Bob Lazar que la marina estadounidense posee el elemento combustible 115 y que el gobierno está haciendo en el Área 51 tecnología inversa de ovnis capturados, como naves de propulsión de campo que crea una distorsión en el espacio-tiempo, donde el espacio se deforma, y el ingrediente crucial es un elemento que aún no existe en la tabla periódica, el elemento pesado 115, como combustible que hace posible el viaje interestelar, es pura fantasía y especulación. Lo que Lazar quiere dar a entender es que, si la marina estadounidense tiene naves de tecnología inversa, con esta fuente combustible para viajes interestelares, entonces hay ovnis de hechura humana. Pero, además que Lazar es un mitómano compulsivo confirmado, pues no existe documento alguno que confirme que trabajó para el gobierno estadounidense, ni los documentos que acrediten los títulos que afirma que obtuvo en dos universidades de ese país, terminó afirmando que participó en reuniones que describen la participación histórica desde hace diez mil años de seres extraterrestres (Grises) con la Tierra, y que provienen de Zeta Reticuli. Es significativo que en 1990 haya sido procesado por proxenetismo y se le ordenó someterse a psicoterapia. Todo indica que Bob Lazar es víctima de sus propios demonios.

 

Del mismo talante es el caso del ex agente de inteligencia David Grusch que el día 12 de junio del 2023 se armó todo un estrépito porque daría a conocer los lugares donde el gobierno norteamericano tendría restos de naves de origen extraterrestres. Fue todo un montaje mediático que buscaba proseguir con el encubrimiento de la desastrosa política internacional del presidente Biden, y crear una cortina de humo de tres cosas puntuales: 1. La nueva tecnología militar supersecreta, 2. el estrepitoso fracaso de la contraofensiva de los nazis de Kiev, y 3. la inevitable nueva derrota militar estadounidense en Ucrania. Propósitos nada inocentes y nada extraterrestres en medio de la imprudente y desatinada III Guerra Mundial que se desarrolla. Otro fraude más.

Si los supuestos aliens no hablan de las tres dimensiones espirituales ¿se harán presentes en las experiencias cercanas a la muerte?

 

El psiquiatra y doctor en medicina Raymond Moody se hizo famoso por su libro publicado en 2017, Reflexiones sobre la vida después de la vida. Allí cuenta la entrevista de más de tres personas que habían tenido experiencias próximas a la muerte. Todos relatan la presencia de Jesús como Dios, y que no aparecen los extraterrestres de ninguna de sus supuestas razas. Ahora se comprende mejor por qué los susodichos seres espaciales no hablan del Cielo, el Purgatorio ni del Infierno. Simplemente son un fraude y engaño del demonio. Lo mismo consigna la psiquiatra y especialista en estudios sobre la muerte Elisabeth Kübler-Ross (1926-2004) en su libro La muerte un amanecer (1983), después de estudiar veinte mil casos habla de una luz a través de un túnel y que a medida que uno se aproxima más aquella luz brilla blanca más hasta sentirnos llenos de amor y alegría indescriptible de estar en presencia de Cristo o Dios. Aparecen otros seres que guían y ayudan, y que la Iglesia denomina ángeles guardianes, también la presencia de seres queridos que ya abandonaron esta vida. Como observamos no hay extraterrestres por ningún lado, y no podía ser de otro modo, porque a todas luces éstos pertenecen al camino de la oscuridad y no de la luz. El mismo testimonio comparte del doctor Melvin Morse en su libro Últimas visiones. Significados y enseñanzas de las experiencias previas a la muerte (1996), donde sobre una amplia muestra de casos se destaca el hondo sentido espiritual que tienen estas visiones previas a la muerte que van desde premoniciones, encuentros angélicos hasta experiencias místicas. Pero no hallamos nada de encuentros con los fraudulentos seres espaciales. Todo lo cual les proporcionó a estas personas una nueva orientación en su vida. Se cuenta el caso de un delincuente que inconsciente en la ambulancia vio el rostro de sus amigos que habían muerto en la calle lanzando horribles gritos de dolor. Recuperado abandonó su vida delictiva y se ordenó ministro.

 

Esta casuística, a la que se puede añadir a los muertos que reviven en el quirófano contando lo mismo, es bastante elocuente para entender que la nueva religión promovida por los seres del espacio no es, sino que otra tramoya urdida por el infierno. Por ello, no es extraño que los fundadores de sectas ufológicas terminan promoviendo la libertad sexual, o sea, muestran la misma obsesión por el sexo que manifiestan los supuestos aliens en las abducciones. Prueba suficiente que esos supuestos mensajes extraterrestres anticristianos y ateos son invento del demonio. Michio Kaku y Avi Loeb, junto a otros estudiosos del tema, deberían reparar en estas evidencias que resultan siendo más que significativas para descifrar la realidad del fenómeno ovni. El fenómeno ovni es real, pero no se trata de tecnología superavanzada de una civilización estelar, tampoco de tecnología terrestre, sino de engaños e ilusiones del demonio. No menos significativo es que la abducción pueda ser detenida invocando los nombres sagrados.

 

5

 

UFOLOGÍA Y ESOTERISMO

 

 

 

Sin lugar a dudas, la mentalidad secularizada y la ausencia de discernimiento espiritual del hombre nihilista actual es caldo de cultivo para las creencias extraterrestres. Abandonada la fe cristiana y el poder de la oración no es difícil que la naturaleza infernal consiga engañar atormentando con su supuesta presencia extraterrestre a millares de seres humanos.

 

Existen numerosos testimonios de personas que habiendo sido secuestradas por esos seres tuvieron que abandonar sus planes ante la invocación del rosario y la señal de la cruz.  Pero lo gurús de las nuevas religiones ufológicas en los congresos que organizan no invitan a estas personas para que den sus testimonios, porque lo que buscan es promover e incentivar el nuevo credo demoníaco. Más bien invitan a los que puedan dar un testimonio favorable y benéfico de su existencia. Estas sectas ufolátricas no sólo carecen de sentido crítico, sino que muy lejos de desear investigar con objetividad y neutralidad, buscan dar un testimonio tendencioso y sesgado de la realidad del fenómeno ovni. Por eso es que sus congresos generalmente terminan siendo festivales comerciales y carnavalescos con toda clase de amuletos y disfraces aliens. Es la orgía del fraude.

Si realmente fueran seres del espacio tenemos que preguntarnos lo siguiente:

1. ¿Por qué no cumplen con las leyes del universo como todo lo que existe en el cosmos?

Porque no son seres materiales, sino seres espirituales.

2. ¿Por qué huyen ante el nombre de Jesús y sienten aversión ante los objetos sagrados?

Porque no son espíritus de Dios, sino espíritus demoníacos.

3. ¿Por qué han optado por la coartada de presentarse como seres del espacio?

Por la mentalidad secularizada y atea del hombre nihilista actual, proclive a la fantasía, y educado por generaciones en la ciencia ficción.

4. ¿Por qué contactan secuestrando a sus víctimas y les practican experiencias traumáticas sexuales y de otro orden?

Porque como demonios que son no paran mientes en el respeto de la libertad humana, y porque no se resisten a su naturaleza atormentadora hacia el hombre.

5. ¿Por qué se presentan unas veces como hombrecillos y otras en formas monstruosas’

Porque los demonios, como espíritus que son, pueden adoptar diversas formas, y así a los incautos hacen creer que existen más de una cincuentena de razas aliens.

6. ¿Por qué quitan la memoria a los abducidos?

Porque los recuerdos podrían revelar claramente su naturaleza demoniaca.

7. ¿Por qué las sectas ufolátricas terminan en escándalos sexuales o jurídicos?

Porque no siendo seres espaciales sino demonios, sus enseñanzas son malignas.

8. ¿Por qué si son avanzados seres del espacio no ayudan a la humanidad?

Porque no desean nuestro bien, y, más bien buscan hacer daño, especialmente espiritual.

9. ¿Por qué nunca hablan de Dios y de las dimensiones espirituales?

Porque su propósito fundamental es alejarnos de Dios, nuestro Creador.

10. ¿Por qué resultan dañando la salud física, mental y espiritual de los contactados?

Porque los traumas y enfermedades que dejan de por vida responden a su naturaleza satánica.

 

Todo esto nos devuelve al mensaje evangélico de lo que afirma Jesucristo: Yo soy el camino, la verdad y la vida (Jn 14, 6), Yo soy el pan de vida (Jn 6, 48), el alfa y el omega (Ap 1, 8). Y nos recuerda: el diablo siempre es mentiroso y padre de la mentira (Jn 8, 48), resistan al diablo y huirá de ustedes (Sant 4, 7), con el escudo de la fe se apagan los dardos encendidos del maligno (Ef 6, 10-18).

 

Las sectas ufolátricas pertenecen al dragón, que con sus huestes combatieron, pero no prevalecieron contra el cielo. Arrojado el gran dragón con sus ángeles a la tierra encuentran en la ufología un arma muy útil para seducir a millares de incautos atraídos por el esoterismo, espiritualmente extraviados, neuróticos y mitómanos que son fácilmente reclutados a su causa por la serpiente antigua, que se ceba a profundidad del empobrecimiento espiritual en el decadente occidente liberal. No es casual que el revival del paganismo religioso y del esoterismo ocurra allí con gran fuerza.

A propósito del esoterismo éste se ha convertido desde el siglo veinte en un elemento de la cultura de masas[20]. Cuanto más se acentúa el anticristianismo en la cultura occidental más se expande entre las masas el esoterismo. Ahora entre las masas abundan los magos, las hechiceras, pitonisas, curanderos, nigromantes, astrólogos, encantadores, vaticinadores, espiritistas y adivinos. Muchas de las veces se tratan de poderes reales, pero todos vienen del demonio.

 

El esoterismo viene a ser el sucedáneo espiritual de la pérdida de la fe religiosa en Dios trascendente, Uno y Trino. Es una regresión en el progreso religioso y espiritual. Entonces cobra relevancia las prácticas antiguas de la astrología, la geomancia, la magia, el tarot, perfumes, inciensos, naturismo, mandalas, mantras, angelismo, hipnosis, símbolos ocultistas, masónicos y el pentagrama esotérico. Hay todo un supermercado esotérico disponible. Paradójicamente lo que se experimenta es una exoterización del esoterismo.

 

Muchos gurús ufolátricos practican alguna forma de esoterismo, porque en su extravío y confusión mental piensan que con ello se ponen a la altura de Rama, Krishna, Hermes, Moisés, Orfeo, Pitágoras, Platón, Jesús, Zoroastro y Buda. Pero como el esoterismo y el ocultismo van de la mano, y es presentada como una doctrina destinada sólo a iniciados, en realidad se trata de una postura que invoca los poderes del demonio. Aun cuando es necesario distinguir entre lo sobrenatural, lo paranormal y lo preternatural, la línea es muy delgada entre estos dos últimos. Muchos santos han mostrado facultades paranormales, pero nunca fue lo prioritario. En cambio, volver dichas facultades en lo más importante resulta a la postre relegando a Dios, y este es el punto de partida de la actividad demoniaca. De ahí que muchos dotados de lo paranormal terminan sucumbiendo en las ciencias ocultas y el demonismo. En otras palabras, el esoterismo es un arma de doble filo que termina haciendo daño a quien lo practica.

 

Así, por ejemplo, el gran poder mental que demostró tener el gurú platillista del rancho Santa Fe, en California, para inducir a un nutrido grupo de personas al suicidio ritual es una muestra de lo maléfico de haber caído en el esoterismo. Otro caso es el ocultismo nazi con la Sociedad Thule, con su conjunto de prácticas y creencias, el propio Hitler era aficionado a la astrología, la mitología y la mística medieval, aunque una vez en el poder condenó las creencias ocultistas por surrealistas y ajenas al movimiento nazi.[21] Pero el poder hipnótico de su oratoria tenía rasgos diabólicos. Por ello, no es extraño que el Padre exorcista Gabriele Amorth afirme que en estos tiempos el demonio se muestre activísimo sobre personas, comunidades y países, siendo necesario restablecer la pastoral exorcística en todos los países del mundo.

Los autores que encabezan la lista de la literatura del esoterismo ufológico son Erich von Däniken y J. J. Benítez. Pero le sigue una legión completa. Siendo su tema favorito hablar del mensaje de los dioses, los astronautas de Yahvé, los ascendientes cósmicos, los mensajeros de luz y los espías del cosmos. Y todos defienden la posibilidad de contactar con los supuestos extraterrestres. La lista de las religiones esotéricas ovni es larga, empezando por la cienciología hasta llegar al movimiento raeliano. Todas curiosamente tienen su origen en el hemisferio norte occidental, en sociedades tecnológicamente avanzadas. Muchas con espíritu sectario, estereotipadas ideas sobre el origen de la humanidad, implicadas en escándalos sexuales, inducir al suicidio ritual, y con exigencia de altos costos económicos. Y sus adeptos consideran que sus líderes tienen facultades paranormales y poderes esotéricos sobresalientes. Lo que creen que se confirma con su poder de contactismo con los seres espaciales.

 

Ahora bien, la pregunta que surge es ¿por qué los contactistas y líderes de sectas ufológicas reculan en el ocultismo y esoterismo? Porque al creer que entran en contacto con seres espaciales superiores de naturaleza benéfica, van creyendo en todos los mensajes que reciben, siendo muchos de los cuales de índole amoral, perniciosa y satánica. Pero ¿por qué no reaccionan a tiempo? Por los beneficios económicos, la vanidad creciente, el hedonismo que los ata, la fama mediática, el poder que adquieren sobre los demás. Y a todo lo cual no desean renunciar. En estos tiempos de gran apostasía en que se apaga la fe, el esoterismo resulta siendo el gran peligro para la salvación del alma.

 

6

 

UFOLATRÍA Y POSESIÓN

DIABÓLICA

 

 

 

 

El seno de la propia Iglesia es atacado con una cristología equivocada, donde se inculca en los seminarios que el diablo no existe, que se asusta innecesariamente a la gente con una entidad inexistente y que por ello se debe eliminar la pastoral exorcística. Esto ha dado como consecuencia una montaña de denuncias a obispos que no atienden a la gente que busca la ayuda de un exorcista.

 

Esa negación del mundo del espíritu está enclavada en un racionalismo que disuelve la fe. Como bien explica el Padre exorcista y filósofo Javier Luzón Peña, en su libro Las seis Puertas del Enemigo (2017), si no existe satanás, no tentó a Adán y Eva, no hay pecado original, no hay necesidad de un Redentor, no hay Dios, toda la fe se va al tacho colero.

 

Las seis puertas se dividen entre aquellas que tenemos culpa y otras de las que no tenemos culpa. Las que tenemos culpa son tres: el pecado, el ocultismo y esoterismo pasivo o activo, y el resentimiento. De estas tres puertas tenemos culpa, pero hay otras tres de las cuales no tenemos culpa, que son: los maleficios recibidos, las heridas emocionales desde el seno materno, y las herencias ancestrales o cargas epigenéticas espirituales. Lo que en el último caso se hace es la comunión de los santos, y la oración intergeneracional, como una de las siete obras de misericordia espirituales. Y la única forma de cerrar esas seis puertas es con la oración, la penitencia, la eucarística, la confesión, y la palabra de Dios.

 

Es decir, esos son los cinco pilares de la vida espiritual. Santa Catalina y Santa Hildegarda fueron grandes exorcistas, pero también hay santos poseídos. Teresa de Calcuta no tuvo posesión, pero sí opresión diabólica. El Padre Pío a pesar de sus extraordinarios carismas, tuvo ataques diabólicos. O el santo Cura de Ars era echado continuamente de su cama. Y ello se explica por las puertas que no se tienen culpa.

 

Otro aspecto interesante es que los místicos presentan muchos fenómenos parapsicológicos en grado máximo y de modo involuntario, como bilocación, visiones, hipertermia, olor a perfume, profecía, telepatía, precognición, levitación, ayuno, conocimiento infuso, los estigmas de Cristo.[22] Para los ocultistas y esotéricos se tratan de elementos que demuestran que la evolución humana no ha terminado y que se debe desarrollar esas facultades en este mundo. Pero éstos no comprenden que la evolución humana no está en función del desarrollo de las facultades paranormales, sino de la unión del alma y cuerpo con Dios. En el esoterismo la fe es sustituida por disciplinas corporales y el gnosticismo. Pero de esa forma no se logra tener conveniencia angélica con Dios. En una palabra, el esotérico y ocultista cree que el hombre se diviniza por su propio esfuerzo mediante el logro del dominio de las facultades paranormales. Y lo único que logra es caer en la trampa del demonio que lo aparta de la fe y de Dios. Pues a Dios sólo se llega por desnudez la espiritual del recogimiento interior. He ahí su grave yerro, porque esas facultades son también enviadas por el demonio para tentar.

 

Con razón dice San Juan de la Cruz[23] que la sustancia del alma no es el ver (teoría) sino el creer (poner el corazón). Sólo por la fe el alma se une con Dios, y no con el desarrollo de facultades paranormales. Para arribar a la unión con Dios hay que hacer pasar al alma por la noche del sentido y la noche espiritual. Se trata de un vaciamiento completo para poder morar con Dios. Y es que en la subida al Monte Carmelo de la perfección no hay que llevar carga. No es con el desarrollo de las facultades paranormales, sino con la fe que se va más allá de la razón y el sentido, y se une uno con Dios. San Juan de la Cruz, al igual que otros santos, es muy categórico en su afirmación de que hay que rechazar los prodigios naturales sensitivos, sobrenaturales y espirituales (facultades para normales) con los que el demonio tienta para apartarnos de Dios. Las religiones de la antigüedad estaban plagadas de sibilas, pitias, oráculos y brujos. Ahora es el turno de los ufolátricos.

Los contactistas ufolátricos se envanecen jactándose que tienen la facultad paranormal de la telepatía y que a sus llamados responden los seres espaciales. Todo les resulta claro y entendible, pero los muy cándidos no se dan cuenta que mientras más alta es la luz divina más oscura es para nuestro entendimiento, que el entendimiento se perfecciona por la fe, y que hay que llegar a conocer por el corazón. En otras palabras, lo primero es la fe, no los dones sobrenaturales ni las facultades paranormales. Pero en nuestro de tiempo de incredulidad, sequía de fe, y crisis de caridad el demonio tienta con las facultades paranormales para confundir y hacer olvidar que se debe mortificar lo sensitivo del alma para pasar luego a la parte espiritual. De este modo el gurú platillista atosigado de vanagloria abre las puertas a otros apetitos en los que sucumbe: sensualidad, avaricia y gula. Es por ello que las sectas platillistas terminan generalmente en escándalos sexuales, financieros y judiciales.

 

El propio Papa Francisco I subrayó como un grave error pensar que no se puede tener una afección espiritual porque está presente una enfermedad psiquiátrica. La verdad, dice el Papa, es que los demonios son perezosos y se aprovechan de la preexistencia de una enfermedad mental, se aprovechan del más vulnerable, el más frágil emocional o mentalmente. O sea, hay enfermedades físicas que tienen como origen lo espiritual.

 

La pregunta aquí es ¿se puede combatir al diablo en sus actividades ufológicas? Sí, pero con armas espirituales y especialmente con la oración junto con los sacramentos. El resto, pienso, compete directamente al ministerio exorcístico de un sacerdote. Cuando decae la fe aumenta la superstición, y la creencia en seres extraterrestres es parte de la superstición mediante la ufolatría. La ufolatría abre la puerta a la posesión diabólica a nivel individual y colectiva. Y las irracionalidades de la ufología sólo es explicable a través de la influencia maligna del demonio, que ya embota los medios masivos de comunicación social mediante sexo, horror y violencia.

 

En la profunda confusión la ufolatría platillista inculca la adoración de los susodichos seres espaciales como dioses. Y no podía ser de otro modo, porque en la fenomenología ufolátrica se practica la meditación o contactismo mediúmnico, a través del cual ingresan una serie de demonios que engañan y los dirigen hacia sus malignos propósitos. El mediumnismo y la meditación tiene sus exponentes célebres como el sueco Emanuel Swedenborg (1688-1772), Augustin Lesage (1876-1954), la inglesa Eileen Garret (1893-1970), Pietro Ubaldi (1886-1972), el florentino Roberto Setti (1930-1984), el parapsicólogo Gustavo Rol (1903-1994) de Turín y brasilero Luiz Antonio Gasparetto (1949-2018). Todos tenían el propósito de demostrar la realidad de la supervivencia y la posibilidad de contacto con el mundo de los muertos. Ante esto hay que decir que hay que rechazar tanto el mediumnismo como el contactismo ufolátrico, y, más bien, saberse dejar llevar por Dios hacia la unión perfecta de su amor. Para ello no sirve ni la experiencia, ni la ciencia, ni los mensajes de los supuestos seres del espacio, sino el camino de la fe y el escudo de los sacramentos.

El estigmatizado italiano Giorgio Bongiovanni (1963) es uno de los casos más recientes que dice predicar el verdadero cristianismo y difundir la verdad sobre los extraterrestres. Como una demostración de que el demonio también puede producir estigmas está su continuo desmentido catastrofista de que el fin del mundo llegaría en 1991, luego 1993, después 1996, pero nunca acertó, no llegó el fin, ni arribó un ovni a rescatarlo. El demonio es el padre de la mentira y Bongiovanni sucumbió a sus fraudes. Considera que su maestro es el ovnilatra Eugenio Siragusa. En su desfachatez disparatada anuncia que Cristo retornara en un plato volador. Forma grupos por todo el mundo llamados “Arcas”. Es un clarísimo defensor del reencarnacionismo, de la referencia de naves espaciales en la Biblia, que los ángeles de ayer son los extraterrestres de hoy, y en el 2004 presentó su primer libro “De Rerum Divinarum Scientia Nova”, que contiene los mensajes de los seres de luz. Su teología es una mezcla de sincretismo, ufología y elementos del New Age. A todas luces su cristianismo es un fraude.

 

Los estigmas son un fenómeno que aparecen independientemente de un milagro o una creencia religiosa. De los más de 350 casos conocidos, 321 fueron católicos, y 70 fueron canonizados por la Iglesia. En otras palabras, también los pseudomísticos pueden tener estigmas, y no son una prueba de santidad. En Bongiovanni, que nunca se dejó examinar por un médico neutral, la acción de demonio es clara no sólo por el falso profetismo exhibido, sino por servirse de un fenómeno psicosomático para pretender mostrar la verdad de los extraterrestres.

 

7

 

FALACIAS UFOLÓGICAS

 

 

 

 

 

El hecho de que científicos de renombre (Avi Loeb, Michio Kaku) hablen abiertamente de tecnología extraterrestre sin contar con evidencia alguna nos hace pensar en la situación lógica de la civilización actual. En realidad, lo que se observa es que se ha sustituido el correcto pensamiento lógico por el irracionalismo.

 

El hombre de la cultura técnica está afectado de irracionalismo mental porque vive bajo el desequilibrio entre su razón, la emoción, el sentimiento y el instinto. Desequilibrio que se ha ido acentuando a medida que se llega hasta sus últimas consecuencias la racionalidad burguesa.[24] Se trata de una racionalidad que prioriza los medios sobre los fines, sobrepone la razón funcional sobre el pensar sustancial, y siguiendo el nominalismo termina suprimiendo el mundo de las esencias a favor de las existencias. En este contexto el verdadero humanismo tenía que sucumbir, y en su lugar vemos que la lógica se deteriora ante la presión de tres fuentes colosales: la cibernética, la manipulación de los medios y el hedonismo de masas y élites. La consecuencia es que la corrupción de las masas lleva hacia la despersonalización. La antropotecnia va remplazando a la antropología. Ya no hay diálogo en caos alógico de las redes sociales, pululan en su lugar los emoticones. La vida acelerada del capitalismo no favorece el despliegue lógico del pensamiento. Vivimos una sociedad enferma porque el capitalismo enajena al hombre y lo hace vivir consumistamente sin satisfacer sus necesidades más profundas. No es extraño entonces que la ufología haya cobrado vuelo desde 1947, en pleno despegue del capitalismo de bienestar. El gran sociólogo estadounidense David Riesman tiene dos obras cuyos títulos retratan la tragedia espiritual del hombre actual: La muchedumbre solitaria (1950) y Abundancia ¿Para qué? (1964). Cuando la riqueza material no se pone al servicio de la riqueza espiritual adviene el extravío del sentido de la vida. Ahora se entiende mejor por qué la época presente es de decadencia lógica.[25]

 

Por lo general, la mente humana es muy proclive a creer en ilusiones sin pruebas científicas. ¡Cuánto no más lo será hoy! Y es así porque la ilusión surge de la propia percepción que engaña a la mente y la misma nos lleva hacia decisiones y creencias irracionales. Y el sentido común es la víctima predilecta de las ilusiones. Algo no es real simplemente porque existe, las ilusiones, espejismo y alucinaciones también existen, pero no son reales. Realidad y Existencia no son equivalentes y no distinguirlas es origen de muchas confusiones y ficciones. Lo que es Real tiene consistencia ontológica individual permanente, en cambio lo que es simplemente Existente le basta tener trascendencia a la conciencia sin poseer identidad permanente. No toda existencia tiene realidad, en cambio toda realidad tiene existencia.[26] Incluso ciertas psicopatologías hacen ver entidades, como la esquizofrenia, o escuchar voces, como la paranoia, como si fuesen reales pero que solamente existen en la mente del sujeto. Como vemos no todo lo existente es real. Creer como real lo meramente existente es un trastorno cognoscitivo que tiene que ver con la alucinación, la psicopatología, el fraude, la manipulación mental y paradigmas epocales.

 

El maligno puede materializar cosas inertes (cadenas, clavos, tornillos, tijeras, muñequitos, etc.) y hasta seres vivos (ranas, sapos, etc.) en el poseído, como queda demostrado en la práctica del exorcismo. Tales cosas no sólo existen, sino que son reales porque el Padre exorcista las guarda como prueba de la lucha contra el demonio y posterior sanación. Pero también puede hacer aparecer ovnis que son filmados y fotografiados, o sea, existen y son reales. Pero luego desaparecen, se esfuman como arte de magia. ¿Somos engañados? Sí, porque tales cosas no son naves espaciales, sino materializaciones del Enemigo.

 

Pero, por otro lado, al conversar con investigadores y creyentes ufológicos se observa generalmente la presencia de una similitud con los prejuicios cognitivos de la esquizofrenia: demasiada atención a posibles amenazas, el saltar a conclusiones precipitadas, hacer atribuciones externas, problemas de razonamiento acerca de situaciones lógicas y sociales, dificultad para diferenciar el discurso interior del de una fuente externa, déficit neurocognitivo global en la memoria, distorsión de la realidad, ideas delirantes, persistencia de experiencias psicóticas, problemas de funcionalidad social, procesamiento visual y para mantener la concentración. Muchas personas normales tienen experiencias psicóticas sin ser esquizofrénicas. Pero, también, muchas personas que son frágiles mentalmente también son atacadas con avistamientos y presencias supuestamente extraterrestres.

 

Así, siendo la vida inteligente extraterrestre una ilusión sin evidencia de su realidad, que se asocia al fenómeno ovni, es tomada como real en su apariencia mostrada. Pero esto no debe ser necesariamente así. El fenómeno ovni puede subsistir perfectamente sin el nexo con la vida inteligente extraterrestre. Es decir, aun cuando la ciencia llegue a confirmar que estamos solos en el universo, como al parecer todos los indicios lo indican, el fenómeno ovni sobrevivirá como fenómeno atmosférico anómalo, como programa de aviónica secreto y, por supuesto, como engaño sobrenatural de satán.

 

Así, sobre el fenómeno ovni hay que distinguir tres tipos de problemas, a saber:

  1. el problema de la manifestación natural ovni (rayos globulares, nubes lenticulares, hologramas solares, sprites, meteoros, estrellas, planetas),
  2. el problema de la manifestación artificial (tecnología ovni humana, aviones negros, misiles hipersónicos, satélites, globos, fraudes, engaños humanos y demoníacos)
  3. y el problema de la inteligencia extraterrestre (civilizaciones en nuestra galaxia y fuera de ella).

 

Los dos primeros son objetivos, es decir, existen y son reales. El tercero no es real, existe como objeto hipotético. Tanto fue así que el propio proyecto SETI fue cancelado en 2020 por no lograr nada. El fenómeno ovni justamente se convierte en mitoide de nuestra modernidad tecnológica al confundirse con el tercer problema, a saber, el problema de la inteligencia extraterrestre, y al subsumir erróneamente los dos primeros al predominio ET. Lo cual es una confusión no sólo de tipo ontológica, sino también lógica. A partir de esta confusión con la inteligencia ET surge la ufolatría, con gurús y líderes carismáticos, astutos, mitómanos y superficiales, y con adeptos sumisos, acríticos y sugestionables[27], que curiosamente se encuentra ampliamente extendida en sociedades tecnológicamente avanzadas[28]. Lo cual no es extraño, dado que son en esas sociedades precisamente donde el “Reloj del Apocalipsis” termonuclear amenaza con la destrucción del planeta y aprisiona con más fuerza a las conciencias y acentúa la angustia del hombre común.

 

De este modo, la ufolatría llega al extremo delirante y contra toda lógica coherente de confeccionar mapas estelares señalando de qué estrellas provienen los Reptilianos, los Sirianos, los Andromedianos, los Nórdicos, los Zetas, e incluso llegan al extremo de indicar otros lugares donde existe inteligencia desconocida. Otros presentan otra clasificación morfológica: Humanoides (verdes, grises, nórdicos y gigantes), Zoomórficos (reptilianos insectoides, cefalopoides), Xenomórficos (figuras nebulosas, ameboides, minerales, vegetales, etc.).

 

En lógica la falacia es un argumento que parece válido, pero no lo es.  Es decir, es un pensamiento incorrecto, pero psicológicamente persuasivo. Entre las falacias no formales se encuentran: las falacias de atingencia y las falacias de ambigüedad. Son falacias de atingencia: la ignoratio elenchi o ignorancia del asunto, argumentum ad hominem o dirigido contra el hombre, argumentum ad ignorantia o que es verdad porque no se ha demostrado su falsedad, argumentum ad misericordia o llamado a la clemencia, argumentum ad populum o dirigido al pueblo, argumentum ad vericundiam o apelación a la autoridad, la causa falsa, y finalmente, la pregunta compleja. Y entre las falacias de ambigüedad cuentan: el equívoco y el énfasis.

 

De manera que tanto la ufolatría popular, “científica” y teológica echan mano desde el punto de vista lógico a tres tipos de falacias, que se condicen con la degradación cultural de la civilización consumista y hedonista actual:

1.   Falacia del Residuo (afirmación de la existencia de ET sobre un reducidísimo número de casos inexplicados).

2.   Falacia de la Diversidad (afirmación de otras formas de vida sobre condiciones desconocidas e inexplicadas).

3.   Falacia de la Vastedad (dado que el universo es tan vasto, debería ser cierto que haya un enorme número de civilizaciones extraterrestres en el Universo). Es como afirmar que, si el pantalón de ese señor tiene muchos bolsillos, entonces debe tener mucho dinero guardado en ellos. Pero lo posible no es lo real.

 

Estas tres falacias pueden ser consideradas como falacias de atingencia en su forma de argumentum ad ignorantia, porque dan a entender que puede ser verdad porque no se ha demostrado su falsedad. Especialmente la ufología teológica se sirve de la falacia de la vastedad, la cual se fundamenta en una comprensión errónea y nominalista de la omnipotencia divina. Sencillamente el nominalismo de la teología de Occam terminó privilegiando la Voluntad sobre la Inteligencia divina. Lo cual significaría que la voluntad divina puede hacer cosas imposibles en el cosmos, o que dos más dos sean cinco. La postura contraria es la realista, de índole tomista, pensaba que Dios no hace lo que quiere, sino lo que debe. Eso, por un lado, y por el otro lado de la ufología científica es muy proclive a las dos primeras formas de falacia (Residuo y Diversidad). Así, por ejemplo, Michio Kaku al hablar de otras leyes del universo se adscribiría a la falacia de la diversidad, y Avi Loeb al pensar en tecnología extraterrestre vagando por el espacio se asocia a la falacia del residuo.

 

No existe evidencia científica alguna para sostener lo que dicen, sino meras hipótesis científicas sin confirmar. Pero estos dos científicos han sucumbido al pensamiento especulativo de la ciencia ficción, y bien visto el asunto, nada les autoriza a sostener con seriedad las opiniones que vierten. El Instituto SETI o búsqueda de inteligencia extraterrestre es un conjunto de múltiples proyectos que indagan, pero no afirman que la vida extraterrestre exista. Tanto es así que en 2020 se anunció el abandono del proyecto SETI por no conseguir por más de décadas de búsqueda los resultados esperados. Simplemente no encontraron nada y tuvieron que cancelar el proyecto. Eso fue un ejemplo de un buen uso de la lógica.

 

Son los propios ufólatras los que convierten a los ovnis en ens imaginarium o intuición vacía sin objeto, porque lo que allí tienen no son seres espaciales, sino demonios que se hacen pasar por aliens. Mientras, los científicos especulativos incurren en nihil negativum u objeto vacío sin concepto, porque dicha tecnología alien no existe.

 

8

 

UFOLOGIA Y DECADENCIA

CIVILIZATORIA

 

 

 

Sí, seamos claros. No se trata de que los avistamientos ufológicos estén relacionados con nuestra civilización, porque avistamientos se han registrado en todas las etapas de la historia. Más bien, se han intensificado en nuestra civilización porque somos una cultura secularizada, naturalista, racionalista y apartada de la fe. De ahí las oleadas constantes de ovnis.

 

Sin olvidar petroglifos y pinturas rupestres del paleolítico que parecen representar avistamientos ovnis, los registros históricos de avistamientos se remontan hasta el 1440 del segundo milenio antes de Cristo con el papiro Tulli, donde los escribas del Bajo Egipto del faraón Tutmosis III afirmaron haber visto unos discos ardientes en el cielo. En la República Romana del 218 antes de Cristo, Tito Livio dijo haber visto barcos fantasmas brillando en el cielo. En el 740 de nuestra era sobre Irlanda se reportaron barcos brillantes en el cielo. En el siglo quince Cristóbal Colón reportó luces en el cielo que seguían a sus embarcaciones. En el siglo dieciséis sobre Nuremberg se vio una batalla aérea en el cielo entre cilindros, cruces y esferas que revoloteaban en el aire. Pero desde el siglo diecinueve y a lo largo del siglo veinte y veintiuno los avistamientos comienzan a ser interpretados ya no en términos religiosos, sino en la mentalidad predominante de los términos tecnológicos. He ahí lo decisivo, a saber, el cambio de mentalidad. A partir de ahora todos los avistamientos serán interpretados desde un punto de vista científico-tecnológico.

 

Ante esto la ciencia ha descartado la apariencia humana como dirección de la evolución convergente. Abundan libros, películas, series de televisión, videojuegos sobre extraterrestres, incluso la creencia astrológica del New Age habla de que Jesucristo fue un extraterrestre. La arqueología, la ciencia, la astronomía han ido derribando estas ficciones, pero la exoplanetología hizo que científicos, en número cada vez mayor, se mostraran optimistas sobre la posibilidad de encontrar planetas en torno a estrellas de nuestra galaxia y de otras galaxias que pueda albergar vida inteligente. Este último hecho resucitó nuevamente la ufolatría, que ya había caído en descrédito por tanto fraude y engaño.[29] La agudización de las crisis de la modernidad (ecológica, política, alimentaria, seguridad mundial, sanitaria, económica, poblacional, educativa, moral y espiritual) hace prever la mayor difusión de las sectas ufolátricas a corto y mediano plazo en medio de una sociedad sumida en el increencia, el nihilismo, la religión a la carta, el relativismo, el hedonismo y la profunda secularización. Es más, el avance de la sociedad cibernética aumenta el temor sobre el peligro del dominio de los robots sobre la humanidad. Se siente la amenaza de la era posthumana.[30] Lo más seguro es que los robots pensantes y autónomos no representen la evolución de la especie humana sino, más bien, su fin. Se avizora un futuro sombrío para el hombre en medio del auge de las máquinas.  La super inteligencia artificial introduce un nuevo elemento angustiante en la conciencia de la humanidad.[31]

 

En otras palabras, se vive una gigantesca crisis civilizacional en la era cibernética, especialmente de la lógica. La cual desborda el orbe occidental y que en una era globalizada involucra a todas las demás civilizaciones unidas por la racionalidad científico-técnica y la economía de mercado. Es una dura prueba para las conciencias que perseveran en la fe trascendente y en la respuesta afirmativa que subyace en la interrogante de la problemática integral del fenómeno ovni: ¿Puede el hombre seguir siendo el centro metafísico-moral del cosmos? Por lo pronto, los ovnis siguen apareciendo en todos los cielos de los países del mundo y su interpretación predominante es la científico-tecnológica. De forma casi automática se piensan que son máquinas de seres espaciales muy avanzados. De este enfoque secularizado de la mentalidad moderna se aprovecha el demonio para disfrazarse de extraterrestre y apartar al hombre de Dios.

 

Más, hay algo más profundo en todo este movimiento que cree en la inteligencia extraterrestre. Y es que existe un contenido escatológico salvífico subyacente en sus inquietudes más hondas. Pues, así como sin mística no hay auténtico conocimiento ni amor a Dios, del mismo modo trasladando dicho amor y conocimiento hacia los supuestos aliens se termina por esfumar a Dios mismo en una serie de extraños eones intermediarios o inteligencias eternas, emanados de la unidad suprema, y que el gnosticismo pone en relación a la materia con el espíritu. Hay todo un gnosticismo implicado en la ufolatría imperante. Efectivamente, la ufolatría se inscribe como parte de la ofensiva contemporánea del revival gnóstico. No es casual que esta forma de religiosidad practique de forma generalizada la meditación de contacto en busca de la salvación por el conocimiento ET que los regenera y diviniza. No hay duda que no sólo hay teología ufológica cristiana, sino también gnóstica. Trascender el espacio y el tiempo por un esfuerzo de éxtasis personal de contacto, forma parte de este nuevo tipo de religiosidad egocéntrica e individualista, que implica una antropología, cosmología y soteriología que enfatiza la importancia del contacto ET. En ellos el mito intemporal y trascendente se articula con el mitoide temporal e inmanente.

 

Pero el resultado final de toda esta heteróclita barahúnda paranoica es la mezcla informe que lleva al cuestionamiento de la fe preternatural revelada y de la religión sin retribución. En una religión interesada no se da un verdadero encuentro con Dios, y hay más bien la edificación de un ídolo, a saber, el del dinero o el dios Mammón. La religión interesada carece de autenticidad y profundidad y es profundamente satánica, la expectativa por la recompensa denigra el auténtico amor por Dios, y en esto reside la universalidad del mensaje del libro de Job. La ufología científica y la ufología esotérica están animadas por ese ánimo de creer “por algo”, por “una retribución”. Esta degradación del sentimiento religioso se corresponde con la secularización creciente de la modernidad tecnologizada. Pero hay algo más transcendental todavía que se enseña en el libro de Job, y es que Dios confía en el hombre y no en fantásticos ET. Y es precisamente ese profundo desengaño en el hombre, en la realidad humana, sobre todo en las sociedades altamente tecnológicas, lo que subyace profundamente en la creencia ufolátrica de toda laya. Resuenan aquellas palabras bíblicas sobre el hombre, predilectas por los protestantes: “gusano pútrido y hediondo”. Desengaño y desesperanza que tiende a agudizarse en momentos de crisis civilizacional de esta cultura secularizada y sin fe. Desde la oscuridad de la confusión y las tinieblas se trata de que el ser humano sepa elegir el camino a seguir y por ello bien se dice en el evangelio: “donde abundó el pecado, sobreabundó la gracia”.[32]

 

Nuestras conclusiones son semejantes a las de Carl Jung y Carl Sagan, pero también diferentes. Semejantes a Jung por cuanto que se ve en el fenómeno ovni un contenido religioso. Nuestra diferencia radica en que no hablamos de mito, sino de mitoide y que dicho sentimiento religioso es de carácter inmanente y no trascendente. Similar a Sagan porque no se ve razón ni prueba contundente para creer en la existencia de seres inteligentes extraterrestres. Pero diferente a él en tanto que admitimos la existencia y realidad del fenómeno ovni en su manifestación natural y artificial (tecnología militar secreta y engaños del demonio) y que la ciencia sin la religión y la metafísica filosófica termina destruyendo la espiritualidad. Credulidad, manejo de la conciencia, engaños, negocios, aberraciones psicológicas y pura paranoia, está debajo de la creencia en seres inteligentes extraterrestres. La exploración espacial sigue teniendo una base más realista, a saber, encontrar otros hábitats semejantes a la tierra y enviar humanos al espacio. Además, culturológicamente es posible afirmar que no es pura coincidencia el gran auge de la ufolatría en los países más desarrollados tecnológicamente. La amenaza de destrucción termonuclear y degradación global del medio ambiente pesa sobre las conciencias de millones de gentes comunes incrementando la angustia existencial y el deseo de salvación inmanente. Y un poderoso paliativo es regresionar a la credulidad ilimitada que da cobijo a la creencia en extraterrestres mesiánicos y salvadores. Aquí no se trata de fe sino de credulidad, que da cabida a una alucinación colectiva de nuestro tiempo llamada inteligencia extraterrestre. Alucinación que emerge de un mundo banalizado, donde el hombre y sus asuntos han perdido importancia y en su lugar se prefiere creer en seres superiores de otras galaxias que brindan esperanzas. En suma, se trata de un escapismo mental que retrata la profunda degradación espiritual de la modernidad secularizada de nuestro tiempo.

 

En este contexto, el tema de la inteligencia extraterrestre también se ha convertido en un mitoide estratégico de distracción de la opinión pública mundial para implantar un mundo unipolar. Por su parte el argumento de la teología ufológica, sobre el cual descansa todo su edificio (“El poder ilimitado de Dios”), es un sofisma y una tergiversación del constitutivum metaphysicum de Dios. Dios no hace todo lo que puede sino todo lo que es racional a su justicia, se pone límites a sí mismo, respeta la libertad humana y su creación. Justamente porque el poder de Dios tiene límites es que tiene lugar la posibilidad de que el hombre libre pueda cambiar su camino, de convertirse. Y con su justicia es como Dios se hace presente en la historia y en la naturaleza. El misterio de la libertad divina es que también el Dios Todopoderoso se hace débil para dejar espacio a la libertad humana. No solamente somos una “caña pensante”, al decir de Pascal, sino una “caña con libre arbitrio”. Lo cual lejos de justificar el antropocentrismo implica un vigoroso rechazo, porque la libertad humana no conoce los designios de su creador y todo lo creado no existe para la utilidad del ser humano. La creación es una teofanía de su amor gratuito. Todo lo cual impide moralmente el reemplazo de Dios por el hombre. Por eso la teofanía de Dios no es violenta, sino suave como la brisa. Y la Providencia no miente al habernos dado la Revelación, y el papel de ésta es permitir que el hombre ascienda a la trascendencia ayudado por las dos alas a su alcance, a saber: la razón y la fe. Su poder se sujeta a su Sabiduría. Esto hay que destacarlo con fuerza en medio de una época como la nuestra azotada por el irracionalismo, la superstición, y la credulidad.

 

En suma, el fenómeno ovni es real, como fenómeno natural y artificial, y ha sido el mejor elemento diversionista para encubrir la carrera armamentista, y el mejor ardid del demonio para hacerse adorar como extraterrestre. Pero la inteligencia extraterrestre es un tema de la literatura de ficción y un fraude ufolátrico grotesco sin evidencia contundente alguna. En una palabra, el fenómeno ovni como fenómeno natural y artificial es real, pero como inteligencia extraterrestre es solamente existente pero no real. Es el mayor fraude preternatural y humano de la historia.

 

 

 

 

 

 

 

 

CONCLUSIÓN

 

 

Cuando en 1952 se le preguntó a Einstein qué pensaba de los platillos voladores y los extraterrestres, respondió: “Esas personas han visto algo. Qué es, no lo sé. Y tampoco tengo curiosidad”. Pero la postura de los científicos cambió hasta tal punto que en el 2022 la NASA creó un equipo de investigación de ovnis. Sin embargo, la ciencia no encuentra respuesta. La explicación se encuentra en otro campo: el teológico-filosófico.

 

Ahora bien, ¿Cómo es que siendo el fenómeno ovni algo real estemos, no obstante, ante un gran fraude? En primer lugar, porque estamos ante un fenómeno preternatural del demonio, que se camufla de extraterrestre para engañar al hombre con seres venidos del espacio. Y, en segundo lugar, porque es utilizado como un mitoide psicosocial por los humanos -especialmente por la potencia hegemónica del Norte- para encubrir con secretismo el costoso desarrollo de tecnología de avanzada para nuevas armas militares. Es decir, dos fuentes de distinta naturaleza han confluido en el mismo propósito de convencer que existen los extraterrestres.

 

Pero si siempre han existido los avistamientos ovni a lo largo de la historia ¿por qué recién se difunde la creencia en extraterrestres? Por dos motivos principales: la cultura secularizada que ha puesto de lado la creencia en Dios, y la predominante mentalidad científico-técnica que lo ve todo en términos de tecnología. El hombre moderno de hoy tiende a explicarlo todo por lo tangible y visible, lo inmanente y terrenal, la fe no cuenta, y para el caso recurre a la explicación de la ciencia. Si a ello se suma el auge por décadas de la ciencia ficción en radio, cine, televisión y medios telemáticos, entonces se entiende que la mentalidad de las masas está modelada por ésta.

 

¿Por qué los ovnis han de ser interpretados como demonios? Porque su comportamiento no responde a las leyes de la física material, por ende, no son entes materiales, sino inmateriales, o sea espíritus. Y como no se dedican ayudar a la humanidad, sino a confundirla y traumatizarla, entonces se trata de espíritus malignos. ¿Puede explicarse los ovnis por la física cuántica? Pensar que haya extraterrestres que viajen como los fotones por toda la Vía Láctea o empleando los agujeros negros es pura especulación, fantasía y no ciencia.

 

Pero hay otro aspecto que no debe ser obviado. Y es que la promoción del tema ovni sirve de tapadera conveniente en los principales medios corporativos de comunicación para ocultar a favor del Occidente liberal neocolonial muchos problemas geopolíticos y dramáticas crisis humanas que terminan en tragedia. Uno de ellos es el problema de la migración africana a Europa. No hay política de ayuda y rescate para miles de africanos que huyen de la violencia y de la guerra en sus países, a consecuencia de la propia inestabilidad provocada por la mentalidad extractivista y explotadora de los europeos hacia Africa, no hay rescate de los niños, mujeres, y hombres africanos que mueren ahogados en el Mediterráneo y otras rutas para alcanzar desesperadamente el Viejo Mundo, no hay auxilio económico para aquellos que logran alcanzar unas costas que los reciben a balazos. Hay miles de millones de dólares para enviar armas a Ucrania, en vez de buscar la paz, echando más leña al fuego del conflicto, pero no hay disposición de enviar ni siquiera barcos de rescate para auxiliar a los migrantes. Ante esta tragedia humanitaria los grandes medios de comunicación que responden a las políticas de las élites plutocráticas mundiales prefieren ponen en el primer plano de los tabloides el tema ovni con una frivolidad y superficialidad espantosa y condenable. Más importante es alguna abducción o una oleada de ovnis sobre alguna parte del mundo, que centenas de migrantes que diariamente mueren tratando de atravesar los mares en precarias chalupas, y lo intentan hasta con botellas de plástico adheridos a sus cuerpos. El tema ovni para el imperialismo neocolonialista es una tapadera conveniente, inmoral y obscena a la crisis de caridad en el mundo.

 

Tampoco es difícil advertir que durante del desarrollo del conflicto en Ucrania el tema ovni ha sido utilizado varias veces por el imperialismo norteamericano para tapar sus fracasos estrepitosos en la contraofensiva del nazi Zelenski, y en la tensión creciente de sus relaciones con China. Los incidentes ocurridos entre el 28 de enero y el 13 de febrero del 2023 en Alaska, Yukón, y el Lago Hurón, donde cazas militares derribaron varios objetos voladores avistados, extrañamente coincidieron con hechos desacertados de la política internacional del Presidente Biden. En otras palabras, el tema ovni es utilizado para defender el Orden Mundial Unipolar y retrasar el ascenso del Orden Mundial Multipolar.

 

Luces blancas que vuelan de manera extraña antes de elevarse horizontalmente hacia el cielo, objetos cilíndricos volando muy rápido, objetos luminosos en forma triangular y piramidal sobrevolando el mar, platillos con luces diversas, luces con un patrón en forma de V, abducciones, agroglifos, mutilaciones, y contactos, seguirán ocurriendo porque ni la fuente preternatural ni la fuente humana descansan. Programas como el avión espía ultra secreto con tecnología antigravedad TR-3B Black Manta continuarán y, también seguirán, siendo confundidos con ovnis. Y sin duda que será utilizado como psicosocial de masas al desatarse un conflicto termonuclear.

 

Todo esto desemboca en una sola conclusión, a saber, que no existe evidencia sólida sobre la vida inteligente en otros planetas. Y toda la evidencia disponible que se tiene sobre los ovnis responde, por una parte, a la etiología de la demonología, y, por otra, al desarrollo de tecnología secreta militar. En consecuencia, se puede sostener que la ufología es una rama de la demonología, y un mitoide tecnológico de la carrera armamentística. Es un gran fraude, pero el hombre de hoy ama ese fraude. Es un sucedáneo de la fe perdida.

 

 

 

 

 

 

Bibliografía & Fuentes

 

 

 

 

 

1. Libros:

Alfred L. Webre. Exopolítica. La política, el gobierno y la ley en el universo. Ediciones Vesica Piscis, España, 2012.

Andy Thomas. Crop Circles. El enigma de un arte anónimo. Ediciones Siruela, Madrid, 2003.

Armando Arellano Ferro. Por qué no hay extraterrestres en la Tierra. La ciencia para todos, FCE, México, 2003

Avi Loeb. Extraterrestre. La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra. Planeta, Lima, 2020.

Benjamín Zeller. La puerta del cielo: la religión ovni de los Estado unidos de América. Aurora dorada, España, 2019.

Carl Jung. Un mito moderno. De cosas que se ven en el cielo. Obras completas, vol. 10, Trotta, Madrid, 2014.

Carl Sagan. El mundo y sus demonios. Planeta, España, 1997.

--- . Cosmos. Planeta, España, 2009.

Carlos A. Scolari. NO pasarán. Las invasiones alienígenas: de H. G. Wells a Steven Spielberg (Y más allá). Fondo editorial de la Universidad de Lima, 2020.

Charles Taylor. La era secular. Gedisa, España, 2014.

David Riesman. Abundancia ¿Para qué? FCE, México, 1965.

--- . La muchedumbre solitaria. Paidós, 1968.

Eduardo Bravo. Ummo. Lo increíble es la verdad. Ed. Autsaider división sesuda, 2019.

Elisabeth Kübler-Ross. La muerte un amanecer (1983). Editorial Luciérnaga, 2020.

--- . Sobre la muerte y los moribundos. Alivio del sufrimiento psicológico. Editorial Debolsillo-Clave, 2017.

--- . La Rueda de la vida. Biblioteca Lascasas, 2005.

Erich Fromm. Psicoanálisis de la sociedad contemporánea. Hacia una sociedad sana (1955). FCE, México, 1989.

Erich von Däniken. Recuerdos del futuro. Plaza & Janes, 1980.

Leslie Kean. Ovnis. Indicios, Barcelona, 2007.

F. Ávila. Oesterheld y nuestras invasiones extraterrestres. Ediciones Rebrote, Buenos Aires, 2003.

Fabio Zerpa Alayón. Relatos reales con extraterrestres. Editorial Marco, 2020.

Federico Nietzsche. El Anticristo. Ensayo de una crítica al cristianismo. Siglo Veinte, Buenos Aires, 1986.

Freddy Silva. Diseños misteriosos. Editorial Sirio, Málaga, 2008.

Gabriel Benítez. ¿Son reales los extraterrestres? Koala Books, 2017.

Gary Bates. Alien intrusión. Ed. Master Books, 2006.

Gianluca Marletta. Ovnis alienígenas. Ed. Hipérbola Janus, 2019.

Gustavo Flores Quelopana, Ovni: mitoide encubridor de la carrera armamentista en la era tecnológica. Iipcial, Lima, 2014.

--- . Ufología como crisis del pensamiento moderno. Iipcial, Lima, 2018.

--- . Nietzsche y la metafísica inmanente. Iipcial, Lima, 2023.

---. Prometeo liquidado. Inteligencia artificial y Juicio Final. Iipcial, Lima, 2023.

H. Cantril. Invasión desde Marte, estudio sobre la psicología del pánico. Abada Editores, Madrid, 1940.

H. G. Wells. La guerra de los mundos. Ediciones Lea, 2016.

Iván Rodrigo Mendizábal. Los restos de la memoria, sobre la emisión de la guerra de los mundos en Quito. Ed. CIESPAL, Quito, 2012.

Jacques Vallée. Pasaporte a Magonia. Del folklore a los platillos volantes. Ed. Plaza y Janes, 1976.

---. Emisarios del engaño. Contactos y sectas ovnis. Reediciones anómalas, 2017.

---. Dimensiones. Reediciones anómalas, 2020.

---. Confrontaciones. Reediciones anómalas, 2021.

---. Revelaciones. Reediciones anómalas, 2022.

Jean-Paul Corsetti, Historia del esoterismo y de las ciencias ocultas, Buenos Aires: Larousse Argentina, 1993

Jean Servier (dir.), Diccionario crítico de esoterismo (1998), Madrid: Akal Ediciones, 2006, 2 vols.

Jerome Clark. The UFO book: enciclopedia of extraterrestrial. Visible Ink Press, 1998.

J.J. Benítez. Ovnis: S.O.S. a la humanidad (1975). Plaza y Janes, Barcelona, 1992.

John Keel. Operación Caballo de Troya. Madrid, 2017.

John E. Mack. Abducidos. Reediciones anómalas, 1994.

John Rimmeren. The evidence for alien Abduction. Aquarian Press, 1984.

José de Alejandro, S. J. La lógica y el hombre. Biblioteca de autores cristianos, Madrid, 1970.

José Lesta, El secreto esotérico del III Reich. Edaf, 2003

Joseph Jordan y Jason Dezember. Piercing the Cosmic Veil. (Descorriendo el velo cósmico). Seekye 1.com Online Publishing, 2020.

K. Amis. El universo de la ciencia ficción. Ciencia Nueva, Madrid, 1966.

Leslie Kean. Ovni. La más amplia recopilación de documentos oficiales desclasificados y testimonios de pilotos, generales, y funcionarios involucrados. Editorial Indicios, 2017.

María Simma. Mi experiencia con las almas del purgatorio. Edicep, Valencia, 2006.

Mark Horns. El libro para colorear de los agroglifos. Volumen 1. Disfrute coloreando más de 60 dibujos de Círculos de las Cosechas basados en Fotos reales. Independently Published, 2019.

Melvin Morse. Últimas visiones. Significados y enseñanzas de las experiencias previas a la muerte. Edaf Antillas, 1996.

--- . Más cerca de la luz. Lo que revelan las experiencias próximas a la muerte de los niños. Edaf, 2014.

Michio Kaku. Física de lo imposible. ¿Podremos ser invisibles, viajar en el tiempo y teletransportarnos? Debate, 2010.

--- . El Futuro de la Humanidad, la colonización de marte, los viajes interestelares, la inmortalidad, y nuestro destino más allá de la Tierra. Debate, 2018.

Monseñor Corrado Balducci. El diablo existe. Ediciones Paulinas, 2020.

Monseñor Emmanuel Milingo. Contra Satanás. Ediciones Paulinas, 1990.

Nelson Pacheco y Tommy Blann. Unmasking the Enemy (Desenmascarando al enemigo). Prensa Bendan, 1994.

Oleg Sayanski y José López Vaultier. El nazismo oculto. Amazon digital services, 2021.

P. Capanna. El sentido de la ciencia ficción. Columba, Buenos Aires, 1966.

Padre Ángel Peña O.A.R. Extraterrestres, el gran engaño diabólico. S. Millán, 2020.

Padre Gabriele Amorth. Habla un exorcista. Planeta, 2005.

Padre Javier Luzón Peña. Las Seis Puertas del Enemigo. Experiencias de un exorcista. Editorial Altolacruz, 2017.

---. Quo Vadis. Ecclesia? ¿Adónde vas Iglesia, celebrando en falso los sacramentos? Editorial Autor-Editor, 2021.

Paola Giovetti. Ciencias ocultas. Tikal, España, 1994.

Pedro A. Quiñones Vesperinas, Introducción al estudio del esoterismo, Buenos Aires: Kier, 1980

R. Scholes y E. Rabkin. La ciencia ficción: historia, ciencia, perspectiva. Taurus, Madrid, 1982.

Ramón Navia-Osorio. Mutilaciones. Una realidad preocupante. Ushuaia ediciones, 2022.

Raymond A. Moody Jr. M.D. Reflexiones sobre vida después de la vida. Edaf, 2020.

Robert Ambelain, Los arcanos negros de Hitler. Grandes enigmas, 2005

Rodrigo Bravo Garrido. Los extraterrestres han muerto. Tomo I: El mito ovni-ET, contactismo y abducciones. Editorial Sin Sello, 2019

San Juan de la Cruz. Obras. Editorial Séneca, México, 1942. Contiene: Subida al Monte Carmelo, Noche oscura del alma, Cántico espiritual, Llama de amor viva, Poesías, Epistolario, Avisos y sentencias, Cautelas, Documentos varios.

Santo Tomás de Aquino. Suma teológica. Biblioteca de Autores Cristianos, Madrid, 1953

--- . Sentencias de la Suma Teológica, Editorial Peuser, Buenos Aires, 1952.

Sixto Paz Wells. 2012. Contacto con otras realidades. Editorial Vanir, 2010.

--- . El libro de los guardianes y vigilantes del mundo. ERREPAR, 1997.

--- . Guía extraterrestre. Martínez Roca, Barcelona, 2002.

--- . El instructor del nuevo tiempo. Kolima, 2011.

--- . El contacto extraterrestre. Kolima Books, 2023.

--- . Extraterrestres. Abriendo los ojos a otra realidad. Editorial Martínez Roca, 2007.

Yosip Ibrahim. Yo visité Ganímedes. (1972). Editorial Sirio, 2010.

 

2. Series de radio sobre extraterrestres:

La guerra de los mundos, 1938, con la voz de Orson Wells.

La guerra de los mundos, 1949, por Radio Quito, Ecuador.

 

3. Series televisivas sobre extraterrestres:

Perdidos en el espacio, 1965-68, comedia infantil y de ciencia ficción. Netflix estrenó su versión en 2018.

Mi marciano favorito, 1963, comedia de ficción.

Los invasores, 1967-68, serie de ciencia ficción.

Viaje a las estrellas, 1966, serie de ciencia ficción sobre aventuras a través del espacio.

Expediente X, 1993, serie donde la existencia extraterrestre es el centro de conspiraciones gubernamentales y fenómenos paranormales que deben enfrentar una pareja de investigadores.

Futurama, 1999, anime comedia sobre choque cultural y tecnológico recorriendo toda la galaxia.

Raised by wolves, ciencia ficción sobre dos androides que educan a niños humanos en otro planeta.

The Mandalorian, 2019, serie de ciencia ficción sobre guerrero mandaloriano que se relaciona con razas extraterrestres.

Al límite, agente del FBI que resuelve casos fuera de lo normal.

V, 1985, ciencia ficción sobre historia de aliens.

The Expanse, ciencia ficción sobre la humanidad colonizando planetas.

Stargate SG-1, defender la Tierra de posibles invasiones.

Galáctica: estrella de combate, 1978, ciencia ficción.

Falling Skies, ciencia ficción de lucha contra los extraterrestres.

Alf, 1986, comedia de ciencia ficción.

Abducidos, 2002, miniserie sobre sucesos paranormales y abducción.

Dr. Who, 1963, serie británica que se prolongó por dos décadas, es una historia de un alienígena que salta en el tiempo. Volvió en el 2005 hasta hoy.

Cowboy bebop, anime mítico sobre caza recompensas que buscan criminales en el sistema solar.

 

4. Películas de cine sobre extraterrestres:

Encuentros cercanos del tercer tipo, 1977, ciencia ficción.

ET. El extraterrestre, 1982, ciencia ficción.

Alien, el octavo pasajero,1979, ciencia ficción.

Star Wars, 1983, ciencia ficción.

Fuego en el cielo, 1993, ciencia ficción, un leñador desaparece durante cinco días luego de observar una luz en el cielo.

Día de la Independencia, 1996, ciencia ficción, nave alienígena llega a la Tierra y comienza a atacar puntos estratégicos.

Alien Abduction: incidente en el lago County, 1998, ciencia ficción, un niño filma las experiencias de una familia con un grupo de extraterrestres.

La guerra de los mundos, 2005, ciencia ficción basada en la novela de H.G. Wells.

Señales, 2002, ciencia ficción sobre los agroglifos.

Monstruos vs aliens, 2009, ciencia ficción.

Paul, 2011, comedia y ciencia ficción.

Invasión del mundo: Batalla Los Ángeles. 2011, Ciencia ficción, después de caer las principales ciudades del mundo en manos de invasores alienígenas soldados estadounidenses hacen un último esfuerzo para vencerlos.

La llegada, 2016, ciencia ficción. Unas naves extraterrestres aterrizan en la Tierra y una experta lingüista trata de averiguar si son una amenaza para la humanidad.

 

5. Páginas Web:

Catholic.net: El estigmatizado Giorgio Bongiovanni

Wikipedia:  Avi Loeb

Wikipedia: Religión ovni

Wikipedia: SETI

Wikipedia: Hipótesis de los antiguos astronautas

Wikipedia: Vida extraterrestre

Wikipedia: TR-3 Black Manta

 

6. Blog personal  www.gusfilosofar.blogspot.com:

Falacias de religión ufológica

Ufología: el gran fraude

Ufología: rama de la demonología

Lo posible no es necesariamente real

Ovnis como encubrimiento

Roscosmos y los ovnis

No somos nosotros ¿Quiénes son?

Escala Kardashov e imaginación

Paradoja de Fermi y exoplanetología

Ecuación Drake ajustada y soledad cósmica

Fenómeno ovni: mitoide de modernidad tecnológica

 

 



[1] Casos significativos son del español José Luis Jordán Peña que confesó en 1990 el engaño Ummita; el desenmascaramiento de Sixto Paz ante el detector de mentiras; y la confesión de fraude de Yosip Ibrahim, autor de Yo visité Ganímedes.

[3] Cf. Armando Arellano Ferro, Por qué no hay extraterrestres en la Tierra, FCE, México, 2003.

[4] Llamo “platillistas” a quienes interpretan automáticamente estos objetos como artefactos tecnológicos de civilizaciones avanzadas.

[5] Cf. Avi Loeb. Extraterrestre La humanidad ante el primer signo de vida inteligente más allá de la Tierra. Planeta, Lima, 2021.

[6] Cf El Confidencial. Junio 2023. Resumen de la expedición interestelar. El análisis de laboratorio del objeto interestelar del Pacífico revela isótopos de uranio. Por Avi Loeb. En dicho portal también se verá su afirmación de que si el Pentágono tiene naves alienígenas debe compartir información con el mundo.

[7] La escritora y periodista estadounidense Leslie Kean en su libro Ovni (2017) deja deslizar la información de que recibió testimonios de que el gobierno tiene tecnología extraterrestre oculta.

[8] Cf. Ovni: mitoide encubridor de carrera armamentista en era tecnológica, 2014. Su primera parte contiene un análisis teológico del problema, el segundo el análisis filosófico y el tercero aborda el tema geopolítico militar.

[9] A pesar de que Sagan desenmascara la creencia en ovnis y ET sugiere, en su libro Cosmos, la posible existencia de animales atmosféricos -hundientes, flotantes y cazadores- en planetas parecidos a Júpiter, y que se alimentan de hidrógeno. Posteriormente, la biología espacial y la observación cósmica ha determinado la posible existencia de animales atmosféricos por todo el cosmos, de naturaleza gelatinosa, disuelta al caer a tierra, parecido a medusas, que flotan de forma ondulante, aparecen también de forma esférica y se precipitan en medio de la lluvia de meteoritos. Esto hace pensar que algunos ovnis pueden ser animales atmosféricos.

[10] Charles Taylor en su obra La era secular sostiene que la secularización es más bien la naturalización de la espiritualidad, siendo el resultado una espiritualidad sin experiencia religiosa.

[11] Véase Ramón Navia-Osorio. Mutilaciones. Una realidad preocupante. 2022.

[12] Mark Horns. El libro para colorear de los agroglifos. Volumen 1. Disfrute coloreando más de 60 dibujos de Círculos de las Cosechas basados en Fotos reales. Independently Published, 2019.

 

[13] En Mateo 4:10 se describe la tercera tentación de Satanás a Cristo mostrándole todos los reinos del mundo, pero recibe como respuesta: “Vete detrás de mí Satanás, porque escrito está: Al Señor Dios tuyo adorarás, y a él solo servirás”. Las dos primeras tentaciones son: “Jesús fue conducido del Espíritu de Dios al desierto, para que fuese tentado allí por el diablo. Y después de haber ayunado cuarenta días y cuarenta noches tuvo hambre. Entonces, se le acercó el tentador diciéndole: “Si eres el Hijo de Dios, di que esas piedras se conviertan para comer”. Más, Jesús le respondió: “Escrito está: no sólo de pan vive el hombre, sino de toda palabra que sale de la boca de Dios” (Mateo 4, 1-11). La segunda tentación lo incita a lanzarse desde el pináculo del Templo Jesús replicó: “No pongas a prueba al Señor tu Dios” (Marcos 1: 12-13),

[14] El Anticristo es la obra de Nietzsche publicada 1888, que fue concebida como parte de su proyectado libro La Voluntad de Poder, y redactada a un año de su desplome psíquico, donde se las emprende fieramente contra el cristianismo porque lo califica de decadente, de moral de esclavos, de resentimiento contra el hombre superior, y por ello emprende la trasmutación de todos los valores y la necesidad de abrir el camino al Superhombre. En realidad, Nietzsche encarna la exaltación de la metafísica de lo inmanente. Véase mi libro Nietzsche y la metafísica inmanente.

[15] Véase el libro de Benjamín Zeller, La puerta del cielo: religión ovni de los Estados Unidos de América, Aurora Dorada, España 2019. Este libro analiza el suicidio en masa de la secta contactista en el Rancho Santa Fe, California, en 1997.

[17] Por ejemplo, Fabio Zerpa Alayón en su libro Relatos reales con extraterrestres (2020) busca simplemente convencer de su existencia.

[18] Round Robin, August 1949: A Factual and Non-Sectarian Publication Issued in the Interests of Borderland Science Research Associates.

 

[19] Tomado de la página 72 del libro Extraterrestres el gran engaño diabólico de Padre Ángel Peña O.A.R.

[21] Cf José Lesta, El secreto esotérico del III Reich. Edaf, 2003; Robert Ambelain, Los arcanos negros de Hitler. Grandes enigmas, 2005; Oleg Sayanski y José López Vaultier. El nazismo oculto. Amazon digital services, 2021.

[22] Cf. Paola Giovetti. Ciencias ocultas. Tikal, España, 1994.

[23] Obras de San Juan de la Cruz. Editorial Séneca, México, 1942. Contiene: Subida al Monte Carmelo, Noche oscura del alma, Cántico espiritual, Llama de amor viva, Poesías, Epistolario, Avisos y sentencias, Cautelas, Documentos varios.

[24] Erich Fromm en su famoso libro Psicoanálisis de la sociedad contemporánea (1955) desarrolla la idea de que el capitalismo moderno produce un serio desequilibrio mental porque enajena al hombre desarraigándolo de sus auténticas necesidades de relación, trascendencia, identidad y orientación; y pone en su lugar un consumismo desenfrenado que no satisface sus necesidades psíquicas profundas.

[26] Al respecto Nicolai Hartmann sostiene que sólo los objetos reales e ideales existen porque no son creaciones nuestras, en cambio los objetos irreales o creados por nuestra imaginación tienen consistencia, pero no existencia. Esta teoría es errónea porque también se da la existencia irreal y porque subsume lo real a la existencia. Toda la confusión se origina porque identifica la Realidad con el ser real, cuando al contrario el primero trasciende al segundo y se da en todas las esferas del ser. Con esto tampoco identificamos la realidad y el ser.

 

[27] Es la astucia de la serpiente que ofrece ciencia sin obediencia a Dios (Génesis 3, 1).

[28] Una lista bastante completa y detallada se ofrece en el artículo “Religión Ovni” de Wikipedia. Todas son sectarias, milenaristas, y en su sincretismo introducen creencias cristianas y científicas. Su tecnofilia (fe ciega en la tecnología) se combina con su ETfilia (fe en las capacidades espirituales de los ET).

[29] Entre los casos más sonados de fraudes: el autor de “Yo visité Ganimedes” al reconocer que era pura ficción; José Luis Jordán Peña que reconoció ser el instigador de la civilización extraterrestre Ummita, convencido de su inmoralidad confesó todo a la policía, tras haber desatado una ola sectaria que marcaba a fuego con su símbolo a niños. Se habló de experimentos del servicio secreto sobre control mental. Tampoco se puede omitir mencionar la sentencia en 2012 por el Tribunal de Apelaciones de Francia contra la iglesia de la Cienciología, que cree en seres galácticos, por fraude y ser una banda organizada con fines económicos. Muchos han descubierto que en el actual mundo anético y sin valores, la mejor manera de conseguir su primer millón de dólares es hacer su propia religión, y mejor si trata sobre extraterrestres.

[30] El fundador de Microsoft, Bill Gates, se unió a la carta abierta firmada a fines del 2014 por destacados pensadores, entre ellos el empresario tecnológico Elon Musk y el científico británico Stephen Hawking, en su preocupación acerca de cómo pueda ser utilizada la inteligencia artificial en el futuro. El astrofísico británico fue más radical al expresar que la inteligencia artificial acabaría con la especie humana. Pues los humanos ya no podrán competir al estar limitados por la evolución biológica ante máquinas que se rediseñarán a un ritmo creciente. A comienzos de 2015 el MIT anunció el logro de Matrix o de un interfaz que permita conectar el cerebro humano a una computadora, y se calcula que en tan sólo una década estará listo el proyecto Avatar de la NASA y el Departamento de Defensa, con un cerebro humanoide y una consciencia transferida a un ordenador.

[32] Romanos 5,21.

No hay comentarios:

Publicar un comentario

Nota: solo los miembros de este blog pueden publicar comentarios.