Anatopismo y Crisis Nacional
Por
Gustavo Flores Quelopana
Sociedad Peruana de Filosofía
En los últimos cuarenta años el orbe
occidental se ha visto sacudido por reformas neoliberales que se han traducido
en la renuncia del sentimiento nacionalista con la promesa de lograr la
estabilidad económica y la prosperidad material a través de la
transnacionalización de la economía. Cualquier otro camino político y económico
es castigado duramente por los poderes económicos imperantes y por la mayor
potencia mundial, a saber, los EEUU. En otros términos, ser anatópico –despreciar
la propia realidad- se ha convertido bajo la ideología neoliberal en sinónimo
de auge y prosperidad económica.
Y esta reflexión la llevo a cuento a raíz del
libro de mi amigo el pensador Wilberth Almonte Prado y su libro Víctor Andrés Belaunde. Anatopismo, crisis y
regeneración nacional. Me pregunto qué puede haber sucedido para que se invirtieran
los términos hasta tales extremos. Veamos.
En el citado libro se indica que el pensador
católico y peruanista Belaunde tiene muchos aportes. Entre ellos están: 1. Responsabilizó
al positivismo de la tradición anatópica en el Perú, 2. Da inicio a la
corriente personalista, 3. Se refiere al problema del indio antes que J. C.
Mariátegui, 4. Y estimó que el positivismo originó el reduccionismo cientificista.
Al parecer en nuestro tiempo sobrellevamos
una segunda ola más poderosa del anatopismo a cargo de la política del
neoliberalismo por parte del centro del poder imperial capitalista. Esto es, ya
no es el cientificismo el caballo de batalla de la desnacionalización de la
conciencia, pues ahora es el neoliberalismo imperial. Si alguna diferencia
existe entre ellos es que mientras el primero opera principalmente a nivel metodológico
y de la visión del mundo, el segundo lo hace a nivel de las estructuras
político-económicas existentes.
En el primer capítulo del libro, Almonte
señala que Belaunde acentúa el giro nacionalista del espiritualismo arielista,
que era muy conocido por defender con énfasis la identidad continental del legado
bolivariano.
Esta simbiosis entre nacionalismo y
continentalismo tuvo su expresión en la última década en el bolivarianismo impulsado
desde Venezuela a nivel práctico por el comandante Hugo Chávez y
la UNASUR. Y que ahora se tambalea reciamente con su sucesor Maduro, tras una
conjunción de errores internos y sistemático sabotaje externo. En otras
palabras, en América Latina el sucesor y heredero ideológico del arielismo
continentalista fue el bolivarianismo, salvo que mientras uno operó a nivel teórico y metodológico, el otro a
nivel práctico. Pues las fuerzas hegemónicas del imperialismo se volvieron
unipolares y se concentraron en eliminar de la escena política todo aquello que
no esté conforme al ideológico cosmopolitismo desnacionalizador.
En el segundo capítulo la obra de Almonte
busca una definición precisa del “anatopismo”. Y distingue hasta cuatro
sentidos: 1. Desviación de la conciencia nacional, 2. Ignorancia de nuestra
propia realidad, 3. Falta de intuición y sentimiento nacional, y 4. El
predominio del sentido imitativo de las élites. En suma, se incurre en anatopismo
cuando se desprecia la propia realidad. Estas características señalan la
actualidad de V. A. Belaunde porque se aplican perfectamente a la descripción
de la ideología del neoliberalismo.
Si le preguntásemos al actual primer ministro
griego Alexis Tsipras por qué pone en remate y venta 71 mil bienes de propiedad
pública, incluido el Partenón, con el beneplácito de la UE, la letal Alemania de Merkel y el siniestro FMI,
éste nos respondería “para salvar la propia realidad”. Y si le retrucáramos la
pregunta: Cuál realidad. La respuesta no iría más allá de lo ventral y
conservador. Lo mismo escucharíamos por parte de Macri, el actual presidente
argentino, que somete a sus ciudadanos a un brutal ajuste económico, mientras
que la élite económica argentina tiene vergonzosamente depositados en paraísos
fiscales más de 200 mil millones de dólares. En otras palabras, dar la espalda
a la realidad nacional se ha vuelto en el santo y seña del crecimiento
económico bajo el dogma neoliberal. Se ha impuesto globalmente una profunda
corriente anatópica y totalitaria de las megacorporaciones globales, que yo
denomino hiperimperialismo (véase mi libro La
globalización del Hiperimperialismo) y todo aquello que resulte discrepante
es pacientemente eliminado.
Ejemplos recientes los encontramos en Siria y
Ucrania. Siria por negarse que Qatar construyera un gasoducto que atravesara su
territorio, tiene que enfrentar una agresión terrorista del Estado Islámico o
EI, creado ex profesamente por Qatar, los demás países de la liga árabe y el
apoyo estratégico y operativo de los EEUU con la OTAN. Rusia se decidió a
sostener y desbaratar espectacularmente la ofensiva del EI también en respuesta
al acto provocador de los EEUU en Ucrania. Y el asedio contra Rusia no cesa,
sus fronteras se encuentran cercadas por el llamado “escudo antimisil”, pero
que en realidad es armamento ofensivo el que apunta contra los rusos. Y todo por
no sujetarse a las órdenes de quien cree gobernar el mundo unipolarmente: los
EEUU. Así, queda demostrado que la globalización del hiperimperialismo
neoliberal exige arriar cualquier bandera nacionalista y alienarse con el poder
imperial central. De lo contrario hay que atenerse a las consecuencias.
El tercer capítulo del libro que comentamos
trata de la presencia del anatopismo en la realidad peruana. Belaunde denunció
el anatopismo en todas sus formas: económica, social, política, histórica,
literaria y filosófica. Preconizó el reformismo y la reforma agraria. Rechazó
el conservadurismo y el esnobismo. Y consideró al catolicismo como verdadero
destino del Perú. No consideró anatópico al cristianismo por su visión
providencialista de la historia.
Actualmente el líder supremo de Irán, el
ayatolá Alí Jamenei, califica de “gran
satán” a los EEUU por provocar guerras y diversas tensiones regionales en
distintas partes del planeta. Y nosotros nos preguntamos si el Papa Francisco
acaso no está llamado a salir de su anatopismo religioso para hablar así de
claro sobre las provocaciones de la primera potencia del mundo que trae
desgracias a los pueblos y pone a la humanidad al borde de una conflagración
nuclear. La denuncia del anatopismo hay que señalarlo en todas partes, y sobre
todo en la dimensión espiritual.
El capítulo final de Almonte aborda la perspectiva
peruanista. Y considera a Belaunde como el fruto maduro de la Generación del
900, que vio con clarividencia que sin la conciencia nacional no hay solución
para la crisis moral del país.
Aquí es inevitable preguntarnos si nuestra
generación está en capacidad de asumir el desafío de recuperar la conciencia
nacional como requisito para responder a la crisis moral del país. Es más.
Debemos interrogarnos si en el mundo existen las condiciones subjetivas para
revertir unas condiciones objetivas de decadencia espiritual. Y para responder
con optimismo hay que ver más allá de la actual idiotización cibernética en las
redes sociales para advertir que la razón puede ser adormecida pero jamás liquidada
su capacidad de autocrítica. Y eso nos da esperanza.
Finalmente en sus conclusiones, Almonte
sostiene que la Universidad no ha contribuido a la conciencia nacional. Se ha
vuelto anatópica. Si a esto enlazamos las consideraciones de Belaunde que el
resurgimiento del Perú depende de basarse en una ética cristiana, en una élite
moral, un núcleo intelectual mesocrático y un pueblo ilustrado, entonces
debemos preguntarnos hacia dónde va el Perú en su bicentenario y el mundo,
cuando ninguna de estas condiciones se están cumpliendo.
La ética se ha relativizado, y, por tanto,
disuelto. Las élites son profundamente hedonistas, egoístas y encabezan la
brutal desigualdad mundial –según las propias cifras de la ONU-. La cultura se
banalizó y se volvió espectáculo. Y el pueblo se ha lumpenizado. No hay duda
que la tarea en la civilización occidental es prodigiosa y titánica. Pero digna
de ser emprendida y afrontada con creatividad y sin anatopismos.
Felicitaciones a nuestro amigo el profesor Wilberth
Almonte Prado por esta obra tan provocadora.
Lima, Salamanca 4 de Junio 2016
Muy buena apreciación sobre la realidad mundial, la crisis de las sociedades ,y por sobre todo las culturas, AHORA ESTAMOS E LA IDEA IMPERANTE del mundo globalizado,el ciudadano global vs. el sentimiento nacionalismo ......
ResponderEliminarMuy amable por su agudo comentario
ResponderEliminarMuy acertado en todo lo expuesto conforme a la dura realidad mundial y nacional. cuando señala si la generación a la cual pertenezco se encuentra preparada para asumir el desafío no puedo dejar de pensar que tengo una responsabilidad con mi país. Tomé una de las decisiones mas importante al elegir la profesión a la cual pienso entregarme por completo que es la Filosofía que por inmadurez temprana y por la confusión que existía en mí me llevó a equivocarme eligiendo mi "camino", lo mejor de ese error es que me hizo ver claramente cual sería mi futuro. Miro la realidad y la verdad es que solo provoca sentir lastima y mucho desconcierto por razones obvias, hay mucho por hacer y creo que donde mejor puedo contribuir al cambio para mejorar esta sociedad decadente es a través de la Filosofía. Me apena decir que fueron mucho los desalientos que recibí al decidir que es lo que en verdad quiero estudiar, que en general es por su desconocimiento y sobre todo por ese pensamiento que está tan arraigado en una gran mayoría de adultos y jóvenes de estudiar una profesión de "seriedad profesional" que nos generé ingresos lucrativos, la verdad es que cada vez que leo algún libro de filosofía o de grandes literatos, así mismo de las distintas ciencias, cada "descubrimiento" que realizo me llena de regocijo y felicidad. Al parecer la erudición es mi legado concluiré diciendo que mi amor por la sabiduría no tiene precio.
ResponderEliminarMe emociona leer sus líneas y complace constatar que hay conciencias dispuestas a despertar. Pues, despertar es asumir un nuevo modo de vida. Mientras esto suceda hay que mantener muy en alto el optimismo y la esperanza en un mundo nuevo a edificar.
EliminarRecien tomo conocimiento del blog. Felicitaciones Gustavo.
ResponderEliminarRecien tomo conocimiento del blog. Felicitaciones Gustavo.
ResponderEliminarMuy amable Percy, Espero tus apreciaciones.
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