EL TAO DE LA FÍSICA

 

 

EL TAO DE LA FÍSICA

 

EL TAO DE LA FÍSICA del físico austríaco Fritjof Capra publicado en 1975 obtuvo un éxito resonante y duradero hasta bien entrado los años de la década de los 80.

Su tesis principal es que la nueva ciencia hace posible una concepción holística, ecológica, interrelacionada, procesualista de la naturaleza, donde todo está interconectado, la intuición se sobrepone a lo racional y no hay cosas sino relaciones, lo cual es la idea medular de la mística oriental hinduista, budista y taoísta.

Sobre la base de esta idea establece un paralelismo entre la física moderna y el misticismo oriental a través de los conceptos de unidad de todas las cosas, más allá del mundo de los opuestos, espacio-tiempo cuántico relativista, universo dinámico, vacío y forma, danza cósmica, simetrías del quark, patrones de cambio e interpenetración.

La crítica ha señalado que Capra hace comparaciones muy literales y superficiales entre conceptos científicos y filosofías espirituales. Su paralelismo son simplificaciones y exageraciones. Además, desconoce el valor del misticismo occidental y cristiano. 

De manera que la física cuántica no puede ser equiparada al misticismo oriental. Ciencia y religión no pueden ser confundidas porque abordan aspectos distintos de la realidad. Sencillamente ciencia y misticismo no son paralelos. Capra incurre en una integración forzada de diferentes formas de conocimiento. Mientras la ciencia física moderna se dirige a la realidad natural, el misticismo oriental se orienta hacia la conciencia.

Lo singular del caso es que su intento fortaleció el revival del misticismo oriental en Occidente, en desmedro del misticismo cristiano. Y es que en su texto se muestra abiertamente ateo y opuesto al Dios trascendente cristiano, y a favor de una mística panteísta de la inmanencia de la naturaleza y de la conciencia como lo muestra el misticismo oriental. Afirma que la teoría de la relatividad lleva hacia la subjetivización del tiempo, cosa que Einstein siempre negó rotundamente. 

A Capra se le entiende mejor cuando se le ve inserto en la ola ascendente del pensamiento posmoderno en las décadas de los 70 y 80, con su crítica a la razón, la ciencia y la tecnología. Es parte de la segunda ola de irracionalismo en el pensamiento occidental que denigra la razón, el análisis y la trascendencia a favor de la intuición, la síntesis y la unidad todoabarcante de la naturaleza.